Aunque durmiera solo cinco horas, Shiro Alexander despertó temprano para atender su pequeña granja y dar un paseo que despejara su pereza. Fue prudente al evitar embriagarse la noche anterior o continuaría rendido en la cama.
Creyó que iba a encontrar un pueblo deshabitado —perfecto para caminar en paz— y el sutil aroma a leña quemada, pero unas risas chillonas provenientes del río atrajeron su atención. ¿Quién tenía tanta energía en ese momento?
Recibió su respuesta cuando un puñado de niños lo saludó desde el agua.
—¡Ajá! Conque aprovechando que los adultos se levantarán después del mediodía, ¿eh? —acusó Shiro, animado—. ¿Están aquí sin nadie que...?
La pregunta quedó inconclusa en cuanto posó su mirada sobre Gauthier. Parpadeó, verificando que no fuera un engaño de su agotada vista, y se aproximó al río. ¡En serio nadaba con ellos! Por el asco que mostró la otra vez, supuso que jamás pondría un pie allí.
—Buenos días, Gardilia, ¿Cómo conseguiste que estos pillos te aceptaran en su club antimayores? ¡Guiña el ojo si corres peligro!
—¡Oye! ¡Gardi se divierte bastante! Dijo que en la ciudad existen lagos llamados «piscinas» —replicó Hunter, sujeto a uno de los brazos de ella.
—¿Qué tal, Shiro? —saludó la alegre mujer—. Descuida, me invitaron a la inauguración de una nueva costumbre en Festord.
—¡Exacto! Esta es «La fiesta de agua» y se celebra al terminarse la de fuego —agregó Sandor.
El granjero sonrió. Era lindo que consideraran a la citadina para esa actividad; y aún más que ella genuinamente disfrutara de acompañarlos.
—¡Suena fantástico! Es justo que ustedes tengan su propia festividad. En fin, quería averiguar a qué se debía este alboroto y ya lo hice. Los dejaré seguir.
Sin embargo, los pequeños se negaron de inmediato, invitándolo a unirse como si fuera lo más importante del mundo. Todos a excepción de Ezekiel, claro.
Sorprendido, Shiro accedió. ¿Por qué no? Zambullirse un rato mejoraría su mañana.
—¡De acuerdo! ¡Allá voy! —anunció, desvistiéndose. Su casa estaba demasiado lejos como para buscar un traje de baño, así que la ropa interior bastaría—. No se lleven mis cosas o los delataré con sus padres, ¿entendido?
Las salpicaduras y carcajadas volvieron apenas entró al río; Hunter sugirió que realizaran carreras de nado, Sandor los retó a lanzarse la pelota sin que cayera al agua y Leika propuso aguantar la respiración. La dicha fue tal que incluso Zeke olvidó su enojo por el miembro más reciente.
—Uf... N-necesito un descanso —jadeó Gardilia, tras una hora ininterrumpida de juegos.
Shiro nunca agradeció tanto por su sentido de la visión como en ese instante. ¡Los atardeceres palidecían ante la mujer saliendo del agua!
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El disfraz de Su Majestad [Completa]
RomanceTras rehusarse a contraer un matrimonio arreglado, Noir Bellanger, heredera al trono de Caelthi, toma la osada decisión de huir lejos de las presiones reales. Así, despidiéndose de los lujos en su palacio, consigue refugio en un pueblo humilde, dond...