22. Sabores de inicio.

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Era extraño para ambos mirarse ahora a los ojos, se veían como siempre, solo que ya no sentían una necesidad por vincularse, ni la pena que cargaban por no estar juntos, ni el resentimiento de haberse encontrado tan tarde, ni... nada.

—¿Qué fue todo eso? —preguntó Yeosang poniéndose de pie, le extendió la mano a su acompañante y lo ayudó a levantarse.

—No... no lo sé— respondió confundido Seonghwa.

Al tocarse el pecho ya no sentía la furia, su corazón latía con calma, en armonía con su mente. Se notaba tan diferente que tuvo que mirarse al espejo, lucía fatal. Se miró con detenimiento, tocó su rostro, su boca y giró a ver a Yeosang, que solo estaba parado ahí tan confundido como él. Solo lo miró como miraba a Jong Ho y no dijo nada, en cambio se volvió a ver en el espejo, era él, pero era distinto de algún modo que no era capaz de entender.

—Debo irme— Yeosang salió rápido del baño y se fue a la mesa con su jefe. Había solo tres platos a medio comer y no había rastros de Grey en ninguna parte. Dio una vista rápida a todo el lugar y rascó su nuca, todo era como siempre fue, pero algo seguía fuera de lugar, algo que no podía identificar para acomodar—¿Dónde está Christian? —preguntó nervioso.

—¿Quién es Christian? —alzó la mirada YeonJun.

—¿Qué le pasa, señor Kang? Luce como si le hubieran roto el hilo del amor—bromeó Taehyung.

Yeosang se tocó tocó el pecho, dejándose caer en la silla, no sentía nada, no sentía su corazón latiendo en su pecho, no sentía la necesidad de verle, él no... sentía nada que tenga ver con su destinado.

—Muy gracioso—murmuró—Ahora hablando en serio, ¿dónde está Christian Grey?

—No sé quién es, pero suena extranjero—comentó el jefe.

—Un inversionista que cerró un contrato con usted, vinimos a cenar aquí porque estábamos festejando.

—¡Pff! Ya quisiera yo haber cerrado un contrato con un inversionista extranjero, ¡estamos a medio camino, Kang!

No tenía sentido, ¿qué estaba pasando? Se sentía tan confundido, tan solo de algún modo que no sabía cómo explicar. Entonces era real, el destino se personificó para romperles el hilo delante de las narices y se fue. Ese tal Grey nunca existió realmente, ¿o existió y nadie lo recuerda? No había estado soñando, fue real, él sabe que fue real, pero no lo puede explicar. Se disculpó con los comensales y se retiró del restaurante, no se le ocurrió pensar en nadie, solo se fue de allí en un taxi hasta su casa y al entrar encontró a Wooyoung con San en la cocina.

—¿Hola? Luces... fatal, ¿qué te pasó?

—Nada...—dijo y miró por encima del hombro de su amigo, este se giró un poco y vio a San, que sonreía en el umbral de la cocina—¿Y él?

—Mi destinado—dijo sonriendo—¡Ven! —extendió su mano y San se acercó—Él siempre ha sido—dijo entusiasmado.

—Ah...—respondió sin darle importancia—¿Bien por ti? —dijo confundido. Wooyoung le hizo señas a San para que se vaya y se quedó a solas con su amigo.

—¿Qué pasa? ¿De nuevo peleaste con Seonghwa?—le llevó hacia los sillones y ambos se sentaron. —¡No está bien que peleen tanto! ¿Por qué no lo aceptas de una vez?

—Él y yo ya no tenemos un lazo—dijo serio, inmutable como antes.

—¡No seas idiota! ¿Cómo vas a bromear con eso? —se puso de pie para irse.

—No bromeo—Wooyoung le miró y tapó su boca, estaba aterrado.

—¡¿Qué fue lo que hicieron?! ¡Yeosang! —se sintió espantado, tanto así que se tambaleó en su sitio, su destinado llegó al instante y le sostuvo antes de que caiga— ¿Cómo pasó?

Alma Saborizada [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora