Era encantador para Yeosang escuchar como Seonghwa hablaba de su trabajo con tanta pasión, la melodía de la voz del chef le había inundado llegando a descolocar en cierto punto, perdiendo por completo, por algunos segundos, el hilo de la charla. Yeosang había notado las expresiones ambiguas, y como las mejillas se le enrojecen cuando recordaba alguna travesura hecha en la cocina, ese hombre era peculiar, elegante y muy apuesto. A pesar de que su café estaba amargo, el dulce en su boca le había invadido por completo.
Seonghwa se sentía animado, hablaba hasta por las hebras de su cabello y sentía que estaba siendo bien recibido, no podía evitar la emoción que le recorría el cuerpo y lo expresaba con el excesivo movimiento de las manos. Sospechaba que era porque hablar de cómo ama agasajar y cocinar era su pasión, pero reconocía que la atenta mirada de su invitado frente a él, era un trampolín al cielo de la comodidad. Él bebía café también, pero se vio sorprendido al tener que dejarlo cuando este se puso demasiado dulce como para poder soportarlo, al parecer le había puesto mucha más azúcar de lo normal.
Era extraño para Jong Ho verlos juntos, sentados en un rincón del restaurante bebiendo café y hablando de manera tan natural, no podía evitar rascarse la cabeza mientras hacía muecas con los labios, habían pasado dos horas allí desde que habían llegado. Aquello no suponía un problema, pero causaba especial extrañeza para él dado el conocimiento que poseía. Era irreal, en cierto punto, que no fueran capaz de recordar que fueron destinados, pero allí los veía y los escuchaba a grandes risas sonoras por chistes o nervios y eso le daba cierta paz a su corazón, quizás tal vez ahora puedan ser capaces de vivir su atracción de manera distinta.
—¿Has montado a caballo?—preguntó Seonghwa cuando terminó de oír como a Yeosang le gustaba dar largos paseos por el atardecer, haciéndole recordar lo mucho que él disfrutaba del aire libre en su niñez—Cuando era niño mi padre nos llevaba a un sitio en donde podíamos estar largas horas conviviendo con ellos.
—No, nunca lo he hecho—respondió—Pero si he montado muchas bicicletas—agregó riendo.
—Deberíamos ir un día de estos, si te interesa, siento que vas a amarlo...—sonrió y se atrevió a mirar a su alrededor por primera vez en las dos horas que llevaban allí, fue como si se percatara del entorno, de que era chef y que tenía que trabajar, pero no deseaba levantarse de la silla, no si Yeosang le hablaba de ese modo tan bonito, porque sentía que aunque sus palabras puedan ser comunes, su tono de voz y postura corporal las hacían ver como si relatara un cuento.
—Pero también usamos las bicicletas por si las cosas se descontrolan—dijo. Seonghwa lo miró sonriendo como si supiera lo que realmente ocultaba detrás de la propuesta—Me da un poco de miedo realmente—tocó su nuca apenado.
—Es natural, son animales muy imponentes, pero es solo cuestión de conectarse con ellos, piénsalo—agregó y movió su silla hacia atrás cuando decidió que aunque quisiera quedarse, tenía trabajo que hacer y aunque trajo a Yeosang a su restaurante para poder acceder rápido a sus responsabilidades, el tiempo se le había ido sin previo aviso.—Lo siento, pero es hora de volver al trabajo.
ESTÁS LEYENDO
Alma Saborizada [SeongSang][COMPLETA]
FantasyEn un mundo donde puedes sentir toda la comida que tu destinado consume, las cosas no parecen ser siempre deliciosas. En un mundo manejado por el Destino, es mejor seguir sus reglas al pie de la letra, si es que no quieres terminar con tu hilo hecho...