Extra 1

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No busquen realismo en este capitulo. Honestamente es fantasía gente. Todo puede pasar. Además reprobe biología, no esperen mucho.

Ambos estaban trabajando cuando recibieron la llamada. No saben en qué momento ambos llegaron a la sala de espera con tanto pánico y felicidad reflejada en sus rostros. Esperaron ansiosos noticias del médico, cualquier cosa, los hermanos de Sano y el matrimonio Hanagaki llegaron pronto.

Izana y Hitto estaban sentados en la sala de espera con sus más cercanos junto a ellos, se sostenían las manos, nerviosos ante cualquier cosa que pudiera pasar.

Pasaron horas sin noticias hasta que la puerta frente a ellos se abrió y una doctora de rostro amable saludo.

—¿Familia Kakucho?— ambos se pusieron de pie y la doctora les sonrió.— Pueden pasar a verla.

Ambos sentían que se morían de los nervios cuando entraron al cuarto y vieron una bolita de mantas en una cuna. Miraron a la doctora.

—Adelante— ambos asintieron y se acercaron.

—Es tan chiquita— susurra Izana mirándola desde arriba.

—Es un bebé, es normal— se acerca de igual manera y mira con cariño la oruga de cobijas.

—La voy a cargar— e Izana mete con cuidado sus manos bajo el cuerpecito de la bebé y la carga con cuidado, pegandola a su pecho. Acaricia un poco si carita y suelta una risa ahogada— Kaku — su voz se rompe, amenzando con dejar escapar un sollozo— es tan fea.

Ambos sueltan una risa que se apaga en sollozos, mientras ambos acarician con cuidado la carita roja y regordeta de la pequeña recién nacida.

—Es horrible, no tiene cabello y esta gordita y roja— se ríen sin ánimo de ofender — Luego te crecerá el cabello.

Hitto le besa la mejilla y la bebé se remueve incomoda y suelta un sollozo bajito que se calla en cuanto deja de sentir los labios de su papá en su rechoncha mejilla.

—Vamos a saludar a Oyuki-chan— le susurra Izana a la bebé y caminan hacia un pequeño cuarto contiguo.

Tocan suavemente la puerta y abren con cuidado.

—Hola, Oyuki-chan, te traje comida— asomo la cabeza el peliblanco.

La mujer rubia dentro da una sonrisa cansada y los invita a pasar.

Onoda Oyuki es el nombre de la señorita que los ayudo con su hija.

Recuerdan con cariño cuando la entrevistaron.

Ambos estaban sentados esperando la última candidata a vientre de alquiler que entrevistarían por el día, la mayoría no les habían convencido. No parecían malas chicas, pero no parecían saber las consecuencias físicas y mentales que acarreaba un embarazo, parecía más bien que solo querían hacerlo por desesperación por el dinero. No las juzgaban por ello pero no parecían entender todo lo que conllevaba por detrás.

Suspiran mirándose un momento y piden que pase la siguiente señorita.

Una joven de cabello rubio con las raíces negras, presumiblemente teñido, una linda piel clara y ojos violetas, bastante bonita. Parecia ser un híbrido de gato negro.

Extraño (Kakuiza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora