Extraño (Kakuiza)

Epilogo

—Acepto— dice el peliblanco mirando a Kakucho con los ojos más enamorados.

—Acepto— dijo el pelinegro antes de que el juez pudiera siquiera preguntar.

—Por el poder que se me ha conferido, los declaró esposos, pueden besarse— Izana jalo a Kakucho de las solapas de su traje blanco y lo beso con cariño.

Kakucho apretó la cintura de su novio y sonrió entre el beso.

Cuando se separaron, ambos miraron al borde del edificio donde estaban parados.

—Me encanta como te vez —coquetea un poco el de cicatriz.— el blanco siempre te queda bien.

—A ti también, guapo.

Ambos están vestidos con lindos trajes blancos hechos a medida, cortesía de Mitsuya, con detalles dorados y plateados. Se miran un última vez antes de ver el vacío de las calles.

Y saltan.

•••

—¡Vamos, vamos!—grita Emma exasperada— ya casi llegan y nada esta listo.

—Vamos Emma, los organizadores son perfectamente capaces de hacer su trabajo—trato de tranquilizar Manjiro.

—Pero esque- — Shinichiro le dio una mirada de advertencia y se sentó por fin en la mesa.

—Esta bien Emma, aun faltan como 2 horas para que lleguen, mejor deberías ir a arreglarte, nosotros haremos lo msmo — la chica termina rindiendo y va a su habitación del hotel.

•••

La recepción está lista, los invitados llegaron. Únicamente faltaban los novios.

Llevan 15 minutos de retraso. Siempre han sido raros pero nunca impuntuales, gracias a Kakucho por supuesto.

Emma se muerde las uñas de los nervios, recibe un manotazo de parte de Shinichiro para que deje de hacerlo. Aunque el esta igualmente nervioso así que prueba a llamar a Kakucho.

Sin respuesta.

Prueba a llamar a Izana.

Sin respuesta.

Suspira y se remueve un poco en su asiento, le dan ganas de fumar. Se está poniendo un poco ansioso. Wakasa le sostiene la mano para que se tranquilice.

—Llegarán en cualquier momento— le dice con una sonrisa.

Recibe una llamada del número de Kakucho.

—Hey, Shin, tal vez llegaremos un poco tarde —Dijo Kakucho, sonaba enojado.

—¿Paso algo?— pregunto algo preocupado.

—Después de tirarnos en bungee salimos al carro que nos llevaría, cuando bajamos enfrente del hotel-

Fue interrumpido por el grito furioso de Izana.

—¡Voy a matar a ese hijo de puta, su perrisima, estúpida, pinche, cabrona, imbecil, estúpida, jodida vida!— grita mientras pasa junto a Kakucho — ¡Me tiro una puta malteada en mi traje y quedo todo pegajoso!, ¡esta muerto!