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Caminaba por la calle llevando junto a él a 3 personas con orejas, colita y un gato. Se dirigían hacia la boutique de otro de sus amigos, Mitsuya, un diseñador de modas en la etapa más alta de su carrera.

Cuando están cruzando la calle pierde vista por dos segundos al chico peliblanco y entra en pánico. Gira su cabeza y sus instintos se activan y mira hacia todos lados, tratando de ubicar al chico. Sostiene con fuerza las manos de Shinichiro y Emma para no perderlos también. Alza su cuello y lo ve, caminando tomado de la mano de una señora bastante sospechosa.

Empuja a la gente con su cuerpo y se acerca rápidamente a la mujer y le pide s Shinichiro que tome la mano de Izana.

-¡Izana!- llama alarmado Shinichiro tomando su mano, el moreno lo mira sonriente y se suelta de la mujer, que parece muy asustada de la intimidante apariencia de Kakucho- te e dicho mil veces que no te separes de nosotros. Te puedes perder o te pueden robar.

-Ella dijo que me iba mostrar donde estaban ustedes, pero estaba mintiendo ¿verdad? -el chico gira aterradoramente su cabeza hacia la mujer y lo mira con esos ojos violetas tan profundos que asustarían a cualquiera-, merece un castigo, los mentirosos son castigados.

Su pierna se alza en el aire y está dispuesto a darle una patada a la mujer de no ser por Kakucho, quien le toma la pierna con fuerza y lo hace retroceder contra su pecho.

-Óyeme bien, bruja, si te vuelvo a ver por aquí merodeando, me aseguraré de que no veas de nuevo la luz del día.- a ojos de Izana, este chico es muy llamativo, no puede dejar de verlo y la voz profunda que retumba en su pecho hace que se estremezca -Conozco a las escorias como tu y poco me importa quien seas. Te acercas de nuevo a por aquí y no respondo.

La mujer tiembla y retrocede asustada, el chico frente a ella parece de lo más intimidante, tropieza hacia atrás y sale corriendo lo más rápido que puede. Kakucho chasquea la lengua en señal de molestia y suspira para calmarse.

-Izana, tonto - el nombrado suelta un quejido de dolor cuando su hermano mayor le tira de la oreja peluda -pudieron haber pasado muchas cosas malas si esa mujer te hubiera llevado. Agradecele a Kakucho-san por haberte ayudado.

El peliblanco chasquea la lengua y mira a su hermano ofendido, pero cambia su mirada por una más cariñosa cuando mira a Kakucho.

-Gracias por ayudarme Kaku-chan y perdón por los problemas- todos menos el propio Izana parpadean sorprendidos por el apodo cariñoso que ocupo en mas alto, incluso Manjiro, que acababa de despertar de su siesta entre los brazos de Emma, miró sorprendido a su hermano mayor-. Aunque creo que merecía el golpe, los mentirosos lo merecen.

-Creo que eso es un tema que deberíamos hablar con más calma en casa.-suspira Kakucho retomando su camino.

Sintió un peso en su brazo y se encontró con Izana colgando de su brazo. Lo miró curioso.

-Así no me pierdo, no se andar en las calles- le sonrió y continuaron caminando.

Emma caminaba junto a él un poco nerviosa, el hecho de que su hermano casi se haya perdido la asusto un poco y se sentía un poco paranoica. El peliblanco lo noto y le sostuvo la mano.

-Así tampoco te pierdes- le sonrío, Emma se sintió muy cálida por esa muestra de preocupación. Hace poco se había reencontrado con Izana y no habían convivido mucho, le agradaba saber que aún la apreciaba. -Kaku-chan-el nombrado hizo un sonido con la garganta para demostrar que estaba escuchando - ¿no deberías agarrar también a Shin-nii? el también se puede perder.

Shinichiro soltó una risa y acaricio la cabeza de su hermano menor.

-Puedo cuidarme solo- y se coloco al otro lado de Kakucho -. Aunque admitire que es un poco aterrador estar rodeado de tanta gente. No había visto a tantas personas en años.

Extraño (Kakuiza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora