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Los noticieros hablaban sobre la invasión alienígena. Algunos hablaban sobre los súper héroes en New York, por ejemplo el anciano que jugaba ajedrez en el parque cuando lo entrevistaron. Algunos los consideraban monstruos. Gente se hacía tatuajes del equipo, hablaban de la devastación, de que era su lucha y solo provocaron una inmensa destrucción, los alababan, algunos estaban más seguros que otros. Los culpaban de lo malo en lugar de ver lo bueno. Tan pronto como dejaron de estar en peligro, dejaron de importarles que los hubieran salvado. No se podía tener contento a todos. Llegó el día fijado, todos se trasladaron hacia allá. Malenalie le puso un bozal a Loki, para que no conjurara ningún hechizo, en cuanto llegaron los de Inteligencia. Banner colocó el teseracto en la cápsula que llevó Selvig, todos miraban atentamente para que no se cometieran errores.

*** 

—Date prisa, Cap, la fiesta ya está terminando— dijo Tony antes de entrar al pent-house y esconder la armadura por medio de la nanotecnología.

—Ahora sí quiero ese trago— dijo Loki aun en el suelo con la mirada de los siete grandes sobre sí.

—Bien, pónganlo en pie— dijo Iron Man.

—A este me lo llevo yo— sentenció Malenalie llevándoselo a rastras.

—Señores, podemos posar heroicamente más tarde— dijo Iron Man.

—Señor Rogers, olvidaba que ese traje no le ayudaba a tu trasero— dijo Tony.

—Nadie te pidió que vieras— dijo Rogers.

—Es ridículo— dijo Tony.

—Para mí, te ves súper, Cap— dijo Scott—. Si me preguntan, es el trasero de América.

—¿Quién quiere la varita mágica? — dudó Nat.

—El equipo Strik viene por ella— habló el Capitán. Justo a tiempo, ya que el elevador se abrió, dejando ver al equipo.

—Nosotros lo vamos a cudiar.

—Por favor— dijo Nat entregando la custodia del cetro—. Tengan cuidado con esa cosa.

—Sí, no querrán que les borre la mente— dijo Clint. No es divertido.

—Prometemos tener cuidado.

—¿Esos quiénes son? — preguntó Scott.

—Son de S.H.I.E.L.D., bueno, son de HYDRA pero nadie lo sabía entonces— dijo Tony.

—¿Qué? ¿Enserio? Porque se ven como los malos.

—Eres muy pequeño, pero hablas muy fuerte.

—Bajaré a coordinar búsqueda y rescate— dijo el Capitán.

—Bajaré a coordinar búsqueda y rescate— habló antes de volver a su forma—. Ya, enserio, ¿cómo pueden soportarlo?

—De la misma manera en que nadie te tolera— dijo Malenalie acercándolo al círculo—. Thor...

—Cállate— sentenció Thor al ponerle un bozal.

—Es tu turno, chiquitín. Ahí está la gema.

—Muy bien, aviéntame— dijo Scott.

—Quítense— logró articular Hulk.

—Eh, no— dijo Iron Man.

—Atrás— ordenó Malenalie con las manos en alto.

—No, no, no, no— dijo Thor.

—Estamos al límite de capacidad— dijo Iron Man.

—Por las escaleras— dijo Thor. Al bajar del elevador, Iron Man lideraba la marcha, Thor y Malenalie custodiaban al prisionero, seguidos de varios soldados de S.H.I.E.L.D. , caminaron hasta encontrarse de frente con Pearce.

—¿A dónde se dirigen?

—A comer y luego a Asgard, perdón, ¿usted es...?

—Alexander Pearce— dijo Iron Man.

—Pero no es un placer que digamos— intervino Malenalie.

—Él es quien maneja a los hombres detrás de Nick Fury— dijo Tony.

—Mis amigos me llaman Señor Secretario...

—Usted no tiene amigos, solo que quieren seguir viendo todos esos ceros en el cheque, ¿me equivoco?

—Cuide sus palabras, señorita Madinaveitia. Les voy a pedir que entreguen a su prisionero.

—Loki responderá ante Odín en persona.

—No, lo hará antes nosotros. Odín se quedará con las ganas, y entreguen el maletín. Ha estado en poder de S.H.I.E.L.D. por setenta años.

—Entrega el maletín, Stark.

—Atrás, Ken— se interpuso Malenalie al tomar el maletín de su hermano.

—No discutiré qué autoridad supera a la otra— dijo Iron Man.

—Necesito que lo entregues.

—Sé que es influyente, pero creo que la jurisdicción es...

—Entréguenme ese maletín.

—Quítenme las manos de encima— ordenó Malenalie a la par que su hermano se metía, nadie podía tratar así a la joven. Eso hasta que comenzó a colapsarse.

—Stark— dijeron Thor y Pearce a la par.

—Tony, mi amor— se arrodilló a su lado.

—Está convulsionando— dijo Pearce.

—¡Un médico! — exclamó la pelinegra mientras alejaba a todos con su telequinesis, desafortunadamente, el maletín también se alejó de ella.

—Háblame— dijo Thor al inclinarse cerca—. ¿Stark, es el aparato de tu pecho? Respira, respira.

—Vamos, ¿qué esperan?

—Voy a intentar algo, pero no sé si va a funcionar— dijo Thor antes de darle un choque con el martillo.

—Que buen truco— dijo Tony—. Eso fue super raro.

—No sabía si iba a funcionar— dijo Thor.

—El maletín— recordó la pelinegra.

—El maletín está... ¿Dónde está?

—¿Y Loki? — reiteró Malenalie.

—¿Loki? — lo clamaba su hermano.

—¿Dónde está, Pearce?

—¿Cree que yo lo hice?

—¿Y así funciona su brillante custodia? ¡Incluso perdió el maletín!

Loki & MalieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora