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Cuando Kakucho salió de su trabajo, lo único que quería era ir a casa y dormir hasta su muerte.

Desde que termino la universidad y comenzó a trabajar en la empresa inmobiliaria de uno de sus amigos, su vida se a vuelto extremadamente monótona, no es que le molestara, pero a veces le gustaría un cambio.

La lluvia comienza a caer justo cuando puso un pie bajo el autobús, maldijo a todo lo existente y comenzó a caminar con pesar a su hogar, ignorando los pasos apresurados de las demás personas, después de todo, ¿que más daba?, ya estaba empapado, no es como si correr lo salvará de empaparse.

Justo antes de llegar al edificio de apartamentos donde residía escucho ruidos extraños provenientes de un callejón aledaño, no se asusto pero si estaba curioso. Comenzó a sopesar sus posibilidades, podía empaparse más y ver que había en el callejón, o podía seguir tranquilamente su camino y resguardarse de la lluvia, tomar un rico chocolate caliente después de una relajante ducha mientras ve una serie en Netflix.

Después de mucho reflexionar (que en realidad fueron solo 5 segundos), decidió curiosear en el dichoso callejón. Honestamente no esperaba nada, tal vez una bolsa de basura se había caído y había hecho ese ruido.

Grande fue su sorpresa cuando encontró un gato negro algo grande con lo que parecía un trozo de comida que había sacado de algún lugar en ese cubo de basura, el minino estaba llevando el trozo de comida a algún lugar junto al cubo. Lo siguió con curiosidad y grande fue su sorpresa al ver a tres gatitos más que miraban expectantes al gato mayor, uno era completamente blanco aunque muy sucio, y los otros dos eran amarillos un poco más pequeños en comparación al blanco. Se sintió tan conmovido cuando vio al felino negro poner el trozo de comida frente a los otros gatitos pese a que el estaba en los huesos, los gatitos maullaron gustosos por el alimento y se dispusieron a comer.

Decir que sus ojos no se aguaron por lo conmovedor de la escena sería una mentira. Rápidamente lo decidió, se llevaría a esas lindas criaturitas a casa. Se acercó sigiloso al grupo de gatitos que aún no notaban su presencia y sacó un trozo de sándwich que le había sobrado del almuerzo. Se agacho junto a los gatos y noto como el negro movia sus orejas con precaución y volteaba alarmado a verlo, se coloco en posición defensiva, con los pelos erizados y la cola en punta le gruñó a Kakucho en advertencia, cubriendo a los otros gatitos con su cuerpo quienes solo lo veían asustados.

El chico con la cicatriz en el rostro retrocedió un poco dándole su espacio y partio la mitad del sándwich que tenia en 2 y los coloco a una distancia prudente del gato negro, una distancia que le asegurará conservar todas sus extremidades intactas.

—Muy bien gatito, este es para tus bebés y este para ti— dijo el chico, señalando cada trozo de sándwich—.Ahora... — hizo una pausa mientras se ponía de pie y miraba a su al rededor, ignorando al gato que se ponía cada vez más a la defensiva, Kakucho tomó una caja de cartón que estaba por ahí y la doblo para dejarla plana, la coloco sobre los gatos evitando que la lluvia siguiera mojandolos, ayudándose del bote de basura y un par de cajas que se encontraban a su lado. —listo, así ya no se mojan— sonrió satisfecho con su trabajo, miró al gato que aún lo miraba con algo de recelo pero aún así se acercó lentamente hacia la comida que había dejado en el suelo y la comenzó a olfatear —. Escucha gatito, no es que te quiera presionar, pero este techo improvisado no va a durar mucho, yo me estoy mojando y muero por un chocolate caliente, así que date prisa y dale eso a tus bebés y tu come.

Como si el gato le entendiera, asintió y tomó una de las mitades del sándwich y la coloco frente a los pequeñitos, quienes lo olieron un poco y procedieron a devorarlo como si no hubiera un mañana. Mientra el gato negro comía velozmente la otra mitad y maullaba satisfecho, ya no parecía tan a la defensiva. Pero se quedó observando a Kakucho un momento antes de mirar a los pequeñitos y maullarles. Los chiquitos maullaron de vuelta, como si le contestaran y el gato grande maullo más fuerte.

Extraño (Kakuiza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora