8. Sabores decepcionantes.

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Se sentía tan feliz que creía que, si Wooyoung llegaba, correría a besarle; ¡la mermelada sabía a durazno! saltaba en su sitio mientras comía con una cuchara, iba a hacerlo hasta asquearse y cuando terminara con eso, iría con el café amargo para contrarrestar tanta dulzura.

—¡Si, si, si! —saltaba moviendo su trasero de un lado al otro—El calvario ha terminado—se decía entre sonrisas.

La llave ingresando en el cerrojo en la puerta principal lo puso aún más feliz, corrió con la mermelada en la mano a recibir a su compañero de piso; al verlo se le tiró encima, quería comérselo a besos, quería probar hasta que sabor tenía el sudor de la frente.

—¿Qué tienes? — Sin embargo, su amigo no permitió ni por asomo que aquellos labios pegoteados tocaran su rostro.

—¡EL GUSTO!

—¡¿Se besaron?!— sonrió animado. De allí se fueron juntos a la habitación, en donde Wooyoung dejó sus partituras en la cama.

—Claro, no se me ha resistido. —se pavoneó chupando la cuchara.

—Pobre hombre... entiendo por qué no quería besarte, eres repugnante cuando te lo propones...

—¡No es cierto! ¿Quieres?

—Mmm sí, pero no de la misma cuchara que metiste en la boca.

—¿Qué tal te fue hoy? —su felicidad era tan inmensa que tardó varios segundos en darse cuenta del silencio ajeno —¿Te comieron la lengua los ratones?

Los movimientos de Wooyoung se hicieron mecánicos de a poco, tocó la cama de una forma extraña, como si solo cayera, algo estupefacto por la situación que lo envolvía.

—Bien...

—¿Solo bien? —Yeosang entrecerró los ojos, poco a poco la sonrisa de Wooyoung se hizo inmensa, era una sonrisa única, extraña, comenzaba a perder la armonía, se volvió aterradora, endemoniada—¿Qué tienes? — se alejó cuanto pudo, le daba miedo.

—Necesito salir, pásame una camisa limpia.

—Pero, ¿adónde vas? —rebuscó en el closet agarrando lo primero que vio.

—Tengo una cita que concretar. — sonrió—¿Y entonces cuándo me lo vas a presentar?

—¿A quién?

— A tu novio...

—No tengo novio...

—Pero ya encontraste tu destinado, ¿van a mudarse juntos?

—¿De qué hablas? claro que no, él y yo solo nos besamos para seguir con nuestras vidas, no hay intereses amorosos de por medio.

—Dime que es una broma. —se le acercó y lo tomó de los hombros para sacudirlo un poco. —¡No entiendes la gravedad del asunto!

—¡¿Qué te pasa?! ¿qué cosa tengo que entender?

—Que eres un imbécil, tengo que irme, no tengo tiempo para esto, después hablamos.

Fue desconcertante verlo partir de ese modo, pero en este momento, no había cosa más importante para Yeosang que haber recuperado el gusto, y esta mermelada tenía un sabor único. Nada ni nadie rompería este momento tan íntimo entre él y su sentido básico. 

 

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Alma Saborizada [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora