Loki & Malie

11

Pompeya

—Siempre quise venir aquí.

—¿Nunca has visitado Italia?

—Me refiero antes de la erupción.

—Podríamos hacer esto más seguido— Loki se encogió de hombros.

—Por lo pronto... podríamos hacer una revancha de lo que ocurrió en la Torre Stark— sonrió.

—¿No te gusta perder, verdad?

—Hasta crees.

Malenalie fua la primera en lanzar sus campos de fuerza para comenzar a destruir el lugar, los citadinos los veían extraños, después de todo era el 79 a. C. y los mutantes no estaban tan visibles como en el tiempo de Madinaveitia. Faltaba casi nada para que el volcán hiciera erupción cando Loki se multiplicó holográficamente para hacer aún mayor destrucción. Mobius seguía diciendo que era mala idea y debía llamar a los minuteros para resetear esa línea del tiempo.

—¡Haces que el fin del mundo suene aburrido! — exclamaron ambos cuando Mobius intentó frenarlos, eran dos niños jugueteando por ahí.

—Podemos afectar el curso de la historia.

—Préstame una Gema del Tiempo y con mi telequinesis lo puedo regresar.

—Eso es sobreexplotar tu poder más allá de tus límites.

—No, según mi expediente, ¿no? — exploró el terreno.

—¿Seguimos? — le extendió la mano.

—¡Soy Malenalie Madinaveitia, una Vengadora con malos augurios para todos! — se elevó en el aire con su telequinesis.

—No sabía que podías hacer eso.

—Creí que caería— sonrió con tristeza, recordando aquel cumpleaños—. Ven aquí.

—¡Todos vamos a morir! — gritó Loki cuando la pelinegra lo levantó en el aire—. ¡Supernatural! — la explosión comenzó, el dios la abrazó y ella creó un campo de fuerza alrededor de ella.

—Variación cero— dijo Mobius.

—La AVT nunca lo pensaría, si fuera yo, me escondería aquí— dijo Loki una vez bajaron.

***

—La Variante nos ha tendido emboscadas.

—No hay de qué.

—Para que la teoría funcione, deben ser desastres naturales, sin previo aviso ni supervivientes— dijo Malenalie.

—¿Cuántos podría haber? — Loki se giró a Mobius.

—No lo sé.

—Lo averiguaremos— Loki lideraba la marcha.

—Vamos a dar un paseo— Mobius despertó a Loki y Malenalie soltó su expediente.

—Por cierto, en tu escritorio, esa revista...

—¿La de motos de agua?

—Sí, ¿por qué la tienes?

—Porque son alucinantes— Madinaveitia se acomodó en su asiento, interesada en él, no sabía si era una variante o no, pero se interesaba sobre todo en Midgard—. Algunas... la mayoría de las cosas de la historia son absurdas, poco a poco acaban en el olvido. Pero a principios de los 90— ella se removió en su asiento y él le sostuvo la mano mientras lo escuchaban—, durante un breve, pero brillante momento, hubo una hermosa unión entre diseño y funcionalidad, llamada moto de agua, nadie con sentido común puede discrepar.

—¿Has montado en una? — se interesó al soltarse del agarre, se ponía nerviosa con ese tacto.

—No— confesó.

—Recuerdo que a Tony y a mí nos regalaron una cuando salieron al mercado. Cuando quieras, vamos a mi casa y te la regalo.

—Un agente de la AVT en una moto de agua en la Sagrada Línea Temporal crearía una rama, seguro.

—Pero sería divertido— habló Loki.

—Sí, sería muy divertido.

—¿Y por qué lees eso?

—Me ayuda a recordar por qué luchamos.

—¿Cómo? — se interesó.

—¿De verdad crees en todo esto?

—Déjalo en paz, tomaste el teseracto porque aún creías que podías lograr tu cometido...

—Y porque tengo derecho legítimo sobre él.

—Sí, tu padre adoptivo lo robó de tu padre biológico.

—¿Y tú nunca has tenido esa clase de conflictos?

—Claro que sí, ¿cortarías un alambre o te acostarías sobre él para que yo pase? — el dios pensó un momento—. ¡Exacto! Para mí, depende de la situación que rodee a ese alambre, pero tú tienes una respuesta y él tiene otra, ¿me equivoco?

—No me he parado a pensar si creo o no, acepto las cosas como son.

—¿Que tres lagartos mágicos...

—Los Guardianes del Tiempo crearon la AVT y cuanto hay en ella, incluido yo.

—Cuando empiezo a admirar tu inteligencia, sueltas algo así.

—¿A ti quién te creó, Loki?

—Un gigante de hielo.

—¿Y quién te crió?

—Odín de Asgard.

—Odín, Dios de los Cielos; Asgard, un reino místico más allá de las estrellas; gigantes de hielo, escúchate.

—No es lo mismo. Es muy distinto.

—Es exactamente lo mismo porque, si te paras a pensar de dónde venimos y quiénes somos, suena ridículo; la existencia es un caos.

—Nada tiene sentido, por eso intentamos dárselo— intervino Malenalie—, los antiguos grecorromanos le daban un dios a cada cosa que no podía explicar a partir del raciocinio humano, porque nos aterra la idea de que no haya algo más. Por eso se cree en el purgatorio, tú en Helm o el Valhalla.

—Y yo tuve suerte de que el caos en el que emergí, me dio todo esto; mi propio propósito glorioso, porque la AVT es mi vida y es real porque creo que es real.

—Todo está escrito: pasado, presente y futuro; no existe el libre albedrío— señaló Loki—. Bueno, en fin, eso es una simplificación excesiva. Así que, en cierto modo, tú, tú, yo, aquí en la AVT, somos los único verdaderamente libres.

—¿A dónde quieres llegar, Loki?

—¿Cómo acaba todo?

—Es un trabajo en marcha.

—¿Qué esperan los Guardianes?

—Mientras nosotros cuidamos lo que ya pasó, ellos trabajan sin descanso en su cámara, desenredando el epílogo de sus infinitas ramas.

—¿Qué pasará cuando terminen?

—Se acaba, ¿no? — respondió ella.

—No habrá más eventos, solo orden, nos reuniremos en paz al final del tiempo.

—No suena esperanzador, sino aburrido.

—¿Solo orden? ¿Sin caos? Ella tiene razón, es aburrido.

—Para ustedes sí.

—Nos llamaste niños asustados.

—Te he llamado muchas cosas.

—Pero te equivocas, sé algo que los niños no saben.

—¿El qué?

—Que nadie malo es totalmente malo, ni nadie es totalmente bueno.