Día 2: Aroma | "KasaKi."

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Kasamatsu no debió sorprenderse, su omega siempre había roto el molde que la sociedad esperaba llenara cómo casta menor y por ello sabía que tarde o temprano lo haría de nuevo.

Sin embargo, hubiera deseado que le avisara para huir antes de las cámaras.

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Conoció a Kise cuando este aún iba en Teiko, en ese tiempo ya era más alto que él pero aún con ello, un grupo de chicos tenía la costumbre de agredirlo siempre que le encontraban solo.

En esa ocasión al menos, Kasamatsu no dejo que pasara y cómo alfa recién presentado, incluso se excedió con la paliza que le aplicó a los abusivos. No es que importara si ellos aprendían así una lección.

—Para ser tan bajo es asombroso sempaicchi. — la sonrisa de Kise era radiante, igual que su cabello pero el alfa ofendido por el comentario con respecto a su altura, le ignoro mientras recogía sus cosas para marcharse. —¿A dónde va? ¿Me acompaña a casa? ¿Tiene pareja? ¿Me puede decir su nombre? Eso sería lindo.

Yukio con las mejillas ruborizadas, no respondió  a ninguna de sus preguntas y con ello, se sentenció de por vida.

El aire se endulzó de pronto, sus pupilas se dilataron y más al ver sonreír al rubio que aún joven, ya conocía su casta y usar también sus encantos. Desesperado hizo lo único que pudo, salir corriendo de aquel callejón.

Sin prever que el descarado omega había reconocido su uniforme.

Así lo encontró en Kaijou el siguiente año, para colmo, en el equipo de baloncesto dónde era el capitán.

—Se que los omegas no acostumbran a hacer deporte pero les aseguro que no es porque no quieran hacerlo. — Si, Ryota siempre fue diferente y por eso mismo lo enamoró.

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Años después, aquí estaba, esperando que su esposo terminara su entrevista en vivo. Era un especial al desnudo, con preguntas que los fans habían mandado para que el actor y modelo, respondiera.

Kasamatsu suspiro, eran muchas preguntas cómo siempre.

Ryota había roto paradigmas al poder realizar actuaciones en las que siempre usaban alfas, incluso había llegado a representarlos en escena y en el modelaje, había conseguido que un diseñador que nunca quería trabajar con omegas le diera una oportunidad, ambos trabajos habían hecho que fuera muy conocido.

—Y bien, esta puede que no debas responderla. — la anfitriona comento sonrojada. —Es muy privada.

—No, no, déjame leer. — claro, ahí iba su esposo el curioso. —¿Cuál es mi olor? — la risa de Ryota dejo a los presentes en silencio. —Que atrevido, mejor les digo a que me gustaría oler.

Yukio sonrió. Si bien el omega no le gustaba seguir lo estipulado con su casta, había sido muy cuidadoso con respecto a su aroma.

Sólo con su familia, con su manada.

Ryota olía a dulce de leche, el único olor dulzón que Yukio disfrutaba.

—Nikujaga. — sintió su rostro arder al dejar de divagar y concentrarse en lo que decía su pareja. —A mi esposo le gusta el nikujaga, así que me gustaría oler cómo el estofado para él. — le guiño coqueto mientras las cámaras lo enfocaban en el público. —Él ya sabe porqué. — el alfa negó, mientras se cubría el rostro con una mano y las palabras de su omega la noche anterior se repetían en su cabeza.

Devoráme Yukiocchi, así cómo si fuera nikujaga.

"Omegacember: KNB version."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora