Causando divorcios

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No era mi especialidad separar parejas pero, era eso o nada, últimamente todo había estado relativamente tranquilo lo cuál era preocupante.

Esa mañana había terminado mis 150 hojas de reporte sobre los documentos que había que tenido que leer por Sovieshu. Suena tonto lo sé, pero era el único trabajo que podía hacer bien y eso le dejaba tiempo libre a el así que mi paga era, amorosa.

—Marques Karl, buenos días.
—Vaya, cada día vas más rápido en tu trabajo— menciono viendo las hojas
—JAJA y que lo digas, al menos espero un aumento en mi paga
—Después de todo lo que nos hace pasar su majestad, creo que nescesitamos vacaciones.

[Abro espacio para decir que en la historia aún no me cortó el cabello así que, vamos a ver qué se le hace]

Entre a la oficina con la pila de documentos y los puse sobre el escritorio.

—Archivos del 130 al 280, leídos, resumidos, que les falta y los que tienen mi sello significa que no los ha firmado
—No sabes todo lo que me acabas de ahorrar, y lo hiciste en dos semanas
—Jajaja, no hay de que majestad aunque si me duele la cabeza
—Ordenare que te lleven un té y a un doctor para ver eso, si sigues con dolor de cabeza no quiero que hagas más papeleo
—Pfff estoy bien, por cierto majestad el otro día, le dije sobre que el bebé de Rashta no era asunto del estado y eso, supongo que quiero pedir una disculpa por eso. No eran las palabras correctas solo que no supe cómo hacerlo entrar en razón.

Para mí sorpresa, no hizo nada estúpido como es típico de él y solo asintió demostrando que si aceptaba mis disculpas.

—Ahora, me iré a leer un poco— antes de salir me detuvo y voltee para mirarlo
—Emmm, que te parece si te doy otro trabajo pequeño y como recompensa..te doy unas vacaciones— ¿quién se puede negar a unas vacaciones?
—Claro majestad, dígame que nescesita.

Y ahora, tenía el trabajo de revisar toda la actividad en la habitación de la emperatriz Navier, quien entraba, quien salía, que decían, que callaban. Todo, algo que me hizo agotarme mucho.

Y tras una semana empezó a caer mi cabello, primero pensé que estaba envejeciendo y después recordé que en la historia apenas tenía 18 así que fui con un médico.

—Estrés— declaró el médico
—¡JA! ¿estrés? ¿yo? discúlpeme doc, pero he pasado por cosas horribles en esta y mi otra vida como para
—No es imposible señorita, dígame ¿alguna vez le había pasado esto?
—Pfff muchas veces, pero mi madre solía decir que seguro era un mal cuidado capilar ella es estilista y
—Es estrés señorita, no hay nada con su cuero cabelludo.

No me lo creí, así que seguí mi investigación para luego dar un informe.

—Nada fuera de lo común sualteza, no entiendo que es lo que buscaba pero no he visto anomalías
—¿Realmente nada?— solo negué.

Es seguro que ya piensa en el divorcio, era mi momento de maquinar distintos planes nuevamente, la emperatriz Navier iría al viaje donde aceptaría ser la reina de Heinry y los padres falsos de Rashta, maldita sea, el vizconde Lotteshu también estará en mi camino...tengo tantas cosas por hacer pero; tenía un enorme dolor de cabeza.

—¿Te sientes bien?— preguntó Sovieshu sacándome del trance
—Nada, los dolores de cabeza de siempre— en eso se levantó y puso su mano en mi frente, ahora que lo pienso; solo es un idiota que no sabe lo que quiere, pero pensar en eso también da dolor de cabeza
—Un día, no tendrás que preocuparte por nada más jajaja, solo espera tengo algo en mente que nos hará un bien a todos— el divorcio solo haría peores las cosas, pero no agregue nada. Hay un escritor que escribió algo así como "las tres verdades" y una de esas era "lo que es, es." ¿qué quiere decir eso? que a pesar de que a mí y a muchos nos gustará cambiar la historia de Navier y Sovieshu, las cosas son así y las cosas nunca cambiarían, nunca.

El marqués Karl y yo estuvimos charlando un rato, el y yo éramos los amigos más raros que conocerias pero había algo que nos unía.

Quejarnos de Sovieshu.

—¿Puedes creer su paranoia? ni yo cuando me dan ataques nerviosos— dijo bebiendo su té
—Ni yo tengo tantas paranoias cómo ese man, pero no te preocupes las cosas pueden volverse divertidas
—¿Y qué harás con tus vacaciones?— lo pensé un segundo
—Escribir mi carta suicida y aventarme de la torre más alta del palacio, ¿tú qué harás en tu día libre la siguiente semana?
—Si el sigue de esa forma, haría lo mismo que tú— ambos reímos.

Al acabar mi tarde de té, pase por los jardines y escuché a la emperatriz decir algo.

—Creo que será lo mejor hacer un viaje para descansar de todo esto, será lo mejor para calmar todo. Aún así quiero vigilancia en mi habitación— ya me sabía esa historia, sabía cómo terminaría así que decidí dejar de escuchar lo que no me correspondía e ir a mi habitación.

Seguía cayendo mi cabello, no creía que fuera estrés pero de alguna u otra forma había otra cosa que me inquietaba.

—¡Señorita Daath!— en eso unos brazos me rodearon y Ergy me abrazaba amistoso
—¿Me trae chismes del Occidente?
—Ah que no sabes que pasó
—Me gustaría saber, pero mejor vamos a la cocina a hartarnos de comida ¿qué le parece?— y así estábamos, en una mesa llena de todo tipo de bocadillo mientras me contaba de lo hermoso que fue todo y por supuesto de todas las lindas señoritas que vio.

—Ah, por cierto cabeza de chorlito dice que te manda un amistoso saludo y espera que estés bien
—Cierto, ¿cómo está el? — no pasará mucho para que sea herido por una flecha y lo mejor será que ahí le dejé en claro que tal vez no debemos estar juntos después de todo el debe estar con Dolsey, porque lo que es, es.

—El está bien, pero dime ¿cómo estás tú?
—¿Y esa pregunta tan poco común?
—Dejame pensar, tus enormes ojeras, hace rato que te abracé note que se te cae el cabello en el gorro de la capa y sobre todo porque no ví ni una mínima sonrisa cuando mencioné a cabeza de chorlito
—Que observador eres
—Ya dime, que pasó— le relate mis noches de desvelo leyendo los miles de documentos de Sovieshu y como tuve que hacer dos semanas espiando a la emperatriz y sobre todo que tenía "estrés".

—Mmm, bien, cuando tengas vacaciones tendremos un día de chicas
—Usted es un varón
—Que lo sea no impide que pase una tarde de chicas con una gran amiga— y hago una pausa aquí.

No crean que me tomo mi misión a la ligera, el estar cerca de Ergy y contarle estás cosas es parte del plan. En cuando el lado de Heinry vea las cosas tan mal seguramente actuarán más rápido e incluso cuando escapen con Navier tendré a Ergy como mi informante para poder hacer de las mías con la información que obtenga, sobre todo porque quiero estar ahí el día que el duque entre con el hijo de Rashta en brazos.

—Realmente le agradezco duque Ergy
—Por cierto, te traje un regalo— sacó una bonita diadema que no era como una corona pero tenía una mariposa con pedrería color verde
—Que hermosa, tiene muchas joyas
—Bueno, en Occidente hay minas como hay mujeres así que todo allá tiene un toque de brillo
—Estoy enormemente agradecida
—Me recordó a ti, por la mariposa— solo me reí un poco.

Y acertó, las mariposas son mi insecto favorito.


Holi:D

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora