35. TRAICIÓN

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: ¿¡ Estáis seguros de que ha escapado?!- vociferaba el rey fuera de sí- ¿¡ No fue secuestrado por la bruja?!

: No señor, el príncipe Galia fue visto escapando por su propia voluntad-contestó tembloroso un siervo.

Tras el incidente ocurrido en la fiesta de disfraces los invitados fueron escoltados hasta sus casas y el rey no dejo de gritar y castigar a aquellos que considero incompetentes, sus esfuerzos por evitar que el rumor se esparciese fueron en vano ya que poco después ya sabía todo el reino que la bruja había vuelto a burlar al monarca.

El hombre de la corona veía como la mocosa nigromante iba tomando el control, arrebatando poco a poco su poder como ya le había ocurrido en el pasado.

Antes había intentado mantener una imagen de frialdad y seguridad ante su reino pero eso se había acabado no podía seguir perdiendo la confianza de su gente, si su honor se veía más perjudicado empezarían a montar motines y eso significaría el fin de su monarquía.

Esta vez la maquiavélica bruja no solo le había robado la honra y la llave mágica si no que también se había llevado a su hijo consigo, desquiciado se enfrentaba ante una crisis que podía llevarlo a la ruina.

: ¡ En ese caso que no vuelva!- gritó enfurecido haciendo que las paredes del palacio se estremecieran-  ¡ reforzar la seguridad del reino y matad a todo el que cruce el muro ! ¡Si mi hijo ha traicionado a su patria que no vuelva! ¡Si mi hijo ha ignorado la educación que le he dado y ha obedecido a una bruja que caiga con ella a la hoguera!

: Entonces majestad ¿ Si encontramos al príncipe debemos acabar con su vida? - preguntó un soldado.

: Si vuelve a aparecer... traerlo a palacio vivo o muerto.

Galia era su descendencia, su plan a futuro y el encargado de que la dinastía de los elfos continuase, era importante pero seguía siendo una pieza remplazable ¿ De qué sirve tener un peón que desobedece y se mueve solo  por todo el tablero? Si no iba a ser útil no era necesaria su vida.

Siempre se había sabido en el reino lo inmaduro e incontrolable que era Galia, pero todos  mantenían la esperanza de que algún día  cambiase, nunca antes  había tenido una falta tan grave  pero esta vez había cruzado los límites.

: ¿Quién fue?- preguntó más sereno el rey- ¿ Quién divisó los intrusos? 

: Fui yo- dio un paso al frente Luka- yo lo hice señor.

: Oh así que  eres tú de nuevo ,muchacho- sonrió mirándolo de manera distinta- No haces más que portarte bien, y claro que voy a recompensarte ¡Asciendan a este chico!

Al final los perros abandonados eran los más fieles, el rey había mimado demasiado al suyo y al final había olvidado su lugar, quizá si hubiera sido más estricto con él nunca habría ocurrido la traición o quizá Galia estaba destinado a fallar.

: Gracias señor- se arrodillo el joven.

Después de haber delatado a su hermano Luka sintió un leve remordimiento, tal vez la ira del momento lo había empujado a actuar impulsivamente aunque tampoco iba a disculparse ya que lo consideraba justo tras los actos egoístas de su hermano.

La seguridad había aumentado en todo el reino, esta vez sería imposible engañar a  la ley, los guardias sospechaban de todos, había controles en cualquier lugar  y el rey ya no estaba interesado en tapar el asunto actuando como si nada ocurriera, ahora su único objetivo era que la bruja no siguiera respirando su mismo aire, tenía que matarla.

Si osaban volver al reino una muerte segura les esperaba.

A la vez que el rey estaba asustado de su enemigo no podía evitar pensar que tres arrapiezos como ellos no iban a durar ni una sola noche en el bosque de las bestias.

Mientras tanto Ella seguía preguntándose si las historias que el hombre de la corona había contado sobre los monstruos de allí eran ciertas o solo era otro bulo como el de las brujas para mantener a su población sumisa y analfabeta.


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