Después que María Victoria salió de la caballeriza entró con el mismo sigilo con el que había salido de la casona, aunque faltó muy poco para que se tropezara con su tía Carmela que salía medio desnuda de la recamara de Antonio. Su nana alguna vez le había insinuado que su tía, la viudita del tío Ulises tenía quien le hiciera ciertos favores, lo que nunca se imaginó es que era su propio padre.
Como andaba prófuga no podía hacer lo que se le antojaba en ese instante, que era ir a donde su papá y decirle unas cuantas cosas. Ya arreglaría ese asunto otro día, en ese momento debía regresar a su cuarto sin ser vista.
Esa noche durmió muy poco porque sentía algo dentro de ella que nunca había sentido, era una emoción, un anhelo, un suspiro... Pensó en unos ojos azules intensos que la abrazaban donde se posaban, los tenía clavados en su mente, al igual que su boca jugosa y deliciosa de la cual no podía borrar el rastro que había dejado en sus labios y en su piel.
Vicky había tenido unos cuantos novios en la Capital, una vez que le ponía el ojo a uno de ellos no descansaba hasta que con sus sutiles encantos los atraía, una vez aburrida, los desechaba sin miramientos para ella solamente era diversión. Tal vez con Luis Fernando era lo mismo, solo que lo que sentía cuando estaba con él era más intenso, ninguno de ellos le provocó lo que él le provocaba únicamente con mirarla.
Se levantó tempranito, cuando el bicho comenzó a cantar, se esmeró en vestirse, eligió, una minifalda de jean, le encantaba enseñar las piernas y por lo que pudo percibir, a su sexy vaquero le gustaba admirarlas, una blusa corta y sin manga le hizo juego, se soltó su hermoso cabello que también notó que le gustaba, miró las botas que le había regalado su padre, y negó con la cabeza, no le agradaban, por lo que se puso sus tenis preferidos.
Camino hacia la cocina y se encontró en el corredor con Alecia, la criada que María Victoria no toleraba.
-Buenos días, señorita ¿pa' dónde va tan buenamoza? -preguntó la criada.
-Mira que eres entrometida, eso no es tu problema, a ver si te ubicas. -Le dijo fulminándola con la mirada y terminó de hacer el recorrido hasta llegar a la cocina donde todos acostumbran reunirse para tomar la primera comida del día.
Al llegar se encontró con el dueño de sus suspiros, se encontraba desayunando, enseguida un cosquilleo recorrió su cuerpo, él clavó sus penetrantes ojos en ella y cuando nadie lo vio, le regaló un guiño, una excitación rugió en su interior por ese simple gesto, ella le sonrió disimuladamente.
-Buenos días -dijo Vicky tomando un mechón de su cabello con coquetería.
-Buenos días, señorita -respondió él con una voz rasgada, un pequeño estremecimiento estalló a lo largo de toda su columna vertebral, ese timbre lento y pausado hacía estragos en la muchacha.
Dolores que estaba en una esquina terminando de hacer unas arepas, se dio cuenta de miradas, gestos y sonrisas que acababa de ocurrir.
Dejó lo que estaba haciendo y tomó a Vicky y la sentó alejada de Luis Fernando.
-Nana -se quejó la joven.
-¿Qué haces tú levantada tan temprano? -Le preguntó ceñuda.
- Después de lo que ocurrió anoche no pude conciliar el sueño, además no es lo que siempre me dices que el que se levanta de madrugada recoge agua clara.
-¡Gua! Eso sí que es un milagro. -Respondió Dolores mirándola con desconfianza, luego miró al capataz que en ese momento estaba intentado reprimir una sonrisa.
María Victoria esperó a que le sirvieran el desayuno y se fijó que todas las mujeres que trabajaban en la cocina, se encontraban allí y no dejaban de mirar a Luis Fernando, ya había escuchado alguna vez que las mujeres llaneras eran enamoradas, fue hasta ese momento que lo comprobó, la más descarada era Alecia que se comía con los ojos a su catire, ya que para Vicky después de ese beso compartido, le pertenecía al menos hasta que se aburriera de él, tal vez el capricho durara un poco más, porque Luis Fernando no se parecía a ningún hombre que hubiera conocido antes.
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Entre el Amor y el Odio
RomanceUn amor... Una tragedia... Una venganza... Y una tierra indómita. Luis Fernando arrastra un doloroso pasado, haciendo que se convierta en un hombre duro en implacable, regresa a su tierra a cumplir con aquello que lleva años esquivando. Maria Victo...