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Kakucho se encuentra durmiendo en su cama. Sus días de descanso han acabado y debe volver a trabajar a las 7 de la mañana transportando y cargando muebles, de hecho es un buen trabajo y Pah le paga bien. Aunque realmente es un tipo multiusos, sabe hacer de albañil, electricista, mecánico, carpintero, plomero, por eso sus amigos le llaman mucho y gana dinero extra o favores, como el de Mitsuya. Se encargo de saber hacer muchas cosas para poder sobrevivir en el futuro, y actualmente le va bien.

Abre sus ojos en la oscuridad y toma su celular de la mesita de noche faltaba un minuto para que sonará su alarma, la desactiva para no despertar al chico que se había autoproclamado segundo dueño de su cama. Cosas de gatos, supone.

Mira a Izana fijamente, el chico le está dando la espalda y está abrazando una almohada tan fuerte que lo asusta. Acaricia una de sus orejitas peludas y estas se mueven un poco.

Hace unos días Kakucho se sorprendió mirando de más al chico. Simplemente Izana tenía algo hipnótico no sabría decir si son sus ojos, o tal vez su piel morena o su lindo cabello blanco, no lo sabía con certeza, pero se le hacia difícil separar su vista del chico y el extraño apego que siente el peliblanco hacia el no ayudaba.

Suspiro pesadamente y se levanto, tomó la ropa que iba a usar y se metió al baño siendo lo más silencioso posible para no despertar a los chicos. Hizo sus necesidades, se lavo los dientes y la cara, peino un poco su cabello y salió del baño.

Fue a la cocina para servirse un poco de cereal antes de ir a trabajar. Tuvo una sorpresa agradable al ver unos cuantos onigiris en un plato con una nota.

"Para el desayuno, provecho ^^.
P.D. Izana ayudo, estaba un poco emocionado por cocinarte. Attm:Emma e Izana"

Suelta una risita y comienza a comer los onigiris, junto al plato había un topper con más onigiris.

"Para el trabajo, esfuérzate ^^"

Siente un calorsito en su corazón y tomó las notas, guardándolas en su cartera. Termina de comer y guarda el topper en su mochila. Se levanta y camina hacia la puerta.

—Miau—El de cicatriz brinca del susto y voltea a ver a Manjiro.

—Lo siento, ¿te desperté?, vuelve a dormir, voy a trabajar—le sonrío —Deberías tapar a Emma-chan, hace un poco de frío.

El gato asintió y con su boquita subió la cobija de Emma y se acurrucó en el pecho de Shinichiro. El de cicatriz sonrió y salió de la casa en silencio.

•••

Se maldecía a sí mismo por estúpido, se olvido de llevar un paraguas pese a que estos últimos días había estado lloviendo. Corrió a su edificio de apartamentos, esta vez tenía gente esperándolo en casa y tenía algo de hambre. Entro a la recepción y se quito si chaqueta mojada. Comenzó a subir los escalones temblando de frío.

Cuando se dio cuenta estaba en la puerta de su apartamento y entró velozmente cuando escucho una familiar voz chillona y la puerta del departamento de atrás se abría. Cerró la puerta rápidamente, sintió un peso sobre él que lo desestabilizó y su espalda choco contra la puerta.

—Ten, una toalla— dijo Izana mientras lo rodeaba con sus brazos y lo envolvía en una toalla.

—Gracias— le sonrió, agradecido —Me daré una ducha, así no me enfermo.

Izana asintió de acuerdo y lo dejo ir.

—Bienvenido, Kakucho-san— saludo Emma que estaba sirviendole un plato de comida.

Extraño (Kakuiza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora