Cap. 19: La esperanza en una vela

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Desde el inicio de los tiempos, el hombre ha buscado la manera de pelear con sus semejantes, pues el conflicto se encuentra en su naturaleza. A lo largo de los tiempos y su paso por este mundo, hemos buscado la manera de segregar, discriminar, pelear y en general, siempre ha tratado de separar a las poblaciones. Las separaciones entre pueblos a veces tienen justificaciones en el corto plazo, como la separación de un pueblo tras una guerra; existen otras que son por mero capricho de unos cuantos, como cuando dos familias son enemigas en cierta obra trágica, o ya cualquier otro ejemplo que puedan pensar.

Estos conflictos pueden no persistir mucho, o pueden prolongarse a generaciones luego de que los mismos que iniciaron la disputa. En el primer caso, prima la amistad y la unión de las personas; en el segundo, el rencor y odio sin sentido que solo supone un sacrificio por detestarse sin ninguna razón aparente. Sea como sea el caso, un sabio hombre dijo alguna vez: "No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista", en este caso el mal es la pelea.

Y bueno, ¿A qué todo esto? Bien, Leria y Burna eran dos pueblos que por bastantes años se detestaron, pero antes de ser dos poblados separados entre sí, fueron uno únicamente. ¿Qué los separó? Contarlo arruinaría la magia, pero sí puedo contar que los unió.

Como ya se explicó estos pueblos fueron unidos por un rey hace tiempo, pero antes de eso, algo había acontecido que llamó a la paz, y ese algo fue un incendio. En los tiempos en donde el diario de mi familia empezó a ser registrado, como hace cuatrocientos años, un incendio nació repentinamente en una bodega de Burna durante los festivales del vino, y gracias a la negligencia, el siniestro consumió rápidamente todo en aquella ventosa tarde de otoño. Sin esperanza alguna de recuperar sus pueblos, lerios y burnos trabajaron juntos para apagar el incendio, el cual para la noche ya había alcanzado una gran magnitud y se había expandido al bosque, arrasando con todo poco a poco, tuvieron que ser necesarios varios días para que el mismo se apagara finalmente.

Luego del incendio, los pueblos de Leria y Burna que tenían aproximadamente cien habitantes cada uno, pasaron a perder más de la mitad, quedando registrados treinta y dos Lerios y veinticinco Burnos, una masacre casi total. Estos pocos sobrevivientes se refugiaron sobre los escombros de dos aldeas destrozadas por un incendio, y ahí ocurre un milagro, dos pueblos irreconciliables, se unen para ayudarse a superar, pues, como yo digo: "Los peores momentos sacan lo mejor que puede dar una persona, sea para bien, o para mal de otros", y fue para el bien. Este catastrófico evento conllevó a una celebración bastante particular, en la que se encienden velas por todo el pueblo, para traer buena suerte al pueblo y prevenir una tragedia como esa.

Aquella mañana, como por las once, el ambiente del festival del vino continuaba, pero ya luego del día central, muchas personas habían decidido descansar aquel día, incluyendo a Ereh, quien desde que había salido de aquella viña, cayó rendida ante el sueño a orillas de las horas prohibidas, y despertó igual de cansada.

—¿Dónde estoy, Emma? ¿Por qué me duele la cabeza? —Preguntó masajeándose el cuello.

—Estás en una posada, y como bebiste bastante ayer, te duele. —Contesté

—Si es así no volveré a tomar.

—Tranquila. —Dije mientras buscaba algo que había dejado sobre la mesa del cuarto. —Con este caramelo se te pasará, siempre se ha usado para sanar resacas. —La verdad es que poco o nada servía contra la resaca, pero ya explicaré por qué se lo di.

—¿Me lo aseguras? —Volvió a preguntar con una cara cansada.

—Sí, cómelo, el dueño de la posada te dejará bañarte, así que luego te aseas y estarás mejor. Te doy mi palabra.

—Es ácido. —Exclamó mientras lo deshacía en su boca

—Es lo normal, eso te calmará. —Alegué con seguridad. —Al ser potente, te sana rápidamente, verás que para la tarde estarás mejor. Sobre la mesa hay una taza con una bebida, también es efectiva. —Terminé de comentar.

Diario de una viajeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora