Día 25: Prendas con aromas | "MuraHimu."

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Cuando el timbre anunció visitas, dos pares de gruñidos se dejaron escuchar en la habitación, pero sólo uno de los que ahí yacían, se levantó para responder al llamado.

Himuro tomó la prenda de su pareja y se dirigió a abrir la puerta, mientras bostezaba y tallaba sus ojos para despabilarse un poco.

—¡Tatsuya! — la voz de su hermano se escuchó incluso antes de llegar a abrirle. Suspiro abatido, amaba a Taiga pero en ese momento hubiera deseado seguir durmiendo encima de su alfa.

—¡Feliz Navidad Bro! — su voz fue mucho más fuerte después de abrirle la puerta.

El pelirrojo alfa lo abrazo para casi enseguida, alejarse de él conteniendo sus arcadas.

—Feliz Navidad Taiga. — la risita de Himuro fue imperceptible ante los jadeos exagerados, a opinión del mismo omega, que su hermano estaba haciendo.

—Cielos, Tatsuya pudiste decirme. — Kagami le gruño mientras mantenía su distancia.

—Lo mismo digo Bro, no avisaste que vendrías. — los ojos grises del aún somnoliento muchacho le miraron. —Se supone que la fiesta será más tarde.

—Muro-chin. — la voz ronca de Murasakibara se dejó escuchar mientras salía de su habitación rumbo al baño. —¿Quién vino?

—¡Taiga! — le gritó. —¡No olvides vestirte!

—Si, ¡no lo olvides! — el pelirrojo imploro. —God, en serio apestas.

Himuro acarició con cariño la textura del enorme suéter de su pareja, el aroma a dulce impregnado en cada hilo de este.

—A mí me gusta. — Taiga se sacudió con un estremecimiento. —Oh, vamos puedo oler a Daiki en todo tú ser.

—S-seguro que es por el partido, yo sólo salgo con él para ganarle en el baloncesto. — el omega entorno los ojos.

Esperaba que más adelante su hermano entendiera que nadie podía decidir por él con quién debería salir, qué si dos alfas querían estar juntos así lo hicieran y ya.

Aomine no le gustaba, eso era cierto pero no por ser un alfa, simplemente era por ser muy protector con Kagami, casi cómo él lo seguía siendo consigo.

—Entonces, ¿que te trajo por aquí? — pregunto de nuevo para desviar el tema que sabía acongojaba aún al alfa.

—Sólo conseguía unas cosas más para la fiesta y aproveche a saludar. — apenas terminó de hablar, los orbes rubíes de Taiga se abrieron horrorizados. —¡ESA ES LA SUDADERA QUE YO TE DI! — el omega siguió el dedo con el que apuntaba, encontrándose con su pareja y una pequeña prenda que no le cubría bien el torso.

—Cállate Kaga-chin, eres muy escandaloso. — se acercó a él extendiendo sus enormes brazos. —Felicitame.

—No, vayanse al diablo, los dos. — tomó sus cosas para dirigirse de nuevo a la salida. —Feliz Navidad, los veo en la noche. — murmuro de mala gana mientras una sonrisa amenazaba nacer en sus labios.

Cuando su hermano partió, Himuro fue el que se abrazo a su pareja.

—Arruinaste mi ropa, me tendré que quedar con tu suéter Atsushi. — el pelilavanda se inclino para besarle.

—Da igual. — respondió calmo el alfa. —Además, si te lo quedas nadie puede abrazarte más que yo Muro-chin.

El omega sonrió, realmente no había esperado esa respuesta.

"Omegacember: KNB version."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora