☀☀EL REINO DEL SOL☀☀

51. ESTOY AQUÍ, PADRE.

Hollow y Luka surcaron el caos de las calles del Reino del Sol, los habitantes más valientes habían decidido salir a la calle para obtener respuestas sobre el reciente revuelo que aliviasen sus inquietudes.

Todos ellos se amontonaban alrededor del palacio real, protestando e exigiendo la actuación de su monarca el cual, no respondió. 

Usando su astucia de ladrones y los atajos que habían recorrido desde su niñez los hermanos consiguieron llegar hasta su guarida  y reencontrarse con el resto de su familia, tenían una infinidad de historias que contarse.

Los padres de Luka tendrían que esperar, solo un poco más, hasta que la tormenta que azotaba el reino se serenase.

Hollow solo pudo desear suerte a la bruja y el príncipe ya que su familia lo necesitaba más que nunca.

Por otro lado Ella y Galia ya habían llegado a la sala del trono, los pocos guardias que quedaban intentaban detenerlos pero no podían luchar contra las veloces enredaderas  de Ella que al momento los dejaba inmóviles.

: Antes de entrar- susurró muy serio- tenemos que decidir como vamos a actuar.

El elfo estaba más concentrado que nunca a la par que nervioso mientras que Ella mantenía una seguridad implacable debido en parte a la magia que la acompañaba.

: Yo creo que deberíamos apresar  al rey  inmediatamente- explico la chica- tenemos que dar un golpe de estado y arrebatarle el poder, pagará por todas las injusticias que ha cometido.

: A mí me parece más complicado que eso- sentenció el príncipe- aunque el monarca cese de reinar el trono quedaría vacío, necesitamos a alguien que ocupe su lugar, una persona que no sea mezquina ni corrupta.

: El Reino del Sol te necesita a ti, Galia- sonrió Ella- ¿Quién mejor para ocupar el trono que el mismo príncipe? Tú no eres mezquino ni corrupto, eres capaz de ser un gran líder.

: No estoy tan seguro de eso- contestó  ya habiéndolo meditado- No sé si  estoy preparado para hacerlo.

: No te preocupes, todo saldrá bien.

La confianza de la joven lejos de tranquilizarlo aumentaba sus dudas, como el agua que no deja de correr por un arroyo o la luna en el cielo diurno, su miedo seguía ahí.

¿Sería el capaz de ser una figura justa y fuerte? ¿Podría mantenerse alejado de la oscuridad a diferencia de su padre? ¿ Iba a lograr ser lo que todos esperaban de él? ¿ Y si la corona le venía grande? ¿Y si el poder le venía grande?

: Aun así- apunto el joven intranquilo- mientras mi padre, quiero decir, el rey, siga vivo siempre habrá poderosos y nobles a los que les interese devolverle el poder, es demasiado peligroso dejar posibilidades de que recupere el trono.

: ¿Y qué sugieres?-preguntó temiéndose la respuesta. 

:La muerte es la única solución, Ella.

Las palabras de Galia sonaban vacías y frías como el hielo, sus ojos miraban fijamente a la joven y a la vez a la nada, ella se dio cuenta de que no quedaba ni rastro  del chico alegre e ingenuo que había conocido una vez, en aquellos ojos tristes no quedaba espacio para él.

El príncipe ya había masticado la idea desde hacía un tiempo, desesperado había dado con una solución que hacía chirriar  sus dientes, pero sabía que era la única manera de que su padre dejase de provocar dolor.

: Pero... ¿Matar a alguien?- Ella no podía usar su poder para acabar con la vida de alguien, aunque fuera la de una persona tan malvada como el rey.

: No te preocupes- susurro Galia esta vez sin mirarla- Lo haré yo.

Era una manera de tomar responsabilidad y liberar su consciencia prisionera de la culpa.

Ella no podía creer lo que escuchaba, la muerte o el asesinato no tenían cabida en su plan, pero antes de poder decir algo Galia abrió la puerta y dijo:

: Estoy aquí, padre.