Demos final al principio

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Pasaron un par de semanas desde la visita de Mackenna para que la emperatriz regresará, no contaré todos los sucesos antes de que se anunciará el divorcio; simplemente creo que es algo que se cuenta solo. Tuve que ver cómo Laura y la Condesa dejaron de hablarme y a mirarme mal. Quiero suponer que la emperatriz no quería ni mirar mi sombra o escuchar mi nombre.
Y llegamos al día en que Sovieshu comenzó a tener desvíos mentales más fuertes
—Disparenle a todas las aves que se acerquen a la habitación de la emperatriz— y yo sabía que significaba eso, así que decidí tratar de intervenir
—No le parece eso algo exagerado majestad; sinceramente sería sacrificar a muchas aves
—No me interesa eso, yo estoy dando una orden y al oír eso obedecen y punto— suspiré ante su respuesta
—Solamente le digo que cuando huela a sangre y Rashta huela eso le hará mal al bebé— su rostro crédulo me hizo soltar una carcajada
—Ese es mi último comentario.

Y creo que mejor decidí a hacer mi trabajo leer esa enorme pila de peticiones y documentos para clasificarlos y solo llevarle el trabajo fácil a Sovieshu. Al menos me enteraba de lo más actual en el imperio.

No tardó mucho tiempo como para que esa misma noche Ergy llegará algo tarde llamando a mi puerta.
—Hola, oye puedo pedirte algo— asentí— que bueno que estás de acuerdo.
Abrió totalmente la puerta y traía cargando a Mackenna con una venda cubriendo una herida. No me alarme sabía que había pasado.

—Hay agua caliente que hace poco trajeron las criadas, úsalo y tengo vendas en mis cajones.— De inmediato Ergy le cambio el vendaje a Mackenna
—Siempre tan atenta es como si supieras que pasaría — ignore el comentario de Ergy y me puse a indagar
—¿Cómo nadie noto que entraste aquí?
—Bueno, tengo mis estrategias, mejor veamos cómo está— me acerqué a Mackenna y acaricie su rostro.
—Hola— le dije sonriendo
—Creí por un momento que deliraba al escuchar tu voz— me reí un poco
—Dices muchas tonterías Mackenna...
—¿Es egoísta pedirte que te quedes a mi lado está noche?— estaba a punto de responder cuando alguien llamo a la puerta.

Fui a abrir delicadamente y era la emperatriz que ya parecía saber de mis visitantes y solicito entrar a mi habitación.
—¿Qué ha sucedido aquí?— preguntó mirándonos a Ergy y a mi
—Ya sabe majestad, el emperador y sus niveles "de máxima protección"— dijo Ergy; posteriormente Navier me miro
—¿Y tú qué crees que hará Sovieshu si te encuentra aquí con Mackenna herido y el duque Ergy a altas horas de la noche?
—Majestad, le soy sincera el castigo no importa yo deseo que Mackenna este bien— Navier me miro un poco más
—Tu no tienes ningún amo entonces ¿a quien sirves?— dirigí mi mirada al rostro de ella y respondí
—A mi misma supongo, yo actuó para mí; creo que estoy haciendo bien, no me gusta servir a la monarquía— ya no dijo nada y nos pidió que al amanecer fuéramos los primeros en irnos junto con Mackenna y ella se encargaría de lo demás.

Sabía que no estaba bien; Sovieshu había mandado un ave a su habitación tratando de decirle que era el ave azul. Más sin en cambio sabía de quién se trataba. Al irse la emperatriz Ergy me miro un buen rato sin decir nada mientras escuchaba a Mackenna decir que moriría y que ya no llegaría al día siguiente y cosas así.
—Aún hay mucho por vivir— dije, pero el solo negó
—Ya no hay nada en mi vida— acaricie su rostro
—Claro que si, piensa en el futuro...tal vez tú presente sea malo pero vas a vivir aún hay propósitos para tu vida ¿no?— su mirada poco a poco bajo y cayó rendido de sueño.

Me levanté para asomarme por la ventana
—En dos horas más te lo llevas; aún están a tiempo si sales por las puertas de servicio y sales de aquí por dónde los corrales. Los guardias cambian de turno en dos horas por eso mismo te aconsejo que se vayan en ese momento
—Estaba esperando un beso mínimo.
—Deja de leer novelas Ergy— nos reímos un poco.

Y así fue, dos horas después me tuve que despedir de ambos algo intranquila. No dormí para nada y en cuanto dieron las 9:30 a.m las criadas entraron para prepararme la tina.
—¿Logro dormir señorita?— pregunto una sirvienta
—Se ve muy mal, vamos a ponerle hielo para esas bolsas en los ojos— me negué y tras bañarme y arreglarme salí para trabajar.

Me quedé tranquila ya que de haber sido descubiertos Ergy y Mackenna ya habría un enorme escándalo. Pero no era así lejos de lo pensado solo corría todo acerca del divorcio de los emperadores.
—Animate Daath, ya pronto es la hora de comida— dijo como intento de consuelo el Marqués
—¿Y si renunciamos?— el mayor soltó una enorme carcajada ante mi propuesta— Habló en seriooo
—Renunciemos a servir en palacio cuando el emperador Sovieshu se case con ya sabemos quién
—Que buenas ideas tiene Marqués, que bueno que piense así
—Era un chiste, yo no sería capaz de dejar solo a su majestad y lo sabes— y tenía razón, el marqués mínimo necesitaba un año sabático todo pagado fuera del país jajajaja.

—¿Hay bono de año nuevo aquí?— pregunté, el asintió— Gracias a dios, entonces el bono lo gastaremos en un par de vacaciones
—Me parece perfecto, ¿dónde iremos?— comencé a mencionar algunos lugares y el solo asentía con una sonrisa.

Si, las cosas iban de mal en peor pero el bono de año nuevo tal vez cambiaría mi forma de ver la vida, bien dicen; prefiero llorar en un resort que en una casa de paja.

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora