Say my name [sh+kh] [Adaptación]

9.

— ¿Si?

Kihyun contestó su teléfono sin pensarlo mucho. Alfa Son estaba escuchando paganini de fondo y tecleando algo con furia en su laptop, lo que le hizo creer que no le estaba prestando ni el más mínimo ápice de atención, lo cual le hizo creer que era un momento seguro.

— ¿Hablo con Yoo Kihyun? — la voz femenina tras el teléfono preguntó. Sonaba amable y cordial y Kihyun quiso ser agradable con ella, pero presentía que se podía tratar de un tema que no le traería mucha gracia.

— Con él.

— Soy Alice del Centro Nacional de Omegas, comunicándome por sus citas a las cuales aún no ha concertado fecha. Es de suma importancia que lo haga, señor Yoo. De no hacerlo en los próximos quince días, su estado como beneficiario del CNO se vería en peligro.

Apretándose el puente de la nariz de manera dramática, Kihyun frunció el ceño molesto y bufó una maldición por lo bajo.

— Huh... ¿Cuánto tiempo dijo que tengo para concertar estas citas? — preguntó, medio confundido.

— Son cuatro alfas interesados, señor, y solo le quedan quince días —ella pareció buscar algo en su computadora —No se puede dejar a un alfa esperando, va contra las reglas del CNO.

— Está bien, está bien. ¿Puedo saber algo de estos alfas?

— No, señor. Usted en su calidad de omega no tiene ese derecho, aunque puede saber qué días los alfas están libres.

Indignado por la poca información que podía recibir, Kihyun frunció aún más el ceño.

— ¿Y ellos que saben de mí?

La mujer tecleó algo en su computadora. — No es legal mostrar fotografías pero tienen una descripción detallada de su apariencia física, sus estudios y su comportamiento financiero, señor.

Aquello ya era mucho más de lo que a Kihyun se le había permitido y eso lo fastidiaba más que a nada. No era justo. ¿Qué hacía de estos alfas algo tan grandioso como para permitírseles tanta información sobre él y a él tan miserable y pequeño como para no obtener nada, salvo algún detalle de sus agendas y nada más?

Lo cagaba la injusticia de todo el caso.

De malhumor, botó otro suspiro y recargó su barbilla sobre la palma de su mano.

— Me juntaré con el primero que tenga este sábado libre. — dijo como si nada, con ganas de cortar todo el asunto de raíz.

Tras el teléfono hubo un breve momento de espera.

— Ese sería el tercer candidato, señor. ¿Está seguro?

— Si con eso logro mantener los beneficios del CNO entonces sí.

— Esto aplazara las llamadas unas cuantas semanas, señor. Está tomando una buena decisión al continuar con este método, no hay mejor manera para encontrar a su alfa que esta.

Por alguna razón, Kihyun observó al alfa Son por el rabillo del ojo. El alfa continuaba trabajando como si él no estuviera allí teniendo una conversación que definiría, potencialmente, el futuro de su vida.

Bufó un poco más pesado, y con envidia, terminó la llamada.

No era justo. Los alfas tenían la opción de optar por una temporada de cortejo que durará tanto como a ellos se les diera la gana. Con un montón de omegas dispuestos presentándose bajo sus pies, buscando la complacencia y sumisión como buena raza indigna que eran.