Una desgracia para la corona

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Muy temprano en la mañana estaba en el jardín leyendo un poco, me sorprendió poder entender otro idioma y hablarlo y ahora quería saber más y más. Mackenna se marcharia pronto y se que eso me dejara triste porque aquí las cosas no harán más que empeorar.

—¿Siempre eres así de pensativa?— pregunto curioso el emperador Sovieshu, ni había notado que estaba ahí we, que p*to miedo
—Si, creo que desde siempre he sido así
—¿Sabes algo sobre embarazos?— preguntó tranquilo sentándose a mi lado
—No mucho, cuando hay una mujer embarazada prefiero mantenerme lejos ese tipo de cosas me causan un mal rato
—¿Por qué?
—Le contaré una historia
—Adelante.

—Hace muchos años, cuando no había separación en los reinos; existió una familia llena de reyes y reinas. Una vez existió un rey que caso a su hijo con una hermosa mujer de dorados cabellos y azulados ojos a pesar de que la mujer era la más hermosa el príncipe no la apreciaba, una vez estuvo en el trono la evitaba por completo pero por obligación les hicieron tener hijos y nació un pequeño príncipe igual a su hermosa madre— empezó a mirarme confundido pero se evitó preguntas y seguí contando— La reina no aguantaba vivir solo ignorada por su esposo así que pensó en divorciarse pero volvió a quedar embarazada...y todos le dieron la espalda y quedó sola, con su hijo y aquél nuevo pequeño que venía en camino.

—¿Qué pasó entonces?— pregunto intrigado
—El bebé fue una niña, después de unos años el príncipe mayor cometió un error así que el rey lo encerró y años después lo mató, su segunda hija llegó al trono en un matrimonio por conveniencia; tristemente también cometió un error y su esposo la encarceló y un tiempo después la mando a la guillotina...— voltee mi mirada y note su mirada de tristeza— La reina era feliz con su único hijo, no deseo a la segunda y al final no le quedó ninguno.

—Solo es una historia ¿no? eso no pasa en realidad
—Tal vez para usted que es un emperador bueno, si la emperatriz le diera un hijo seguro usted adoraría a ese bebé cómo adora al de Lady Rashta. Pero hay familias dónde... dónde un hijo vale más que otro para sus padres y por eso no me gustan los embarazos; se sienten los mejores padres y una vez los tienen con ellos los comparan, los ignoran y los hacen sentir mal
—¿Piensas que haré eso con mi bebé?
—Espero que no haga eso, de otra forma usted y yo tendremos muchos problemas Majestad— soltó a reír algo animado— Espero que, ese bebé sea sano y...nunca tenga que sentirse mal consigo mismo ni por lo que es, ni por dónde viene.— Me levanté y empeze a caminar hacia dentro del palacio y pude oír lo que Sovieshu dijo mientras me alejaba.

"Ojalá esos buenos deseos se hagan realidad"

Me daba algo de pena esto, así que fui a dónde la emperatriz para saber cómo estaba.

—Majestad
—Señorita— me ofreció asiento y me senté; ella me miró un par de segundos y luego tocó mi hombro— ¿Está triste por Lord Mackenna?— negué y ella alzó una ceja de forma curiosa— ¿Cuál es el motivo de tu visita?
—Majestad, ¿usted de verdad no dirá nada respecto a lo que pasa?
—Debo mantener mi postura, así que me ahorro mis comentarios hacía las situaciones relacionadas con esa mujer
—Si creo que tiene razón en eso, por cierto escuché algo sobre el Duque Kuffman ¿todo en orden con la alianza con luipt?
—Si señorita, todo en orden gracias por preocuparse por nosotros y por nuestro imperio. Por algo eres nuestra inquilina favorita.

Después de mi visita con la emperatriz me dirigía a mi habitación y encontré a Mackenna.

—Señorita
—Mi Lord— un pequeño puchero se formó en su rostro
—No me hables formal, siento que estás enojada
—Solo estoy triste— cambió su cara y se acercó a abrazarme— ¿Qué haces?
—Las parejas se abrazan, se apoyan y se cuidan cuando alguno de los dos está triste. Así que yo voy a cuidarte hasta que mi pequeña niña cabezota se sienta feliz
—¿Cabezota?— A mi nadie me dice cabezota
—Piensas demasiado, cuidas tanto lo que dices y analizas todo no creo que todo lo que pienses y lo inteligente que eres entre en esa cabezita— bueno, Mackenna puede decirme cabezota u-u.

—Gracias Mackenna
—No quiero tener que irme
—No quiero que te vayas
—Bueno, mírale el lado bueno si regreso será para llevarte conmigo
—Ah si, para casarnos y vivir en juntos y esas cosas
—Si porque no, tener hijos y criarlos juntos
—No vayas tan lejos JAJA— de un momento a otro ví al duque Ergy mirándonos desde lejos— Mira, es el duque Ergy
—Mmm, si no sé que hace merodeando todo el tiempo es raro
—Tal vez está planeando el siguiente movimiento me preguntó quién será la persona que lo maneja, le besaría los pies si supiera quién es— me hizo gracia ver cómo ardía de furia y celos cuando dije lo último
—¿Te gustan inteligentes?
—Ufff si yo supiera quién es la mente maestra para la que trabaja Ergy. Me caso con el o ella de una— le di un pequeño beso en la mejilla y después despeine su cabello— Es broma mi Lord, tengo que irme nos vemos después.

Pronto viene el puñetazo a Sovieshu, la ida de Heinry y luego debo ganarme a Kosair...vaya esto se pondrá serio.

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora