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—Esta vez yo termino el trabajo— dijo Ravonna.

—Seguro la variante sí lo hubiera hecho— soltó Sylvie con veneno recordando a quien la había sacado de Asgard.

La rubia claramente no iba a perdonar aquello, mucho menos olvidarlo, le arrebataron su vida entera, volver ahí no era grato. Ambas tenían un sable con el cual pelear. Loki peleaba con los guardias cuando Sylvie fue derribada por Ravonna, luego ella estaba arriba, dando puñetazos al rostro de la agente de la AVT. Ambas variantes derrotaron a sus oponentes para sorpresa de nadie, ambos eran semidioses, guerreros por naturaleza.

—Tú también eres una hija de los Guardianes del Tiempo, Sylvie, podemos hablar.

—¿Sí? — lanzó uno de los sables y logró decapitar a uno.

—Espera... no lo hagas.

—Son falsos, son androides sin cerebro.

—Nunca se acaba, ¿quién creó la AVT entonces?

—Creí que esto era todo— lanzó la cabeza.

—Sylvie.

—Otra arenga no, por favor.

—No, debo decirte algo, lo resolveremos.

—¿Cómo lo sabes?

—Porque... lo de Lamentis... esto es algo nuevo para mí.

—¿Qué? ¿Qué pasa? — no pudo decir nada, Ravonna lo podó, la rubia se lo arrebató.

—Hazlo.

—No, vas a contarme todo.

***

—Hey, tranquilo— Malenalie lo sostuvo cuando despertó con la respiración agitada.

—¿Este es Hel? ¿Estoy muerto?

—Todavía no— habló una tercera voz, el pelinegro se enderezó con ayuda de su interlocutora para voltear a ver a los otros—. Pero lo estarán, a menos que nos acompañen.

—Con cuidado.

—¿Qué es esto? ¿Dónde estamos? ¿Quiénes son?

—¿No es obvio? — la volteó a ver—. Eres tú, o bueno, tus variantes.

—Estás muy tranquila.

—Ya tuve un altercado con ese de ahí— señaló al de los cuernos, al anciano.

—¿Te acaban de podar y ya fuiste en busca de otro Loki?

—Tú estabas con la variante.

—No fue por gusto.

—Te recuerdo que me dejaste sola, en medio de un apocalipsis, para irte detrás de ella.

—Necesitaba respuestas.

—Yo te las iba a dar.

—¿Y tú qué vas a saber?

—Más que tú— espetó creando campos de fuerza en cada mano.

—Oye...— el anciano alejó a la pelinegra del recién llegado, así que fue a él a quien atacó.

—Deja al anciano en paz— Loki la sostuvo, aún estaba débil por lo que hizo en la AVT.

—Que no me toque...

—Lady Malie...

—¿Qué dijiste?

La pelinegra giró sobre sí, se acercó para escucharla, este la tomó de las mejillas y ese tacto se le hizo tan conocido, la hizo sentir segura y en paz, antes de que pudiera preguntarle al recién llegado por algo de ayuda, cuando sus labios fueron atrapados, intentaba adivinar de quién se trataba, lo empujó de a poco, ahora con miedo a lastimarlo. Se veía claramente asustada, más de lo que ya estaba, ahora no hizo el intento de evitarlo. Su compañero de la AVT la sostuvo antes de que trastabillara de nuevo.

Loki & MalieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora