No me gustan las comparaciones

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Todas estas locuras de Ergy con tal de avanzar en el plan no me están gustando, yo entiendo que son relevantes para la trama pero el entrar en un juego amoroso no me parece algo bueno, afectará tanto la historia y podría darnos un final diferente al conocido.

Así que decidí seguir como todo había seguido y pude notar todo, Navier decidió ir a un viaje en el que sabia que se encontraría con Henry y comenzaría la trajedia y supuse que todo iba a salir de acuerdo a lo que ya sabemos cuándo Sovieshu me pidió un favor, tan tan grande como la espada de dos filos que me amenazaba.

—No quiero, necesito que entres al cuarto de la emperatriz y encuentres las cartas con ese...robaesposas
—Señor, no cree que es algo infantil esto— pero el comentario del Marqués mucho o poco le importaba a Sovieshu
—Daath, necesito que prestes atención a las únicas órdenes que debes seguir que son las mías— suspiré
—Si señor, pero de antemano le digo que si esto nos perjudica al Marqués y a mi...no tendremos pena a gritar todo lo que está ocultando si sabe a lo que me refiero— De la nada, la mirada de Sovieshu se relajo, pero no parecía hacer caso a su conciencia y mando a una junta a todos los guardias y eso incluia los de la puerta de la emperatriz.

Y ahí me ven, entrando y buscando las cartas las cuales encontré con facilidad. Acomode todo como lo encontré y tome con fuerza la caja, no lo negare; estaba a punto de hacer el acto de traición más grande hacia quien admiraba pero si no lo hacía no podría ser nada como lo conozco.

—Lo siento mucho, mucho, mucho majestad— dije con un par de lágrimas mientras tomaba la caja con más fuerza— lo siento mucho.

Salí con la caja en mis manos y de inmediato fui a la oficina del Marqués se la entregué, el noto que estaba triste y me dió un par de palmaditas en la espalda.
—Se que te duele tanto como a mi, pero tal vez eso le ayude a la emperatriz a abrir los ojos y separarse de este matrimonio que solo hace daño a ambos— Y...¡el tenía razón! ¡EL DIVORCIO! lo había olvidado por completo, suspiré y sonreí
—Sus majestades merecen separarse, Sovieshu no merece a Rashta y viceversa, no sé merecen... pero ese bebé y ese matrimonio...creo que nada podría yo hacer
—Pues, gracias a usted no me he tirado del balcón— me rei, el que iba a tirarse del balcón sería otro
—Debemos solicitar un aumento de sueldo— el solo respondió con una sonrisa.

El marqués le entrego la caja a Sovieshu el cuál me agradeció y puso una cajita en mis manos con un brazalete ¿era mi paga? ¿cómo si fuera yo un perro?
—Mejores limosnas me dan en el centro— mis palabras lo tomaron por sorpresa
—¿No te gusta?
—Me facina, pero deme algo así cuando sea mi cumpleaños, en un día especial...ahora solo veo esto como mi paga por ser una perra tras de usted— se volvió a sorprender y me extendió la mano, le devolví el presente y fruncí el ceño— Y no me mire así, renuncio si sigue con esas actitudes
—Lo que digas Daath— me sonrió— ahora que lo dices, no eres un perro lo siento¿te parece cenar hoy en paz?
—El Marqués y yo lo vamos a pensar— le di un codazo al mencionado y le guiñe el ojo
—Yo creo que sí nos hacen un rico postre aceptaremos— respondió el marqués.

Después de la cena, subí a mi cuarto donde un oji-verde sonreia y me esperaba.
—¿Si engañaba el panadero a su mujer?— Pregunté
—¡A qué no adivinas con quién!— nos sentamos y me contó como la mujer del panadero lo encontró en el acto con la doña de las manzanas, a la que le compraban para las tartas y luego se enteró que el hijo de la doñita de la granja era de su marido y que el lo mantenía y se indigno porque con ella no quiso tener chamacos y ahora se divorciaron y se andan peleando la panadería.

—Ay que feo que sean asi— dije mientras me comía un chocolate
—Pero como dirías tú, ¿quienes somos nosotros para juzgar?— exclamó mientras comía otro chocolate
—Ay, el otro día me enteré que corrieron a la sirvienta que hacía lavado de edredones porque está embarazada del chalán de cocinero— dije acomodándome en el sofá
—Ay esos muchachos, locos de amor
—Dimelo a mi, en mi pueblo hasta se fugan juntos— los dos nos reímos
—Cuando me case, te voy a poner en mi mesa de honor para juzgar a la gente que nos cae mal— yo acepte encantada.

Después de nuestra sesión de chisme, recuerden que si quieren un libro "Chismes con Daath y Ergy" yo encantada.

Luego que Ergy se fuera, me sentí rara como si algo perturbase mi paz, el haber entrado a la habitación de Navier me dejó pensando en que Rashta no merece estar aquí tampoco, es muy ilusa e imprudente. Navier tampoco merece todo lo que estamos haciendo y Sovieshu, maldito Sovieshu eres el antivictima más grande que conozco... todo esto me va a crear ansiedad.

Me asome por la ventana y ví a Rashta en el jardín sentada hablando con sus criadas, de la nada volteo y me miro, sonrió muy falso y saludo con la mano.

—No me gusta tu final, pero estás haciendo todo mal— susurré y volví a entrar a mi habitación. Me tire a mi cama y no pude evitar llorar un poco.

—Idiotas, todos son unos idiotas— sonreí en lágrimas y me limpie la cara— están con quién lo sabe todo jajaja.. se atreven a compararme con una amante cuando yo odio las comparaciones, voy a demostrar que no soy alguien comparable.

Pero no era ninguna traidora, para suerte de los lectores y los personajes mi único propósito es....
nah, la verdad soy un mexicano promedio que se vino al gabacho para sacar adelante a la familia.
(Wattpad págame).




¡Hola! ^^

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora