Extraño (Kakuiza)

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Un gruñido escapa de sus labios. Se siente muy acalorado. El moreno que salta sobre su polla solo ríe juguetonamente mientras mueve su cuerpo irregularmente. Buscando torturarlo.

Sus ojos violetas lo miran con superioridad y eso no debería hacerlo sentir tan caliente.

El peliblanco se deja caer hasta el fondo y Kakucho siente que su respiración se corta y sus ojos comienzan a aguarse por el placer.

Jodido enano bonito, jodido cuerpo que tiene, jodida su actitud de mierda.

Si fingir que sus manipulaciones funcionaban llevaban a este resultado estaba contento con seguir fingiendo.

Siente que esta apunto de acabar, su respiración se vuelve más irregular y mueve sus caderas hacia arriba para arremeter contra el tembloroso cuerpo sobre el. Sus manos encadenadas a la cabecera de la cama no hacen más que retorcerse en busca de querer tocar y acariciar el cuerpo sobre el.

-Ah~, Kaku-chan, eres ah~mio, jodidamente mio mgh~- y ambos se corren al mismo tiempo. Y solo puede pensar que no le molestaría ser suyo.

...

Abre los ojos, su cuerpo está sudado contra su pijama. Siente su ereccion siendo deliciosamente apretada por la espalda baja del chico que duerme junto a él.

Jodido mocoso manipulador, piensa mientras suelta un gruñido contra la nuca del chico. Siente la respiración del otro volverse irregular y ahí se da cuenta que esta fingiendo. El también tiene que seguirle el juego, se restriega un poco contra su espalda y sigue soltando gruñidos.

Izana por su parte no puede sentirse más feliz. Su Kakucho está exitado y lo escucho susurrar su nombre entre sueños. Pero su emoción se va cuando siente como el chico se da vuelta y sale con prisas de la habitación. Cuando escucha la puerta del baño, da un par de vueltas en la cama y piensa que Kakucho ya está a a sus pies.

Aunque no es muy alejado de la realidad.

Kakucho realmente esta encantado con Izana, lo está desde que noto que era una jodida y pequeña rata manipuladora, ¿lo mejor? Es que eso lo prende como no se imaginan.

Kakucho era astuto y había aprendido a las malas a reconocer a las personas malvadas o con dobles intenciones. Aprendió a no confiar nunca en las personas. Por eso decidió hacer que Izana lo engatusara lo más posible, que Izana creyera que Hitto no podía vivir sin él. Que sintiera que Kakucho no fuera más que un perro que lo necesitaba para sobrevivir, para alimentarlo. Kakucho gustoso interpretaría ese papel con tal de que Izana lo dejara quedarse a su lado.

Suspira mientras sale de su ducha rápida con agua helada.

Recibe una llamada que hace que todo su humor se valla por el caño.

—Son las 4 de la mañana, más vale que sea importante. Tengo compañeros de piso.—su tono de voz estoico hace difícil identificar su estado de ánimo para la persona que llamo.

—Se que es tarde, pero necesito que te encargues de la plomeria de uno de mis hoteles— por supuesto, Ran Haitani tenía una industria hotelera.

—Mmm... hecho, te diré mi paga después.— y cuelga. Se dirige a su habitación y rebusca hasta encontrar ropa cómoda y una maleta que siempre tiene preparada.

Izana lo ve molesto, ¿como se atrevía a dejarlo solo en esa noche tan fria?.

Kakucho se dirige a la salida del cuarto, siente un poco de remordimiento cuando siente el ambiente frio. Saca otra frasada del armario y la pone sobre el chico.

Izana ya no se siente tan molesto.

•••

—Entonces se fue en la madrugada, mo~ y hoy era su dia libre— Emma suelta un suspiro, sintiendose triste por el exceso de trabajo que está haciendo Kakucho.