Diario de una viajera

Cap. 6: La dama vestida de blanco

El cuento urbano de la ciudad de Landers de una mujer de apariencia joven y delgada, ayudando a los más necesitados es una leyenda algo reciente en la ciudad montañesa y sus alrededores.

Dice esta misma historia, que hace no mucho, aproximadamente treinta a cincuenta años en el pasado, vivió una joven chica llamada Ruth, hija del hombre más adinerado de la prefectura occidental.

Ella nunca estuvo de acuerdo con la desigualdad de gente, y a sus quince años, repartía en secreto comida a necesitados, pese a que su padre le prohibía realizar tal acción, pues, dañaba la imagen de su familia

Como toda niña, Ruth hizo caso omiso a las prohibiciones de su padre, y cuando tenía la oportunidad, donaba de su dinero para la creación de comedores públicos, posadas para gente necesitada y más cosas. A la edad de veinte años, decide escapar de su casa e inició con proyectos de beneficencia donde ella no era la única donante.

Aquellos que la conocieron, según oí, dijeron que era una "muchacha alegre", siempre disfrutaba de la música; una amante de la danza tradicional; una mujer de gusto culinario simple, gozaba de la literatura y enseñaba a todos lo que conocía.

Pero todo eso fue efímero, pues una noche, mientras ella dormía, un poderoso incendio irrumpió en su casa, desapareciendo su cuerpo en el acto, y probablemente asesinandola. Un final lamentable para una chica joven, que no hizo nada más que ayudar a aquellos que necesitaban.

Entonces, ¿Por qué estoy contando esto? Si esa mujer realmente está muerta, ¿qué relación tiene con la historia? Pues, desde hace poco, la gente en este pueblo tiene encuentros con una mujer completamente vestida de blanco, con un velo que la cubre por completo, entregando comida a los más pobres en horas nocturnas. Algunos supersticiosos dicen que es un fantasma; otros más, que Ruth sigue viva, y algunos más afirman que se trata de una organización secreta de caridad para los más afectados.

Escuché de la historia en algunos pueblos y sentí un poco de curiosidad, y ya que Landers era mi ultimo punto antes de llegar a la ciudad de Ruth, me aventure a descubrir que sucede y entender qué pasaba con esa curiosa leyenda.

—Landers, una ciudad medianamente grande, el lugar perfecto entre la ciudad y el campo para buscar nuevas comidas, ¿Qué piensas hacer hoy, Emma? —Exclamó Amelia mientras revisaba un mapa de la ciudad.

—¿Yo? Voy a tratar de resolver algo, pero debo esperar unas horas.

—Oooh, ya veo. ¿Quieres acompañarme por el momento? Podemos charlar durante el día. —Dijo con una alegre sonrisa... Lo cual es curioso, pues, aparte de la caminata en Alsaica y la extraña charla en las ruinas de Trisdaria, Ella y yo no habíamos tenido un acercamiento "Interesante" hasta ese punto, supongo que eso mismo quería.

—¡Acepto!

—¡Muy bien! —Respondió— Según escuché, Landers tiene creo 3 bazares y varios restaurantes, debo buscar la mayor información en estos... Aunque es algo tarde, podemos comer en algún lugar y partir ya. Entonces, ¡debemos partir ya!

Amelia Von Humboldt es una mujer rara, ya entenderán cuál es la razón de esto, pero sí, ese pensamiento pasaba por mi mente cuando interactuaba con ella.

En fin, en vista de que tenía que esperar hasta la tarde para poder ver a la "Dama" decidí caminar con Amelia mientras ella investigaba el pueblo. Era algo simple, ella caminaba por la ciudad e iba viendo como era la comida en este pueblo, anotaba lo que más potencial le veía, y seguía. Una rutina simple, pero entretenida.

Llegamos a un pequeño local entre las calles. Ambas entramos al restaurante y se nos acercó un joven quien nos mostró que cosas habían en el menú.