20. Sabores malinterpretados.

170 40 16
                                    

Después de haberse negado rotundamente a dormir con Seonghwa, Yeosang se apresuró a tomar su mochila con fuerza, formando una pequeña barrera poco útil que lo separaba de los insistentes pasos del otro hacia él

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después de haberse negado rotundamente a dormir con Seonghwa, Yeosang se apresuró a tomar su mochila con fuerza, formando una pequeña barrera poco útil que lo separaba de los insistentes pasos del otro hacia él.

—¿Te has dado cuenta de algo?

—¿Qué eres un miedoso? claro que sí— Dijo Park.

—¡NO! tú has seguido los mismos pasos que me recriminaste anoche— se alejó hasta que la habitación se le quedó pequeña, cayendo sentado en una de las sillas. Ante las palabras absurdas, el dueño de casa no pudo más que reír sin control invadiendo, muy por seguro, toda la mansión.

—Eres mucho más tonto de lo que pensaba—dijo abrazando su abdomen por la risa—Solo estaba probando tus... ¡cómo sea! —restó importancia— Dormiremos juntos de todas formas, el resto de las habitaciones están bajo llave y mis empleados tienen la noche libre así que...

—Tu planeaste todo...—dijo al sentirse más relajado.

—Si, ¿algún problema? —se encogió de hombros y comenzó a desprenderse la camisa.

—¿Qué haces?

—¿Me desvisto? —intentó sonar obvio—Puedes ver si quieres, no me molesta, pero acostumbro a cenar en ropa de dormir.

—¡¿Delante de mí?!

—Si quieres podemos cenar de espaldas, pero no sé qué tan cómodo sea eso.— Terminó por desprender todos los botones, descubrió un hombro y luego el otro, hasta que por fin se quedó con el torso desnudo. Yeosang apartó la mirada mientras el otro bajaba el cierre del pantalón para luego desprender el único botón. Fue recién cuando se giró que Kang se atrevió a mirar, solo para encontrarse con una escena que sin dudas iba a perseguir durante toda la noche, ¿y a quién pretendía engañar? Seonghwa era muy lindo, cualquiera soñaría con tenerlo. Eso sin dudas le dio el calor del pecado capital número uno; la lujuria. —¿Te gusta lo que ves? —preguntó Hwa erguido con las manos en la cintura.

—Sí, quiero decir, sí... quiero decir, ¿por qué te desnudas delante mío? —bajó la mirada y se puso muy nervioso.

—¿Porque estamos en mi casa y este es mi cuarto? —se giró a verle por encima del hombro.

—¿Qué quieres de mí?

—Diría algo vulgar y ordinario pero mi santa madre no me educó para decir groserías. —puso las manos sobre el elástico de su ropa interior.

—¡Bueno, bueno!—Se puso de pie e hizo señas de alto con las manos—No vine para verte desnudo...—se le acercó y se agachó a tomar la ropa para dársela.

—Entonces puedes esperarme afuera—volteó por completo y le señaló la puerta. Yeosang, sin embargo, se le quedó viendo con asombro, Park tenía un cuerpo hermoso, sus pectorales eran firmes y su abdomen, muy al contrario de lo que se espera de un cocinero, estaba plano y sus respectivos músculos marcados—¿O deseas quedarte conmigo? —le tomó la muñeca y con un leve apretón le hizo soltar las prendas.

Alma Saborizada [SeongSang][COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora