Impedir la guerra

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Como todos ya saben, Harry Potter es el jefe de aurores del Ministerio de Magica Británico; conocido por todo el mundo magico como el Niño que Vivió, el Elegido o el salvador del mundo mágico.
Pero los magos de todo Inglaterra se preguntan ¿podra salvarnos de esta amenaza?
Sebastian Simons es un mago que quiere acabar con Harry Potter y en medio de esa guerra estamos nosotros, la comunidad magica.
"Deben pelear entre ellos, que no nos involucren" dijo un mago no identificado "Ya hemos sufrido bastante"
"No queremos otra guerra mágica" dijo otro.
Sin embargo el departamento de defensa magica trabaja duro, el Ministro Kingsley Shakelbot dijo:
"Hacemos todo lo que esta en nuestras manos para impedir la guerra. El señor Potter y yo pedimos a todps que reporten cualquier actividad sospechosa al ministerio de magia. Nosotros no podemos crear una tercera guerra magica con un lunático como es Sebastian Simons. Nuestra preocupación es el bienestar de todos en la comunidad magica"
Harry Potter se negó a decir unas palabras al respecto. El Colegio Hogwarts de Magia y hechiceria, se mantiene en constante vigilancia por los aurores del señor Potter asi como su segundo al mando, Draco Malfoy.
¿Que nos tendrá el futuro? ¿Una tercera guerra mágica?

–¡Basura! Eso es lo que es–exclamó Ginny al leerlo mientras bebía una taza de cafe.
Harry había ido a la Mansión Malfoy que se encontraba muy diferente con la presencia de Ginny ahí.
Draco rodo los ojos.
–Harry...
–¿Harry qué, Ginny?
–Yo iba a decir que tu bien sabes lo que Sebastian Simmons quiere y...¿lo harás?
–Será el fin de todo–dijo Harry.
Draco bufó.
–Piensalo bien Harry.
–Es la única manera de evitar que haya una tercera guerra magica.
–No Harry, es muy peligroso ¿un duelo a muerte? Uno de los dos debe morir ¡piensa bien tus acciones Harry Potter!–exclamó Ginny.
Harry suspiró.
Draco miró a Ginny con preocupación. La pelirroja se había enterado de que estaba embarazada. Tenía casi ocho meses de embarazo y Draco se la pasaba abriendo los ojos como platos cuando la veía.
–Ginny...no te preocupes–dijo Harry–. Estaré bien.
Ginny rodó los ojos.
–Eso no podemos saberlo, Harry.
Draco soltó un suspiro.
–Bueno y hablando de Hermione ¿piensas que ella sabe en donde esta Sebastian?
–Claro, ella es parte de todo esto.
–¡No puede ser!–dijo Ginny sintiendose culpable–. Otra vez es culpa mia que ella haya regresado a nuestras vidas.
Draco le puso una mano en el hombro.
–No Ginny...no pienses de esa forma.
Draco la miró con ternura.
–Harry–habló Draco–. No puedes enfrentarte a muerte. De nuevo.
Harry ya lo había pensado. Desde hace unas semanas, le había llegado la carta de Simons en donde lo retaba a un duelo de muerte.

Harry Potter, no seas cobarde. Quiero que nos retemos en un duelo a muerte, uno de los dos tiene que morir. No podemos ser los dos toda la vida. No jugaremos más a las escondidas.
Quiero que me digas tu respuesta.
La espero.

Harry desde entonces no habia pensado en otra cosa.
–No se.
–No lo hagas. Busquémoslo y lo atraparemos.
Harry se levantó y caminó a la ventana. Ginny se quedó en su lugar, observando cada detalle del periódico.
–Tú no vas conmigo–le dijo Harry a Draco. Miró a Ginny y continuó–. Tienes tanto que perder...no quiero que arriesges a tu familia.
–Harry, también eres mi familia–le dijo Draco–. Somos familia.
Harry suspiró.
–Pero a ti te necesitan más que a mi–dijo Harry, pensando en todo lo que había arruinado.
Ahora, tenía que enfrentarse a Sebastian y matarlo.
–Si no hago esto Draco–dijo Harry–. No se que mundo pueda tocarle a tus hijos o a los de Megan. Tengo que eliminar a Sebastian y...
–¡Harry, Harry! Siempre va a haber muchas amenazas.
–Esta es diferente Draco, es personal–dijo Harry–. Necesito eliminarlo.
–Harry...
–Draco, eres mi mejor amigo, no puedo dejar que arriesges tu vida cuando...vas a ser un hombre muy feliz–dijo Harry.
Draco suspiró. Miró a Ginny y le apretó el hombro a Harry.
–Tienes todo mi apoyo. Puedo ser el amigo de la silla.
Harry suspiró.
Ahora solo tenía que prepararse para el duelo.

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