Say my name [sh+kh] [Adaptación]

7.

— Llegas tarde — puntualizó alfa Son, mirándolo como si nada mientras levantaba una mano buscando la atención de un mesero.

Casi de la nada, un mesero pareció materializarse incluso antes de que la mano del alfa estuviera perfectamente derecha, dispuesto y ansioso de cumplir las órdenes de tal imponente ser, hizo una pequeña reverencia antes de preguntar por su pedido. El mesero era un beta.

— Trae un filete con salsa de champiñones, —observó a Kihyun con una ceja alzada — ¿Qué acompañamiento quieres?

Kihyun se mordió el interior de la boca.

— ¿Arroz?

El alfa regresó la mirada al mesero. — Con arroz.

Estaba caminando la fina línea entre el placer y el odio, pensó Kihyun mientras se sentaba junto al alfa Shin quien degustaba una deliciosa ensalada de aspecto gourmet. Si había llegado tarde era por algo que el alfa Son debía imaginarse bastante bien. Su erección no fue fácil de calmar. Pensar en la boca del alfa cerca de su pene todavía enviaba chispas a través de su cuerpo como si lo electrocutara una tostadora, y ahora ni siquiera podía mirar la carta y pedir algo que le diera la gana porque el alfa parecía tener ganas de ordenar por él, cosa que lo molestaba por quitarle su poder de decisión, no porque un filete con salsa de champiñones sonara particularmente mal.

Ahora, estaba sentado frente a él y casi sentía que el alfa le lanzaba dagas por su elección de asiento.

¿Qué tenía de malo sentarse junto a un alfa elegante y considerado como el alfa Shin? No era como si Kihyun se atreviera a sentarse junto a alguien capaz de masturbarlo en su oficina a plena luz del día como si nada.

El problema era, y con eso se refería a la pequeña y fina línea entre el placer y el odio, que una parte de él, esa casi cavernícola, quería sentarse junto al alfa de ojos grises y tocarlo por debajo de la mesa como si no hubiera nadie en el restaurant que pudiera escandalizarse por un omega asi de atrevido.

Kihyun se sonrojo mientras bajaba la mirada, todavía soportando los ojos hirientes del alfa frente a él. Algo lo traía molesto.

— Dime, Kihyun, ¿te gustó mi oficina? — preguntó el alfa clavando la primera daga, Kihyun se obligó a levantar la cabeza.

— Estaba muy bien decorada, alfa.

— Tengo un gusto excepcional.

Sintiendo que su mente estaba tergiversando el comentario hacía lados que no eran, Kihyun se removió incomodo en su asiento.

— Eso es lo que todos dicen, alfa.

Divertido, Kihyun vio un pequeño atisbo de sonrisa que así como se hizo presente, desapareció.

— No se llega a mi status sin ser excepcional en todos los aspectos.

— Estoy seguro que no, alfa. — respondió con cortesía.

Kihyun se preguntó si acaso aquel alfa quien parecía fanfarronear de la nada, lo estaba haciendo así solo para hacerlo picar en alguna trampa y aparecer con alarmas y platillos con un mensaje de "te tengo" por sobre la cabeza, para, por alguna razón, humillarlo frente al alfa Shin. Pero, ahora que lo pensaba bien, ya no había más mentiras pendientes entre ellos ni rencores por los cuales preocuparse.

Lo único pendiente entre ellos ahora era el calzoncillo limpio que Kihyun había tomado por equivocación que guardaba en la gaveta de su ropa interior. Todo lo demás era agua bajo el puente, ¿o no?

— Eres un omega muy educado, Kihyun — intentó otra vez el alfa.

— Usted es un alfa respetado e importante, no me atrevería a no serlo.