El inicio de una tragedia

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La salud del rey de occidente empeoró, así que era momento de despedirme de mi pájaro azul y darle la bienvenida a los problemas.

—Espero, todo salga bien en su viaje— me miró desanimado así que le di una sonrisa—Ahh, Mckenna si me miras así te rogare que te quedes y tú no puedes quedarte
—Su majestad Heinry también está triste de despedirse de la emperatriz
—La ama ¿no es así?
—Si, eso se nota demasiado— si, ambos sabíamos el gran amor de el principe hacia la emperatriz.

—Mira el lado bueno, tal vez puedas volver a tus actividades de siempre sin interrupciones— reí un poco y el beso mi mano
—No será lo mismo si no tengo una señorita tan inteligente y hermosa que pueda ver todos los días
—Hay muchas mujeres mucho más hermosas de dónde vienes de eso estoy segura— casi que decía "Dolsey" JAJA
—Debo irme— asentí y lo ví marchar a lo lejos... adiós Mckenna.

Estuve en el jardín hasta que anocheció, no tenía ánimos de volver a palacio. El Duque Kuffman ya se había ido gracias a que Sovieshu había cortado su alianza. Vaya que recuerdo lo malo que fue ese día.

Ayudaba a su majestad a calmarse junto con el Marqués Karl
—Majestad— suspiré pesadamente— todo está bien, usted está bien no ha pasado nada malo
—Ni la emperatriz ha venido a verme de seguro está con el duque Kuffman
—Bueno, viendolo desde otro punto usted tiene a Lady Rashta no entiendo tantos celos si tiene una amante viviendo bajo el mismo techo que ella; solo digo— me miró y suspiró.

—Pero, Rashta es una amante solamente
—Si, pero a veces parece que es más que una amante; ha tratado mal a la emperatriz por culpa de esa mujer y eso no le ha traído nada bueno.

Después de un rato el marqués Karl y yo decidímos dejarlo solo un poco.

—Me alegra que haya una voz que pueda decir este tipo de cosas sin recibir un castigo— menciono el marqués Karl mientras suspiraba
—Esta ciego; no sé si es amor no sé si es nescesidad de atención. Si yo fuera la emperatriz...ya habría puesto una amenaza pero no soy ella así que mejor estaré ahí para darle un par de regaños
—No cabe duda que eres la favorita en palacio— soltamos a reír juntos
—La segunda favorita, primero está una mujer con una belleza angelical más hermosa que la duquesa de Tuania— guiñe el ojo y me despedí.

Me encontraba tirada en el césped mientras el clima se volvía cada vez más frío, creo que podría quedarme ahí dos días seguidos. Suspiré muy lentamente y sin darme cuenta quedé dormida; a la mañana el canto de un pájaro me levanto.

—Mmm, no debí comer sandía ayer me cayó pesado; a no no así no era— me levanté y ví dónde estaba me levanté y aún sucia y llena de césped y hojas de árbol entre a palacio bostezando.

Podía oír todos los cuchicheos de las criadas y mucamas pero realmente no me importo si no que, pude oír algo que me dejó helada.

—Ya oíste que el hermano de su majestad Lord Kosair llegó está mañana— de inmediato voltee y hablé
—¿El hermano de su majestad ya está aquí?
—¿Y eso a usted cómo para que le importaría?— pregunto una mucama que me miraba de arriba a abajo— Habla como si supiera que el llegaría en cualquier momento
—Señorita, solo he hecho una pregunta porque aquí no se le puede creer a personas como usted, inventan cualquier chisme y lo hacen crecer. Sus vidas deben ser tan aburridas que solo usan la vida de los demás para tener un mínimo de diversión en sus pobres e insignificantes existencias. Y si me disculpa; voy a mis aposentos porque debo trabajar porque yo si trabajó— Vaya, eso fue como un desahogo muy bueno, espero no tener problemas por esto.

Ese día al llegar a la puerta del despacho ví a Rashta salir y mirarme un poco
—¡Merik!— corrió y me abrazo y yo solo la alejé algo lento
—Rashta, no me; no me gusta el contacto físico. Mantengamos distancia ¿si? ¿si? de acuerdo— me miró con un par de lágrimas en los ojos y decidí preguntar— ¿qué sucede?
—Pues, es que Rashta está muy feliz de que tendrá al hijo de su majestad y Rashta quería compartir su felicidad con usted
—Si, me he enterado de eso
—¿Estarás en la fiesta para el bebé de su majestad y Rashta?— la verdadera pregunta era ¿puedo negarme a ir? es seguro que tendré que ir
—Ahí estaré
—¡Bien recuerda llevar un regalo!— la ví alejarse...esto no me daba buena espina y sentí como alguien tocaba mi hombro y me erize estilo gato.

—De aquí a cuando tan amable con Rashta— ah era Sovieshu, me asusté oor un momento
—Como dije antes, prefiero mantenerme alejada de las mujeres embarazadas y no quiero ser grosera porque el bebé puede escucharme
—¿Ah?
—Los bebés escuchan todo desde el vientre de su mamá, al nacer no saben nada pero reconocen voces que escucharon más de una vez. No quiero que ese bebé nazca y piense que lo odio ¿entiende?
—¿Cómo es que sabes algo así?— cuestióno con curiosidad
—Mi madre me lo dijo una vez, de hecho prefiero no hablar más de esto.

Trabajamos un poco y escuchando hablar al marqués y a Sovieshu me enteré de Lord Kosair aunque ya sabía que el estaría aquí y ya se que no reaccionara bien al embarazo de Rashta vaya mis días se pondrán más pesados ahora que lo pienso llegué después del baile de año nuevo lo que indica que el vizconde Lotteshu ya debe haber hecho sus jugadas y claro Lebetti ahgg solo deseo que llegue el divorcio aunque falta para eso...

Esa tarde estaba leyendo cuando ví a Falhan, Kosair y la emperatriz Navier. Me acerque a saludar así que hize una reverencia y di las buenas tardes.

—Buenas tardes señorita— dijo la emperatriz mientras sonreía de forma leve, Kosair me miró con desconfianza
—¿Está es la inquilina?— pregunto algo descortés
—No debo ni preguntar para saber que es el hermano de su majestad la emperatriz— asintió aún desconfiado— Mi nombre es Daath un honor, como ya mencionó soy la inquilina y aunque no lo crea, al principio era una amenaza viviente— ante mi comentario la emperatriz suspiró y pude notar que la expresión del rubio no cambio así que me dispuse a seguir con mi camino— Le diré algo que le dije a su majestad el emperador una vez no planeó ser una amenaza, pero si me ven de esa forma puedo irme.

Ayude un poco a la emperatriz con la fiesta para el bebé de Rashta así que referente a los adornos me encargaría yo. No me agradaba la idea de caerle mal a Kosair pero no podía hacer nada; mientras pensaba en alguna linda decoración referente a lo que se celebraría me puse a pensar en

¿Y sí ayudo a Ergy?

Una mexicana en la emperatriz divorciada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora