¿Otra concubina? O talvez no

9.4K 695 206
                                    

Mi vida pasó muy rápido, poco recuerdo de mis momentos felices siendo una mujer de cabello castaño oscuro con ojos negros.

Me gustaría ser alguien distinta, otro cuerpo, otra edad, otro aspecto. Quiero vivir una linda vida donde yo tenga el poder que siempre he querido.

Ese día me desperté en un cuarto extraño...había poca luz y tenía ropas algo extrañas pero que estaban totalmente llenas de tierra.

—Ah no manches, la voy a tener que tallar antes de echarlo a la lavadora— de la nada alguien abrió las cortinas y el cuarto se iluminó por completo— ¡Dejen mimir!.

Pero oí una voz varonil que me hizo poner la piel erizada, no recuerdo esa voz en ningún lado la he escuchado y mucho menos reconozco a quién se me acercaba.

—Al fin te levantas, pensé que habías muerto— ante mi estaba un hombre de cabellos profundamente negros- perate se parece al ceviche, ah no manches creo que sí es aver
—Emperador Sovieshu
—Asi es señorita ¿Cuál es su nombre?
—Daath un gusto— el emperador gasto dos minutos de su vida tratando de pronunciar mi nombre y eso me hizo recordar a mis profes de colegio tratando de decir mi nombre en el pase de lista.

—Perdón por no darte ropas limpias antes es que estabas dormida
—Ah no se preocupe, igual soy Otaku he pasado semanas sin bañarme
—¿Disculpa?
—Decía que, le agradezco pero debo regresar a mi casa— ni tengo casa no mames
—¿No recuerdas cómo llegaste verdad?
—Si me explicará me haría un gran favor...
—Solo llegaste corriendo hacia mi carruaje, tenías una capa puesta pero de la nada te tropezaste con tu propia capucha y te caiste— si suena como algo que haría yo, por eso no usaba vestidos ches madres horribles.

—Lamento eso emperador, gracias por ayudarme
—Claro, cuéntame de donde vienes
—Bueno, en mi pueblo hay puras muchachas y muchachos imbéciles que no tienen piedad y mi gran familia me dió la espalda por no sucumbir a sus chantajes— su expresión lo decía todo, nunca había oído a alguien hablar así lo sabía.
—Veo que no tienes intención de volver
—Ni en broma we
—¿Eh?— creo que debo moderar mi vocabulario, mi vocabulario formal solo lo uso enfrente de mis tías metiches ya que
—Decía que no, no planeo volver— hizo una risa, me puso alegre pero sabía que tipo de persona era.

—Puedes quedarte aquí si quieres
—¿De verdad? aquí en el palacio así como acá bien perra
—Eh, supongo que sí así lo quieres
—Muchas gracias emperador, dígame dónde debo ir para poder bañarme y cambiarme.

Vaya, vaya, vaya; al parecer estaba en el mundo de la emperatriz divorciada, y Sovieshu me había traído al palacio. Maldita sea; se cómo terminará esto pero será divertido estar aquí digo, es como que me siento que puedo cambiar todo pero lo dejaré tal cuál porque me encanta ver gente sufrir :3.

Me cambié y decidí vestir como si fuera un varón (en mi defensa, no me quedan bien los vestidos :'v) una camisa con mi capucha recién lavada, con un pantalón de los que usan las damas para montar a caballo. Ufff esta facha nadie la tiene. Después de eso me dedique a dar vueltas como pendeja al palacio, me sentía como cuando entre a la secundaria y nada más daba vueltas como babosa :'). 

Y ahí me encontré con esa mujer que me parecía detestable.
—Asi que tú eres la mujer que su majestad trajo a medio día, hola soy Rashta, Rashta es la amante de su majestad— tenía ganas de golpearla pero decidí ignorarla— que grosera, al menos saluda a Rashta
—No hables en tercera persona es tedioso, buenas tardes señorita Rashta
—Cuál es su nombre?
—Daath— fue gracioso ver su cara al saber que no podía decir mi nombre, me caía un poco mejor cuando no decía nada
—Espero que usted y Rashta puedan ser amigas, la emperatriz no quiso que la llamara hermana mayor pero al menos puedo intentar ser amiga suya— ¿Estaba hablando enserio? ya tengo suficiente con las hipócritas de mi aula joder.

Solo la ignore, pero podía sentir esa mirada como si yo fuera una amenaza, tranquila rata no te voy a quitar tu ceviche de camarón diminuto. Se hizo de noche y decidí volver a mi cuarto, no tenía apetito así que directamente iba a mi habitación cuando me encontré con ella. La emperatriz Navier Ellie Trovi, la mujer más poderosa en el imperio, la mujer a la que admiro día y noche estaba frente a mi.

—¡Emperatriz!— si, demasiado imprudente acercarme y hacer una reverencia, tenía una cara neutra pero sabía que lo hacía porque no me conocía
—Eres tu la jovencita que Sovieshu trajo al palacio ¿Cierto?
—No planeo ser una molestia, me estoy quedando pero pronto desarrollaré alguna labor aquí, aunque me rebajen a una sirvienta o una esclava— mi respuesta la había tomado por sorpresa pero quería seguir conversando así que pregunté— ¿Ya ha cenado mi bella majestad?
—Si señorita, le agradezco su gentileza al preguntar; me gustaría saber su nombre
—Acá entre nos, mi nombre es Merik Daath; pero hago que digan Daath porque es el nombre que más me gusta
—Que nombre tan inusual, señorita Daath— ahora sí que quería una coca, creo que le va a bajar la presión.

—¿Ya cenó jovencita?
—No majestad, no tengo apetito. Estaba por retirarme a dormir pero quería conocerla
—¿Conocerme?
—Si le soy sincera, lo último que quiero es no ser de su agrado así que tome porfavor enseñeme modales de un palacio. Nunca aprendí más que modales en la mesa y esas cosas pero esto es nuevo para mí— sus ojos me miraban sorprendidos, ni siquiera sabía que edad tenía pero enserio quería que ella fuera mi mentora.

—Claro, tomaré en cuenta su petición; trate de cenar algo mañana buenas noches— se fue caminando con ese aire de poder y liderazgo que me hizo sentir en grandeza.

No sé preocupe majestad, yo no soy una amenaza.












Lo hize :') ahhhh al fin al fin! Espero les guste.

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora