☀☀EL REINO DEL SOL☀☀

8: LA CAZA

: Así que Ella...- contesto Hollow- ¿ Es común en los humanos ese nombre ?

: No, no lo es- contesto de forma seca-

Los amarillos ojos del joven brillaban en la grisácea tarde, como un faro o una estrella. No se apartaban ni por un segundo de la chica pero no tenían la intensidad voraz de Galia.

: Ven conmigo, Ella- dijo tranquilo- te llevaré a mi guarida, allí estarás segura.

: ¿ Por qué debería confiar en ti ? - se plantó - no sé quien eres, no sé que quieres y todo en esta ciudad parece ser peligroso.

: ¿ Y por qué no hacerlo? - sonrió Hollow - ¿ tienes alguna otra idea? ¿ a caso planeas huir el resto de tu vida y esconderte en ese pequeño agujero?, si no quieres venir conmigo está bien no te obligaré, pero no esperes que los habitantes de este reino te reciban con los brazos abiertos.

Dicho esto comenzó a caminar como si no le importase si Ella decidía confiar en él.

Era perspicaz e inteligente, sabía que  la chica no iba a negarse con facilidad, al fin y al cabo no tenía nada.  

En el Reino del Sol no había lugar para seres así y el muchacho estaba consciente.

Al igual que Ella sabía que no iba a aguantar mucho más haciendo el acto cobarde de huir, si había entrado al reino era para conseguir respuestas no para quedarse escondida para siempre, iba a tomar la oportunidad y enfrentar las consecuencias que esto le pudiera traer.

Era muy tarde para arrepentirse.

Los primeros charcos de lluvia ya se habían formado, las gotas eran muy pequeñas pero las nubes negras que se balanceaban en el cielo avisaban de que lo peor aún estaba por llegar.

La chica salió del agujero y tímidamente siguió al joven, ya eran dos las huellas que dejaban a su paso.

Cuando Hollow se giró  y la vio no pudo evitar soltar una risa burlona.

Aunque no mucha gente estuviera en las calles debían andar con cuidado, los guardias aún no paraban su incesante búsqueda y si eran descubiertos sería el fin.

Escucharon una carrocería acercarse y Hollow rápidamente empujo a Ella para ocultarse en un callejón.

:  Sabes que eres una fugitiva ¿ verdad?- pregunto el muchacho -

:Sí, ¿ Pero porqué ? - susurro Ella-

: Eres una humana, una nigromante, una bruja...- contesto-  siendo  breves no es que caigas muy bien por aquí, yo tampoco pero lo tuyo ,es peor.

: ¿ Si me atrapasen - preguntó con el corazón en la boca- que me pasaría ? 

: Lo más posible, la muerte- las palabras eran secas y duras y su expresión lejos de risueña era rígida y seria- por eso tienes que venir a mi guarida , allí no podrán atraparte.

Ella se lo temía, desde el principio supo que las intenciones de los guardias no eran amables pero escuchar de otra persona que buscaban su cabeza, confirmar un hecho tan atroz ,la asustaba.

: No te preocupes, pronto estaremos allí- dijo el chico en un intento de calmarla-

Los dos continuaron su viaje entre las callejuelas del reino y bajo la amenaza constante de los guardias, mientras tanto en el palacio, en la sala del trono decía el rey a su hijo:

: Galia, eres hijo del rey ¿ Vas a seguir huyendo del trono cuando todo el reino te pertenezca? - las palabras severas sonaban en el silencio-    ¿¡Sabes cuanta vergüenza me causas?!                       ¡¿Sabes  lo caras que son  tus tonterías?!  Eres el príncipe , ha llegado la hora de que demuestres que no eres un inútil, darás caza a la bruja y acabarás con su vida. Solo así hijo mío, sabrán tu nombre.