19. Sabores sinceros.

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El desastre era peor del que recordaba, y el rostro de Jong Ho nunca se había visto tan serio en meses. Seonghwa le pidió disculpas y ofreció ayuda, pero el jovencito le echó del restaurante, argumentando que se veía horrible, despeinado y que su aliento apestaba a huevo poché amanecido. Eso para él no tenía ni un sentido, pero cuando se encontró fuera de su propio restaurante, con el viento matutino golpeándole el rostro y su reflejo en un cristal, supo que tenía razón, necesitaba el día libre, al menos para darse un buen baño.

Así que cuando estuvo dentro de su camioneta nuevamente, fue como si un rayo le azotara en su sitio, imágenes que desconocía, diálogos que no recordaba: Grey riéndose de él por ser patético y eso le hacía sonrojar, porque le parecía muy apuesto y; Yeosang diciéndole que le extrañaba. Eso casi le para el corazón, no solo por eso, sino por todo lo que estaba empezando a recordar que le dijo. Como reflejo tomó su teléfono y marcó a quién creía que necesitaba una disculpa primero y muy en contra de lo que su sex appeal le decía, eligió a Kang.

—Hola, sé que es muy temprano y que seguro ni has salido de la cama, pero...

No pensé que ibas a llamar de nuevo...

—No quise...—mordió su labio inferior y rascó su nuca—No quise llamarte en ese estado, no quise decir las cosas que dije.

¿Qué quieres decir con eso?

—Lo que dije, solo olvídalo, ¿está bien?—encendió la camioneta— ¿Puedo pasar a desayunar contigo?

¿Ahora? — preguntó sorprendido.

—Si, ahora, ¿a qué hora desayunas tú? — Nadie respondió, la llamada había terminado.

Segundos después Kang mandó un mensaje diciendo que le esperaba y que iba a bañarse para poder recibirlo. Eso le hizo pensar en su propio aspecto descuidado y maloliente, así que antes de llegar al complejo donde vive su destinado, pasó por su residencia a bañarse y ponerse aún más bello de lo que ya creía que se veía en el espejo retrovisor. Pasó luego por una pastelería y compró algunos bocadillos dulces de arroz, no estaba seguro de si eso agradaría, pero no le molestaba comérselos todos.

No supo cómo, pero no tuvo necesidad que sus nudillos tocaran la puerta, ya que él le abrió como si supiera que estaba parado allí. Se saludaron sin ningún tipo de contacto y se fueron directo a la cocina, en donde prepararon café en conjunto y se sentaron a desayunar. Cuando Seonghwa mordió el primer pastelillo vio a Wooyoung entrando a la cocina en ropa interior.

—¡Maldita sea! —gritó mientras se iba de la cocina tapándose con ambas manos—¡Espera que me vista y te mataré!

—¿Desde cuándo te paseas en ropa interior? —preguntó entre risas Kang, bebió de su café y le sonrió—¿No trabajas hoy?

—No, Jong Ho no me ha dejado—respondió algo confundido.

—Mmm eso no tiene mucho sentido...

—No conoces a Jong Ho... será un buen jefe algún día—agregó y limpió la comisura de sus labios con una servilleta— ¿En serio me extrañas?

—Creí que querías que lo olvidáramos...— metió la mano en la caja de pastelillos.

—Dije que olvidaras lo que dije, no que olvidaría lo que dijiste...—sonrió pícaro.

—Si, te extraño. Desde que sentimos el sabor de todo y no necesito besos para, ya sabes... es como si los necesitara de igual forma—bajó la mirada—. No quise ser grosero contigo, no sé por qué en lugar de correr hacia ti me alejo.

Alma Saborizada [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora