6.

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Ahora, caminando hacia el gran ventanal que mostraba, lo que Kihyun asumía, era una magnifica vista a la ciudad bajo sus pies, el alfa más respetado en Lee & Ko le dio la espalda antes de hablar con tono seco.

— ¿Eso es todo? — preguntó, la ancha línea de sus hombros perfectamente recta y sus manos entrelazadas tras su espalda.

Kihyun sintió la necesidad de pararse y acercarse a él, quería ver su rostro, ver qué tipo de expresión traía ahora en aquel canvas bendecido por los dioses, pero sabía que no tenía el valor para hacer tal cosa, y también sabía que alfa Son, dándole la espalda, era un movimiento de poder. Le estaba quitando la opción de averiguar más sobre él de lo que Kihyun necesitaba saber.

— Es todo, alfa. Fui un idiota que entró en pánico.

Botando algo imperceptible, que luego Kihyun comprendió podía ser un gruñido, la espalda del alfa se tensó.

— ¿De verdad pensaste que no te reconocería? ¿Cuántos omegas crees que se atreven a interrumpir mi velada y luego terminan en mi penthouse?

Sonrojándose, Kihyun quiso gritarle que en realidad, ni siquiera para él sus acciones tenían sentido. Simplemente se había puesto tan nervioso que, pensando en el momento, había actuado mal. Pero ahora, con la verdad servida en la mesa, ya no sabía bien que decir.

— No me atrevo a asumir que tipo de vida sexual lleva, alfa. — fue lo que contestó, nada más porque no se le había ocurrido nada mejor.

Luego de un rato, el alfa se volteó para mirarlo por fin, sus ojos grises echando fuego en su dirección.

— ¿Asi será? —preguntó el alfa entonces, caminando de regreso a su escritorio, Kihyun lo observó confundido — ¿asi terminaras todo? Tu pequeño engaño, entregándole café a mi secretario dos veces a la semana para que no te delatará, yo escribiéndole mensajes a un tal Jimin del piso 48 como colegiala en el receso para obligarte a venir a mi oficina... ¿y así terminará todo? Pensé que sería más interesante —dijo al fin, decepcionado.

Kihyun no sabía que era sobre aquella decepción en el tono de su voz que despertó los más intrínsecos y guturales deseos de complacer dentro de él. Quería evitar, a toda costa ser el merecedor de tal despectiva actitud, quería mejorar la situación, acercarse a él y pasar una mano por su mejilla para besarlo y borrar de su rostro aquellos ojos decepcionados por sus tonterías. Quería ser su omega y aquello lo aterraba de sobre manera. Kihyun no era merecedor, no tenía las capacidades para siquiera intentar complacer a alguien de tal alto rango en la jerarquía, pero aún asi, quería hacerlo.

Temía que en cualquier momento hiciera un movimiento de mano con desdén y lo echara de su oficina para no verlo nunca jamás. Entonces, haciendo de sus manos un puño sobre su regazo, Kihyun habló, sus ojos celestes más grandes y suplicantes que nunca.

"Fui malo, alfa. Por favor castígueme"

El pensamiento murió en su garganta, jamás dicho, y sonrojándose, sacudió la cabeza para evitar pensar estupideces como aquellas que haría de todo el asunto algo peor.

Si seguía pensando así, ni siquiera su amigo Minhyuk que trabajaba en recursos humanos podría salvarle el pellejo de sus idioteces.

— ¿Cómo puedo hacerlo interesante, alfa? — dijo en vez.

La sonrisa devastadora en los labios del alfa le dijeron que había acertado con sus palabras. Acomodándose un poco en la silla, alfa Son apoyó ambos codos en el escritorio.

— No lo sé aún, pequeño omega. ¿Cómo crees que deberías pagarme por esta pérdida de tiempo?

No fue su intención hacerlo, Kihyun podía jurarlo ante un juez, pero casi indiscriminadamente, su cerebro viajo a la noche en la que ambos se acostaron y el alfa le preguntó, con su voz sensual bañada por el placer que causaba la antelación del momento...

Say my name [sh+kh] [Adaptación] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora