9. Sabores cercanos.

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El calvario no terminaba ni para uno ni para otro, la cena para los empleados en EatHwa se había estropeado por completo. El pobre chef se había puesto a llorar en el hombro de Jong Ho, aunque todos habían disfrutado, el pelinegro no era capaz de hacerlo y le aterraba la idea de tener que ir en busca de Yeosang nuevamente.

Por otro lado, sumándose al club de los desabridos, Wooyoung se había ido al estudio muy temprano solo para tocar una melancólica pieza y alejarse de las quejas y el malhumor de su compañero. Estaba tan triste, él había pasado su primer año sin festejar con su destinado el maravilloso hecho de haberse saboreado, lo extrañaba, lo necesitaba como si se conocieran, como si durante todo este tiempo ellos hayan pasado momentos juntos.

—Profesor Jung—susurró una chica.

—¿Si, Whee In? —preguntó sin siquiera voltear, si había algo que destacaba en él era su perfecta audición, era muy raro que confunda voces o no pueda reconocerlas al instante.

—¿Qué hace aquí tan temprano?

—Solo me relajaba—se giró a verle—¿Tu?

—Preparaba la sala principal porque con mis alumnos estamos organizando un pequeño acto de canto en dónde vendrán sus padres a oírlos.

—¿Eso es todo el movimiento de gente estos días? —ella asintió—Bueno, pasaré a escucharlos—sonrió cansado y se giró nuevamente, la muchacha solo se quedó allí parada—¿Pasa algo Whee In?

—Me preguntaba si usted podría tocar algo para los chicos, solo una pieza corta para acompañarlos con algo de ritmo.

—Claro—sonrió para sí mientras comenzaba a tocar—Solo date una vuelta por aquí para coordinar una práctica.

—¡Gracias, profesor! —dijo muy animada, un chico entró a la sala y le tocó el hombro.

—Hermana ¿dónde pongo esto? —sostenía un parlante en sus manos.

—San, te dije mil veces el lugar—se molestó empujando al chico hacia afuera.

Yeosang no se sentía para nada afortunado, en cambio se sentía tan miserable

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Yeosang no se sentía para nada afortunado, en cambio se sentía tan miserable. Mientras estaba en el trabajo solo pensaba en qué era lo que habían hecho mal, pensaba en que tal vez no debieron tocarse de ese modo o que tal vez tendrían que haber ido más allá, pero eso no era lo que la gente decía; la gente decía que con un beso todo volvía a la normalidad y fin del asunto, ¿entonces por qué no funcionaba?

—¡Kang!—MinGi chasqueó los dedos en la cara, le corrió los papeles y se sentó sobre el escritorio—¿Dónde puedo conseguir algo de comer?

—En el patio de comidas—le miró enojado y lo empujó.

—Cuando me aburro me da hambre...

—¿Y eso me importa porque...? —puso los ojos en blanco y abrió su portátil.

Alma Saborizada [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora