Loki & Malie

24

—Estás bien, creí que ibas ganando, ¿por qué me mandaste esa señal?

—¿No fuiste tú?

—¿Entonces de quién era el plan?

—Eso es jugar sucio.

—La vas a acaparar, yo solo quiero el plan— pero igual la abrazó.

—¡Mobius! — se emocionó Loki.

—Creímos que necesitaban refuerzos— dijo Sylvie.

—Tenemos nuevos amigos, son tú: de niños, de ancianos y en caimán, para que no te quedes sin ideas.

—Es mejor no cuestionarlo.

—Tiras una piedra y golpeas un Loki.

—Mobius, cuando salgamos de esto, quiero acceder al depósito de las Malenalies, ya me cansé de verlo a la infinita potencia.

—¿También van tras el monstruo gigante hecho de nubes?

—Aún no decidimos cómo lo mataremos, pero...

—Creo que la persona que buscamos está más allá de El Vacío en el fin del tiempo. Si ahí está, esa cosa es su perro guardián que protege la única entrada.

—¿Cómo pasamos al perro guardián?

—Lo voy a hechizar.

—No creo que puedas lograrlo, no desde aquí...

—La voy a hechizar.

***

—¿Por qué estoy aquí?

—Porque fuiste desleal.

—¿A quién?

—Los Guardianes del Tiempo.

—Tú estuviste ahí, no eran reales.

—Eso no cambia nada.

—Lo cambia todo.

—Tú liberaste a la variante, creaste un vínculo con ella, así que vas a decirme qué la motiva.

—Esto no es por la AVT, también quieres saber quién está detrás de todo esto. No lo hallarás antes que ella.

—Claro que no— murmuró una mujer que hizo temblar a Ravonna. No la veía hacia abajo porque apenas le llevaba escasos centímetros, pero lograba intimidar a cualquiera con su mirada penetrante—. ¿Quieres encontrarlo? No lo harás, lo deseas, apenas es un capricho...

—Si no fuera por la variante...

—¿Qué te dije de interrumpirme? — alzó la mano y movió sus dedos en círculos para crear una esfera azul brillante que logró causar temor en ambas.

***

—Mobius, suponiendo que regreses a la AVT, ¿en qué te estás metiendo?

—No lo sé, me gustaría que la gente sepa la verdad.

—Traicionarás a lo que dedicaste tu vida.

—Nunca es tarde para cambiar.

—Espero que sepan lo que hacen— murmuró la pelinegra, sentada junto al que alguna vez se vio como su variante.

—¿Te sientes bien?

—Claro que sí.

—No puedes dejar que te lo quite.

—No me está quitando nada, no somos nada.

—Nosotros tampoco y había planes de vivir juntos.

—Me refiero a que jamás tendré la complicidad que alguna vez ustedes tuvieron, no soy ella y jamás lo seré— suspiró—. Cuando todo esto acabe, crearé una realidad donde ellos dos puedan estar a salvo, en paz.

—Mobius no es tan malo— dijo Sylvie.

—Hace frío— la volteó a ver y creó una manta para sí—. Podría conjurarte una, si quieres.

—Podrías conjurarme un nuevo atuendo, no tienes idea de lo incómodo que es algo así. Bueno, Mobius y su teoría sobre...

—Claro, sobre nuestro evento nexus.

—No tiene sentido, ¿no?

—Sin duda, claro.

—No digo que no fue un momento agradable.

—Fue genial, fue muy agradable.

—Parece otra mentira de la AVT.

—Estoy cien por ciento de acuerdo, absolutamente— la volteó a ver, luego ella a él.

—No sé cómo hacer esto.

—Ni siquiera sé lo que hacemos.

—No tengo amigos, no tengo a nadie.

—Bueno, hay cosas más importantes, ¿no?

—Sí, como derribar a la AVT.

—Salvar el universo, incluso.

—No hace falta ser tan dramático, pero sí, algo así— la vio antes de conjurar una cobija que fuera aún más grande para envolverlos a los dos.

—No es muy abrigadora.

—Está bien.

—¿Es un mantel?

—No, es una manta.

—Gracias.

—Fue un placer.

—¿Cómo sé que, en los momentos finales, no me traicionarás?

—Escucha, Sylvie, yo... traicioné a los que me quisieron: a mi padre, a mi hermano, mi hogar. Sé lo que hice, sé por qué lo hice y ya no soy así. ¿Está bien? No te voy a defraudar.

—¿Estás seguro? Porque si lo logramos, y la AVT desaparece, podrías regir una línea del tiempo.

—Y entonces, por fin sería feliz. ¿Y tú? ¿Qué harás cuando todo esto termine?

—No loé.

—Yo tampoco lo sé, quizá podríamos averiguarlo, juntos.

—Quizá.