Naturalmente, debería estar cenando con sus padres y sus dos hermanos gemelos, pero no lo deseaba. No quería ser una molestia para nadie, no cuando se sentía tan mal consigo mismo. No solo por lo que había sucedido, sino por lo que sentía por dentro, esa incertidumbre que lo carcomía. Lo que menos quería era lastimarlo a él, pero no podía hacer nada más. Había pasado una semana desde que se enteró que Lee Heeseung no era precisamente el chico con más suerte, por decirlo de alguna manera. Heeseung le pareció simpático, agradable, alguien con quien podría haber hablado más. Durante las vacaciones de verano del año pasado lo observó de lejos. Su cabello, antes de un tono distinto, ahora tenía un aire renovado, fresco. Fue en ese entonces, cuando se encontró con él en los baños, que no supo qué pensar sobre su orientación sexual, y tampoco le importó mucho. En ese momento, sus pensamientos estaban con Sunghoon.
El sonido de la campanilla de la tienda de cómics resonó por todo el local vacío. Sana levantó la cabeza, sorprendida, y vio a Jake entrar, un poco más apurado de lo usual.
—Jake, ¡casi me matas del susto! —dijo ella, con una mirada de reproche, mientras seguía organizando las últimas cajas.
Jake dejó su mochila en el vestuario, se puso el uniforme con un gesto distraído. Su jefe, el señor Boo, les había prometido unas vacaciones para Navidad, pero antes tenían que terminar con el trabajo. Las cajas de cómics, que habían sido un éxito de ventas, debían estar organizadas antes del fin de mes. El tiempo no sobraba.
Durante una hora, su celular no dejaba de sonar. Jake sabía perfectamente quién estaba al otro lado de esas llamadas: su madre, Jungwon, y un mensaje de Sunghoon. Pero la persona que realmente esperaba no aparecía. Suspiró, con los ojos cerrados, mientras apretaba las rodillas adoloridas. Estaba exhausto, agotado de tanto escuchar el maldito timbre del teléfono. Finalmente, apagó el celular cuando vio la llamada de un amigo al que, de alguna manera, le gustaba escuchar.
"En este mes, las lluvias son más intensas", la voz de su amigo resonó en el teléfono, y Jake sonrió, una idea cruzó por su mente.
—Oye, Sana... —dijo, mientras se acercaba al estante donde ella seguía organizando, observándolo con una ceja levantada, como si intuyera lo que Jake iba a decir.
—¿Qué pasa? —preguntó Sana, sin dejar de trabajar.
—Escuché que va a llover... ¿Crees que sería una buena cita?
—¿Te gustan los clichés? —Sana agitó la cabeza, claramente divertida, pero también curiosa.
—¿Es algo malo? ¿Por qué dices que no? —Jake la miró, confundido.
—No dije que no, pero eso pasa en los dramas, no en la vida real. ¿Sabes? —Sana sonrió levemente, como si se estuviera burlando de la idea.
Jake no entendió al principio. Sana suspiró, viéndolo con cierta tristeza.
—¿Tú tuviste una relación, no? —dijo, con tono suave, esperando a que él respondiera.
—Ya no estoy en esa relación... La terminé hace una semana.
Sana se detuvo por un momento, mirando a Jake con una expresión que reflejaba comprensión, pero también una ligera preocupación. Recordaba cómo Jake había llegado a trabajar ese día, con los ojos hundidos y sin haber comido nada, después de una pelea tonta. Todos lo notaron. Y lo que más le dolía era que el chico que Jake había amado no parecía saber lo que quería. Sana había visto cómo Jake se esforzaba por entenderlo, por seguirle el ritmo, y sin embargo, siempre había algo que lo frenaba. Algo en su interior deseaba que Jake se diera cuenta de lo que en realidad merecía.
—Está bien, si te interesa alguien, déjalo fluir, pero no te pongas expectativas altas... no quiero que termines ilusionándote en vano —le dijo, con un tono más suave que de costumbre.
Sana le sonrió, no solo por el consejo que le daba, sino porque sabía que Jake merecía algo mejor. Lo entendía, porque ella misma había pasado por ese tipo de experiencias. Sana había dejado ir a la persona que había amado, porque también lo entendió en su momento. El amor no siempre era fácil.
—¿Extrañas a Sunghoon? —preguntó Sana, mientras caminaba hacia la caja.
Jake se quedó quieto, un nudo se le formó en el estómago. Miró a Sana con una mirada triste, cansada. Era la primera vez que se atrevía a hablar de ello.
—No te mentiré... Cuando las cosas se pusieron difíciles entre él y yo, y comenzó a cerrarse, sentí que algo se moría dentro de mí. Cada vez que me rechazaba, era como si se desvanecieran mis sentimientos. Y me sentía culpable por no poder hacer nada... Me dijo que yo ya no significaba nada para él y me dolió. Pensé que con el tiempo todo se arreglaría, pero... no lo hice, no pude. Ahora me pone mal pensar en él, porque no sé si fue lo mejor, ¿sabes? No sé si debería haber hecho algo diferente.
Sana lo miró fijamente, viendo cómo la tristeza de Jake lo envolvía como una manta pesada.
—¿Por qué preguntas por una cita entonces? —insistió ella.
Jake dudó antes de responder, pero al final, lo dijo.
—Creo que me fijé en otro chico —murmuró, con una inseguridad palpable en su voz.
Sana no dijo nada, solo le dio una sonrisa ligera y una mirada comprensiva. No era la primera vez que veía a alguien hacer el mismo tipo de preguntas, sin entender lo que realmente quería. Solo le recordó que no jugara con los sentimientos de nadie, que no le diera falsas esperanzas a alguien más. Jake no quería hacer eso, pero sabía que a veces la vida nos llevaba a lugares inesperados, a veces sin darnos cuenta.
Y así pasaron los días. Las llamadas seguían llegando. Jake las ignoraba, necesitaba estar solo, necesitaba desaparecer para evitar que Sunghoon lo buscara. Había tomado la decisión de que ya no lo amaba, aunque, por dentro, aún quedaban vestigios de algo que alguna vez fue real. Como una rosa que se marchita lentamente, hasta desaparecer por completo.
Ya era tarde, y el vacío de la noche lo envolvía todo.
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𝒔𝒐𝒍𝒐 𝒖𝒏 𝒓𝒂𝒕𝒊𝒕𝒐 🌧️ 𝒋𝒂𝒚𝒘𝒐𝒏
Фанфик─✧ 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑎 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡'- ❛ Solo compartí un refresco y una bolsita de gomitas en la banqueta con ese chico solitario... O tal vez fue un solo ratito que los sentimientos crecieron con ambos. ❜