Juguemos al gato y la rata

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"Y si mis labios no pueden besar los tuyos, ¿por qué siguen estando en mi rostro?"

De inmediato lo borré del cuaderno.
—Nescesito pensar mejor, esto no está quedando bien— volteó mi mirada y Ergy está en la puerta
—Dejame ver eso— de inmediato escondo en cuaderno en el cajón y me siento "casual"
—¿Qué?, aquí no hay nada— el solo sonríe y se acerca a abrir mi cajón y leer lo que escribía
—Que hermoso— dice mientras lee— ¿tu lo escribiste?— solo toca decir que si.

(Cómo autoterapia para empezar a aceptar cosas de mi, debo confesar que soy una romántica de closet y, nunca me ha gustado decirlo pero supongo que sí quiero empezar a quererme un poco debo dar a luz eso que me da ¿vergüenza/asco? de mi misma).

(Sigamos)

—Esto es muy lindo ¿pensabas en cabeza de chorlito mientras lo escribías?— negué— ¿Ah? ¿y entonces?
—Es improvisado, una vez tuve una amiga que decía esas ridiculeces de que si su novio y ella cortaban se moriría y ella dijo que; todo de ella era para el y que nadie podría cambiar eso— el sonrió
—¿Y qué pasó?
—Terminaron, ahora tiene otro novio pero aún se le ilumina el rostro cuando ve al que le prometió el mar y las estrellas — Ergy se ríe y ¿de qué chingados te ries puñetas?.

—¿Y tú? ¿acaso cabeza de chorlito no es el que te ilumina el rostro?
—Ay Ergy, hace mucho que nada me ilumina el rostro todo es aburrido además, hace una semana que no tengo cartas de el
—Eso no significa que no te quiera
—No digo que no lo haga solo que, siento que no se quedó una parte de mí— Ergy arqueo la ceja e inclinó la cabeza confundido
—Explicate mujer
—Cuando amas a alguien, deseas con todas tus fuerzas tener algo de esa persona, de dónde vengo los hombres acostumbran a regalar suéteres a sus novias para que ellas los usen y se vean lindas y esas cosas, aquí no es así aquí nescesitas tener bien arraigada a esa persona; como la emperatriz Navier y el emperador Sovieshu se conocen desde niños pero la parte que ocupa cada uno en el corazón del otro ya no existe ya no están arraigados ya no veo comunicación el amor solo; se desvaneció o tal vez solo se fue.

Ergy me miró aún más confundido.

—¿A qué quieres llegar?
—Estoy agotada mentalmente Ergy, solo leer una carta a la semana, responder, leer, ayudar, ir de aquí a allá sin poder detenerme a pensar ¿y yo? ¿yo deseo algo aquí?— su mirada nuevamente se puso pensativa pero después de unos segundos y luego me tomó del brazo dejando mi cuaderno en la mesa mientras me sacaba de la habitación.

—¡Estás triste! ¿por qué no lo dijiste antes?— Wow, ese tipo sabe leer muy bien a los demás
—Ergy, todo está bien solo estoy sobrepensando las cosas
—Yo se de algo que te va a poner contenta— esto empezaba a sonar interesante así que dije ¿por qué no?.

Ergy me llevó afuera de la habitación de Rashta y ahí si quedé de "que chingados hacemos aquí".
—Vamos a entrar a contarle lo que pasó en la sala de trono cuando las drogas abortivas
—Oye pero ¿no sé morirá de un enojo algo así? además está mal generar inseguridades en una relación y
—Ella lo hace, ¿cuál es la diferencia?— Sin pensarlo entramos sin tocar y Rashta sonríe al vernos.

—¡Merik! ¡has venido a ver a Rashta que alegría!— saludo con mi mano y le hecho un vistazo a su habitación mientras Ergy me lleva a sentarme en una de las sillas al lado de la cama de Rashta, genial ese hombre está haciendo la tercera guerra mundial sentándome en esta silla.

—Lady Rashta, ya que estamos aquí quiero contarle algo que le sucedió a la señorita Daath— ella me mira curiosa y yo estoy de

¡Para que tantos vestidos la que me parió yo tengo dos pantalones y doy gracias!

—¿Qué le pasó a Merik?— Ergy sonríe un poco malicioso
—Su majestad le gritó de forma horrible la noche que cayó desmayada, oh la hubieras visto corría totalmente asustada el marqués Karl dice que le temblaban las piernas— Maldito marqués Karl chismoso, no lo vuelvo a invitar a comer sentados en la banqueta
—Oh Merik, lamento que tuviera que gritarte es que su majestad ama mucho a Rashta y el haría cualquier cosa por Rashta— tenía ganas de reír, el hacía cualquier cosa por el bebé, no por ella. Solo asentí y luego Ergy contó lo siguiente y la habitación bien pudo volverse campo de guerra.
—Y luego su majestad se arrodilló a pedirle perdón, incluso después de nuestra plática rutinaria lo ví entrar en la habitación de la señorita y creo que le dió un regalo ¿podrías contarnos cuál?— la sangre se me helo, Rashta me miraba intentado no tragarme con la mirada y yo solo quería ir a respirar aire y morir.

—Un anillo azul, nada interesante— conteste al fin y Rashta se trago sus insultos para hablar
—Su majestad le regala muchas joyas a Rashta, seguro quería que tuvieras un lindo detalle por ayudarle
—Si, estoy segura— Pero al parecer Ergy aún no terminaba.

—Y díganos señorita ¿a dónde la llevó su majestad ahora de trabajó? me enteré que salieron y que la llevo a dar un paseo por el imperio— de inmediato Rashta como que empezó a sentir un malestar así que llamamos un médico y una vez asesorados de que todo estaba en orden nos fuimos Ergy moría de risa y yo solo quería una fiesta de esas dónde el festejado está en una caja y dan pan y café.

—¿Viste su cara?— Pregunta Ergy lleno de emoción mientras ríe
—Si, estoy muerta
—No, no señorita Daath ¿conoce el juego del gato y el ratón?— solo asentí— Usted es el gato así que no puede dejarse cazar por el ratón, me ha sido de gran ayuda aunque no lo crea y le debo eso— Cierto, gracias a que he mantenido en nivel las cosas el plan de Heinry ha empezado a funcionar.

Solo le sonrió un poco
—Ahh que te puedo decir, me encanta ver a las personas luchando por salir de algo que pudieron evitarse.

Aunque yo también era una de esas personas...









Oigan, soy la peor autora a que si.

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora