"Omegacember: KNB version."

Día 27: Rutina | "AleMomo."

Advertencia: Genderbender 😌

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Se removió entre las suaves sábanas de su cama, girando sobre su pecho para abrazarse más a su pareja que no estaba por ninguna parte, se incoporo adormilado encontrando su recamara vacía.

—Alex. — llamó sin obtener respuesta desde otra habitación, al menos no la respuesta que quería.

—Buenos días Momoi-san. — la voz calma de su omega amigo lo terminó de despertar.

—¡Tetsu-kun! — sonrió instantáneamente. —¿Que haces aquí?

—Ah, también me alegra verte Momoi-san. — le respondió este sin expresión aunque, para el chico pelirrosa que bien conocía a la antigua sombra de Teiko, vislumbró que de hecho, su amigo se estaba divirtiendo.

—Sabes que me alegra verte pero no sé si mucho en mi habitación. — le sonrió. —¿Cuando llegaste?

—Cuando Alex-san nos trajo, después de secuestrarnos. — el pelirrosa le miro atónito.

—¿Qué? — y el omega peliceleste se dispuso entonces a relatarle lo que ocurrió mientras dormía.

Un Alexander muy alegre para ser las seis de la mañana, se apareció en uno y después otro departamento para llaverse a dos omegas diferentes, todo para hacer feliz a su propia pareja.

—¿Dai-chan también está aquí? — Kuroko asintió.

—También está Kagami-kun y Kise-kun pero eso fue porque no querían dejarnos secuestrar a gusto. — el pelirrosa se carcajeo mientras se levantaba para ponerse una playera y salir dónde su alfa y amigos estaban.

—Sweetheart. — el rubio alfa sin camisa se acercó para besuquearlo. —Taiga está preparando el desayuno, siéntate con tus amigos.

—Oi, Sasuke tu novio me saco de la casa mientras dormía, no tenía ropa. — su alfa se carcajeo mientras su pelirrojo pupilo le mal miraba. —Dijo que has estado triste.

El moreno omega le extendió los brazos y cómo cuando pequeños, se le tiró de encima.

—Si, hola Kise-kun. — comenzó a murmurar de mala gana el otro alfa rubio que se encontraba malencarado en el otro sofá. —Perdona que mi alfa robara a mi omega también.

La risas de los muchachos inundaron el departamento y Momoi se sintió feliz por ello.

En la encimera de la cocina, Alex bebió esa imagen mentalmente, no hay nada más importante para un alfa que la felicidad de su omega.