Por supuesto que Kihyun no esperaba que el alfa Son abriera la puerta de su penthouse en un traje de tres piezas impecable como los que usaba en el trabajo. Aún asi, verlo allí parado, en una bata que mostraba un delgado triangulo de piel que llegaba hasta su abdomen noqueó el aire de sus pulmones de un golpe que casi lo deja fuera de la partida incluso antes de comenzar.Se sintió de repente como un idiota. Había salido de su departamento con unos pantalones deportivos Nike viejos y desteñidos, una sudadera con capucha que le cubría el cabello despeinado por la ducha y el secador barato y sus zapatillas viejas para trotar que no usaba desde el verano del año pasado.
Pero lo que lo hacía sentir más idiota que cualquier otra cosa, era la prisa con la que había querido llegar a ese momento, ver al alfa frente a él, mirarlo directo a los ojos, y entender de una buena vez por toda qué era lo que en realidad sentía por él. Se dio cuenta, mientras era inspeccionado por aquella mirada grisácea, que se había apurado demasiado.
El alfa se recargó contra el marco de la puerta, sus brazos cruzados y su mirada gris chispeante de algo que Kihyun no supo reconocer. Pronto lo vio curvar la comisura de la boca.
— ¿Se puede saber porqué con tanta presura has pedido venir a mi departamento?
Kihyun se removió incomodo, cambiando el peso de un pie al otro.
Primero era lo primero.
— ¿Puedo pasar? — dijo, juntando todo el valor que tenía en su pequeño cuerpo tembloroso.
Una súbita mirada al interior de su departamento le dio entender al alfa que Kihyun no quiere tener esa conversación en medio del pasillo.
Dio la impresión de que el alfa reprimió un suspiro, pero sin perder tiempo se inclinó hacía el marco de la puerta y le dio espacio para que pasara. Kihyun entró, enseguida rodeándose de la decoración moderna del penthouse y de los muebles de miles de dólares sin siquiera intentar quitarse los zapatos. El alfa cerró la puerta sin decir una palabra.
Luego, con aires de impaciencia, se volteó para mirarlo.
— ¿Y? — espetó cruzándose de brazos, Kihyun se sintió de pronto muy pequeño — ¿me dirás por qué estás aquí?
Tragando aire por la boca e inflando su pecho, el omega lo observó con chispeantes ojos castaños.
— ¿Por qué llamó al CNO?
Avanzando hacia él, bajo la cálida luz que alumbraba la sala de estar bien decorada, el alfa enarcó una ceja que intimidaría a cualquiera.
— ¿No fuiste tú el que dijo que no quería juntarse con un "estúpido" alfa importante? Pensé que te hacía un favor. — su voz fue grave, pero fácil de escuchar. Kihyun se removió inquieto.
— Dije que era una molestia, pero eso no le da derecho a meterse en mis asuntos.
Se acercó hasta él, caminando peligrosamente cerca de su perímetro y rodeándolo como si fuera una presa a punto de cazar.
— Hasta donde yo sé, tus asuntos son mis asuntos.
Kihyun estaba incomodo, rápidamente sintió deseo de juguetear con sus dedos o removerse inquieto sobre sus zapatos. Al final, solo apretó los puños y se mordió el labio.
— ¿Y eso desde cuándo? — logró preguntar, confundido.
El alfa ni siquiera tuvo que pensar mucho para responder.
— Desde que trabajas para mí. — dijo con simpleza.
Sacudió la cabeza. No. Aquello no tenía ningún sentido. ¿Por qué ese alfa tan importante insistía tanto en meterse con él? ¿Qué demonios podía ganar con aquello? Kihyun no quería recibir sus favores si no sabía bien que era lo que debía entregar a cambio, o si aceptar dichas amabilidades significaba no saber dónde diantres estaba parado. Necesitaba saber sus razones, cuáles eran los porqués, si existía algún motivo aparente que lo impulsara, Kihyun quería saber el origen, el desarrollo y el final.
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Say my name [sh+kh] [Adaptación]
FanfictionKihyun no es el tipo de omega de tener cosas de una sola noche, hasta que lo tiene. Son Hyunwoo es un alfa iniciando su temporada de cortejo. Ambos se conocen por casualidad. [ADAPTACIÓN] Todos los derechos a Caro Rodd, una grandiosa escritora q...