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—Bien, ¿cuál es el próximo paso?

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—Bien, ¿cuál es el próximo paso?

—Hay que derribar la AVT, no sabemos quién la creó, o dónde está, pero esa cosa de ahí sí. Antes, cuando me golpeó, nos vinculamos con él.

—Fue breve, pero alcanzamos a ver algo.

—Creo que, si me puedo acercar lo suficiente, puedo hechizarlo, me llevará al que esté detrás de todo esto.

—Si vas, yo voy.

—Loki no sé...

—Vas a necesitar ayuda, si ambas logramos esa conexión, hay que usarlo a favor— se acercó a la rubia—. Me ofrezco a ser el cebo, que me ataque a mí el tiempo suficiente para darles oportunidad a salir.

—Nos quedamos— dijo el anciano.

—Te servirá allá— dijo el niño al entregar su daga.

—Ella estará orgullosa— sonrió la mujer al Loki de capa amarilla.

—Buena suerte, espero encuentren lo que buscan.

—Al final escapaste.

—Siempre lo hago, ¿qué harás en la AVT?

—Quemarla completamente, gracias por tu chispa. Nos vemos, Loki— pero este lo abrazó.

—Gracias, amigo mío.

—Prometo llevarte lo que te prometí— sonrió la pelinegra antes de verlo partir.

—Cuando aparezca una rama, Alioth se concentrará en ella, ahí es cuando lo hechizaré— los tres se acercaron a ver la gran magnitud de bestia destinada a proteger el pasaje y aniquilar lo que estuviera cerca.

—¿Y si no tenemos tiempo para esperar una rama?

—Debemos crear una distracción.

—Ya estoy en eso.

Realmente no creía que podría lograrlo, atravesar con ellos, su lugar ya no era a lado de Loki, sino el de ella, quizá los de la AVT la engañaron y no todas sus variantes se encontraban. Malenalie brincó con su telequinesis, hizo un esfuerzo enorme por cambiar de color sus poderes, quizá así lograría atraer la atención de la bestia y así hacerle creer que era una variante más. Una vez en el aire, lanzó chispas, fuegos artificiales, pero no fue suficientes, fue detrás de Sylvie, así que voló para crear un campo de fuerza a su alrededor, hasta que una enorme ciudad se formaba al otro extremo y lograba atraer a Alioth.

—¿Cómo lo hace?

—Creo que somos más fuertes de lo que creemos.

—¡Vamos!

—¿Qué haces?

—Vamos a hechizarlo.

—No sé hacerlo.

—Lo sabes.

—La voy a bajar y ustedes actúan. ¡Ahora! — no solo bajó la barrera, también se agachó para darles tiempo a lograrlo.

—¡Un glorioso propósito!

—Ve al Valhalla y abrázala— susurró a tiempo que atraía el casco de la variante.

—Abre los ojos. Permíteme.

—Gracias.

—¿Estás bien?

—No es nada— claro que sí, le había herido la bestia, pero ya estaban tan cerca que no podía entorpecer la misión—. Aquí es, llegamos.

—¿No me vas a decir que no tire la puerta abajo?

—Eso nunca sirvió de nada.

—Si crees que es mala idea, prefiero que digas lo que piensas.

—No, no tengo nada que decir.

—Eso sería una novedad. ¿Estás bien?

—Sí, solo necesito un minuto.

—Claro. Me podaron antes de que existieras, toda la vida esperé este momento, solo necesito un segundo para aclarar mis ideas, ¿sí? — antes de que alguno de los tres intentara algo, las puertas se abrieron, Malenalie avanzó primero con las manos en alto.

Hola, gente.

—¡Mierda! Aquí no hacemos esto, no puedo hacerlo todo el día— exclamó Malenalie luego de pegar un brinco en su lugar ante la aparición de Miss Minutes.

Bienvenidos a La Ciudadela del Fin del Tiempo. Felicitaciones, tuvieron un viaje tremendamente largo para llegar aquí. Él está impresionado.

—¿Quién está impresionado?

Aquel que permanece.

—¿Y quién es él?

Él creó todo y controla todo. Al final, solo está Aquel que Permanece. Y quiere ofrecerles un trato, estuvo haciendo algunos ajustes creativos y resolvió todo para poder reinsertarlos a ambos en la línea del tiempo de una manera que no perturbe las cosas. A ti no, Madinaveitia, a ti sí te quiere ver.

—¿Para qué?

La AVT puede seguir haciendo su trabajo vital, ustedes pueden vivir la vida que siempre quisieron, tú solo te encargarás de que ellos lo logren.

—¿Y qué quisimos siempre?

Bueno, no se haga el evasivo conmigo, señor. Ya sabe cómo se metió en este lío. La Batalla de Nueva York, usted contra ella y los Vengadores, ¿le gustaría ganar? Pero no solo allí, puede matar a Thanos. ¿Quiere el Guante del Infinito? Es suyo. ¿El trono de Asgard? No hay problema. ¿Y usted, señorita? Todos esos años huyendo, desesperada, sola, ¿le gustaría despertar mañana con una vida de recuerdos felices? Dos Lokis en el mismo lugar.

—Los dos, juntos en la línea del tiempo.

Es una locura, pero él podría hacer que funcione. Todo eso, todo, exactamente como siempre quisieron. Pueden tenerlo todo, juntos.

—Es una ficción.

—Ahora escribimos nuestro propio destino.

Claro que sí, buena suerte con eso—antes de desaparecer, le colocó a Malenalie unos grilletes más apretados que los anteriores y conducían a un collar que daba choques si usaba sus poderes.

Loki & MalieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora