Después de besarlo, alfa Son hizo dos cosas. La primera y siempre primordial, fue arreglarse las arrugas invisibles de su traje y acomodarse la corbata que Kihyun torpemente había desaliñado mientras le pasaba las manos por su pecho entre besuqueos y jadeos implícitos. La segunda, y un poco más calculada, fue mirar el reloj con sus ojos serios y fríos como los glaciares de Islandia, para luego indicarle con voz brusca y poco cariñosa que se levantara. Ya era hora de marcharse de allí.Alfa Son parecía ir contra el tiempo, porque apenas Kihyun puso dos pies sobre el suelo el alfa ya estaba dando pasos largos a la salida, arreglándose el cabello con una mano y con la otra buscando el celular en su bolsillo. Kihyun lo siguió entre aturdido y apresurado.
A la salida se encontraron con alfa Shin, quien los estaba esperando sentado en la zona de parientes.
— ¿Qué haces todavía aquí? — preguntó alfa Son apenas lo vio, sin detenerse ni un segundo de su decidido paso por el hospital. Se movía tan rápido que alfa Shin tuvo problemas para alcanzarlo, pero no tantos como los que estaba teniendo Kihyun, que solo le faltaba trotar para llegar a su lado.
— Pensé que quería que lo esperara, alfa.
Alfa Son le dio una corta mirada, chasqueando la lengua.
— Lo que quiero son las transcripciones Kadenzy para las seis, los testimonios del caso Muller para mañana y una escapatoria al contrato Keller antes del viernes. ¿Desde cuándo te enseñe a perder el tiempo?
Kihyun se encogió ante la dureza de sus palabras y la severa mirada en sus ojos, pero alfa Shin simplemente bajo la cabeza y buscó el celular en su bolsillo. Leyó algo.
— Las transcripciones de Kadenzy están casi listas —dijo, revisando el organizador que tenía en su celular — Kihyun puede ayudarme con los testimonios del caso Muller y el contrato Keller...
— Yo estoy trabajando en el caso Keller, alfa — dijo Kihyun, olvidando por completo que interrumpir a un alfa era pena capital. Alfa Shin no pareció molesto y alfa Son ni lo miró, y en vez de distraerse con esas pequeñeces, trató de dar sus pasos más largos, aunque claro, era un intento inútil ya que sus piernas no abarcaban el mismo terreno que las largas piernas de su jefe. Alfa Son giró en un pasillo y Kihyun se quedó tres pasos atrás. Se apresuró en alcanzarlo, pero aún asi quedo a sus espaldas. Habló de todas formas —En realidad el contrato está bastante cerrado, pero si negociamos otro podríamos añadir la cláusula de...— Fue entonces cuando alfa Son creyó que aquel momento era el más indicado para detenerse sobre sus talones sin avisarle a nadie. Se detuvo tan abruptamente, que Kihyun chocó contra su espaldota y casi se aturde ahí mismo.
Alfa Son no se molestó en preguntar si estaba bien.
— Vete a firmar el alta — le dijo mirándolo por sobre su hombro, Kihyun se estaba sobando la nariz mientras alfa Shin le preguntaba si estaba bien y él le asentía con vergüenza, poniéndose rojo hasta las orejas y aguantándose las ganas de matar a aquel desconsiderado alfa. Quién demonios se creía que era, el muy maldito. Lo besaba unos minutos antes, y ahora actuaba como si tuviera un proyectil en el trasero caminando a mil por hora como si el hospital fuera su oficina.
— ¿Se puede saber por qué ha parado tan rápido? ¡Estaba justo detrás de usted! — para su tranquilidad y paz mental, su voz había escapado solo un poquitín molesta.
Alfa Son enarcó una ceja.
— Tienes cinco minutos para firmar el alta o te iras en taxi. Te recomiendo que no pierdas tu tiempo.
— ¿Cómo me iré si no?
— Conmigo. Mi chofer nos está esperando afuera.
Alfa Shin, quien estaba junto a Kihyun observando con preocupación su nariz enrojecida, levantó la cabeza ante la mención del chofer.
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Say my name [sh+kh] [Adaptación]
FanfictionKihyun no es el tipo de omega de tener cosas de una sola noche, hasta que lo tiene. Son Hyunwoo es un alfa iniciando su temporada de cortejo. Ambos se conocen por casualidad. [ADAPTACIÓN] Todos los derechos a Caro Rodd, una grandiosa escritora q...