¡Ya dije que no soy una amenaza!

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Vaya, ahora sí que estaba en otro mundo; ¿Qué debía hacer? digo volver al mío ni de pedo sobre todo porque está semana me tocan lavar los trastes :'v.

Me levanté y me vesti, si de nuevo ropa de cabalgata con una capa de verdad no quería usar un vestido, salí de mi habitación y me encontré con esa mujer de pelos plateados fuera de mi habitación.

-!Buenos días Merik!- ¿Cómo es que sabía mi otro nombre?
-Buenos días
-Rashta está apenada porque no pudo decir tu segundo nombre pero Rashta te dirá Merik para que sea más fácil- dios, habla en tercera persona que asqueroso, ni yo como escritora he sido tan estúpida-digo digo en ese momento el Marqués Karl llegó.

-Señorita Daath buenos días el emperador quiere verte
-A mi?- el solo asintió- Bien, debo irme adiós.

El marqués Karl me llevo hasta donde se encontraba el emperador, una vez ahí me hizo pasar y después salió cerrando la puerta.
-Señorita Daath
-Buenos días emperador- saco un cuaderno de forro café con diferentes dibujos y ahí lo recordé... ¡Mi cuaderno de escritos y guiones! sabía que algo me faltaba
-Esto es tuyo ¿Cierto?
-Asi es- lo abrió y empezó a leer una de las páginas, sip mi guión de los subordinados de la justicia.

-Esta pelea sucedió dónde vives?
-No es un diario majestad- empeze a reír, vamos quien no; ese guión tenía mucho sufrimiento como para ser real
-Ah? Entonces ¿Qué es?
-Son historias mías, tengo de guerra romance, acción, ficción si chequea la página doce encontrará el guión de una historia de romance dónde la chica es la princesa heredera y el chico es un plebeyo con una familia disfuncional
-¿Tu escribiste todo esto?
-De dónde vengo, en si en mi familia el ser escritora es solo un pasatiempo aunque a mí me encanta y lo hago día y noche.

Me miró un tanto sorprendido, vaya creo que me había tenido miedo o pena. No, no me tengas pena pronto yo tendré que tenerte pena a ti.

-Lamento tanto leer algo que era privado
-No hay problema, me gusta que las personas lean lo que escribo- me miró de arriba a abajo, creo que se había dado cuenta de mi vestimenta
-¿Planeas salir?
-No jaja, está es mi ropa de diario no soy fan de usar vestidos pero si le molesta puedo vestirme correctamente- ni de pedo lo iba a hacer pero en fin
-Bueno eres un poco alta y te ves como una mujer no crei que te gustará vestir como un caballero- cierto, aquí ya tengo 18 años ¿Cuánto he de medir? Espero que 1.70 no quiero ser enana.

-Esta ropa me gusta
-Bien, puedes quedarte con esas ropas
-¿Me llamó para algo más?
-Rashta me contó que la ignoraste en el jardín- mmmta mano, ya valió esto
-Disculpe majestad, de verdad me apena mi atrevimiento pero no me agrada Rashta- yo no me ando con fregaderas chavos
-¿Motivo?
-Rashta me ve como una amenaza, me trajo aquí a su palacio tal como lo hizo con ella y piensa que lo alejaré pero no es mi intención. Y yo no soy una amenaza.

Hize de esas miradas que hago cuando estoy sería, pero no una enojada solo relaje los ojos y hablé con seriedad.

-Y si voy a ser la amenaza para todos será mejor que me vaya- el emperador dió un suspiro se levantó y se me acercó
-Yo se que no eres una amenaza, por lo que me contó Navier eres respetuosa y algo enérgica; debes moderar tu imprudencia y tus modales en público pero de ahí eres una buena persona yo tengo fé de eso- bien al menos Navier si cree en mi :'D como la amo.

-Emperador
-Dime
-Quiero trabajar con usted, así sea de sirvienta lo que quiera pero me gustaría estar cerca de usted, si me pongo cerca de la emperatriz todo el mundo pensará que me está poniendo en contra de Rashta así que voy a trabajar para usted y creame; mi opinión sobre su amante no va a cambiar.- me miró unos momentos como razonando lo que recién había pedido.

-Rashta, es buena persona seguro te caerá bien, así que claro trabaja para mí puedes apoyarme cuando nescesite un consejo serás como una amiga para mí- bueno al menos no tendré que lavar trastes, pero sabía que me estaba dando tanta amabilidad porque quería conocer mis intenciones; todos siguen creyendo que soy una amenaza...va que pavadas.

Salí de la habitación de Sovieshu no tuve que caminar mucho para empezar a escuchar rumores
-Oiste de la chica de ojos negros
-Si dicen que el emperador la llamo a su habitación
-¿será otra concubina?
-Acaba de traer a Lady Rashta, dudo mucho que ya quiera tener otra mujer.

Bien, seré la amiga del emperador aunque también quiero estar cerca de la emperatriz, ella hace unos excelentes movimientos y juegos para saber con calma las cosas. Una pena que Sovieshu vaya a divorciarse aunque falta para eso.

Decidí salir al jardín y ahí ví al hombre más hermoso, bueno a los hombres más hermosos, el príncipe Heinry y Mackenna. Me acerqué lentamente y los ví a los ojos.

-Buen día- Heinry me hizo una mirada dudosa, creo que no le caía bien porque Sovieshu me había traído al palacio como lo hizo con Rashta, si para el también soy una amenaza. Aunque Mackenna solo me miró con curiosidad; yo estoy enamorada de Mackenna pero se que el se casará con Dolsey así que mejor guardo mi distancia. Adiós amor mío :'v.














Lo feo que es ir a la emperatriz divorciada y saber que no podré estar con Mackenna :c todo por hoy chavos

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora