¿Creen ustedes que a Park Seonghwa le importaba la indignación y aparente enfado de Yeosang? ¡No!, eso era secundario y problemas ajenos a su persona, se freían como papas. Él venía con ideas claras y concisas.
—Terminemos con esto—le dijo bastante impaciente acercándose peligrosamente, acorralándolo contra la pared. Relamía sus labios porque el escozor ya era insoportable, ¿mentolado y picante? era indescifrable.
—Momento, momento...— Kang se puso a la defensiva apoyando todo su brazo en forma de bloqueo bajo el cuello de Seonghwa—¿Qué crees que estás haciendo?
—Lo obvio. —luchaba por acercarse, con sus labios en forma de pico.
—¡No seas tonto! — tartamudeó nervioso.
—¡estoy harto de esto! solo bésame y me iré ¡quiero recuperar mi vida, mi trabajo! ¡Yo vivo de esto!
—¡Deja que me vista al menos! Cierra la puerta. —murmuró con pudor mientras se agachaba en busca de la toalla. —Espérame aquí...
—No pienso irme sin besarte...—se cruzó de brazos.
—Romántico. —dijo entre dientes mientras se metía corriendo de puntitas en su habitación, se vistió, pero se tomó su tiempo, con calma, porque no pensaba correr tras aquel. Al salir se topó con Park en la puerta—Te dije que me esperaras allá. —señaló por lo bajo.
—Aquí o allá ¿cuál es la diferencia?
Se le enfrentó, puso sus manos alrededor del rostro y lo observo atentamente antes de acercar sus labios. El olor a jabón lo invadía, la piel se le sentía tibia aun, era extrañamente bonito para él, sin embargo, el otro se le escurrió de los manos como arena.
—Espera... —de cuclillas en el suelo se dejó caer para rodar como una pelota y ponerse de pie más lejos.
—¡NO TENGO TIEMPO PARA ESTO! —entró de lleno en la habitación parándose de un lado de la cama mientras Yeosang se escondía por el otro extremo. —¿Tienes 12 años? ¡ven aquí ahora y bésame!
—¡No! no quiero.
—¡Me importa un comino!
—¡Y a mí un rábano!
—¿Qué sabor tenía el rábano? —preguntó dudoso.
—Realmente no lo recuerdo...—también sonaba así, genuinamente confundido.
—¡Basta! me estás distrayendo—movió sus manos en el aire inquieto y se subió rápido en la cama hasta alcanzar a Yeosang, pero este se zafó como pudo. Park cayó al piso furioso y gritó enojado. Ese tipo lo estaba humillando a él, al gran Park Seonghwa, dueño de restaurantes con estrellas michelín. Estaba en un departamento del tamaño de su baño, con un hombre vulgar e infantil que se negaba a cumplir con su destino, quería arrancarse los pelos y hacerle lo mismo. —Por favor...—suplicó poniéndose de pie, ¿qué quieres para hacerlo?
—Nada, no quiero hacerlo...
—Puedo pagarte, sé que suena patético, pero estoy desesperado. —su postura se encogió y suspiró triste, parecía querer llorar, se sentó en la cama y le dio la espalda, sollozó con pena y frotó su cabeza.
—Lo siento, no sabía que te afectaba tanto. —se sintió culpable y caminó hasta él, se sentó y con algo de temor le acaricio la espalda, dándole ánimos o eso creía que estaba haciendo, era una respuesta natural humana, tal vez inconsciente.
—Han pasado muchos años desde que nos conocemos...
—No nos conocemos — le recalcó, sus palabras salieron firmes, eran sus pensamientos reales esta vez y quería dejarlo en claro.
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Alma Saborizada [SeongSang][COMPLETA]
FantasyEn un mundo donde puedes sentir toda la comida que tu destinado consume, las cosas no parecen ser siempre deliciosas. En un mundo manejado por el Destino, es mejor seguir sus reglas al pie de la letra, si es que no quieres terminar con tu hilo hecho...