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El frío de Azkaban

El carruaje se detuvo en lo alto de la prisión de magos de Azkaban. Harry escuchaba el fuerte oleaje azotar con violencia en las paredes de piedra.
Recordó aquella cabaña, en medio de la nada que Tio Vernon había alquilado para mantener a "la rareza" alejada.
Pero había llegado Hagrid, un semi-gigante, guardabosques de Hogwarts.
No era un recuerdo muy agradable, pensó Harry, pero era muy divertido recordar la cara de tio Vernon y tia Petunia y algunas veces que veía alguna familia muggle como ellos se preguntaba ¿que habrá pasado con ellos?
Al bajar del carruaje sintió el frío en los talones, los dementores habían sido alejados y los guardias de Azkaban lo dejaron entrar. Había cosas extrañas en aquel lugar. Unos aparatos de luz mágica mantenían alejados a los dementores de los aurores, había unas celdas muy cómodas y al bajar, Harry fue guiado hasta la sala de "tortura" o mejor dicho, la sala de interrogatorios.
Vio un dementor a lo lejos y le recordó su tercer año en Hogwarts. También pensó en lo horrible que debió sentirse Hagrid al estar en este lugar.
Entró y se inmediato se le erizaron los cabellos de la nuca. Estaba tan frío y negro que tuvo que frotarse las manos, el vapor salía de su boca al respirar y los pies se le pagaban al piso. Era un lugar terriblemente frío y húmedo.
La puerta se abrió con un chirrido y entró uno de los guardias jalando a un hombre con cadenas. Otros tres guardias lo seguían de cerca.
Harry contuvo el aliento, aquel hombre, era sin dudar a dudas al que había estado buscando.

En las altas montañas alejadas de la ciudad, en lo profundo del bosque de Dean, se acordaba de como había llegado hasta ahí. Era su culpa. Ella lo sabía. Estaba tan obsesionada en obtener su amor que no quiso impedir lo que estaba viendo. Era horrible lo que estaba viendo en aquellos momentos. Aquella noche de navidad. Se odió a si misma ¿como pudo? Luego pasó lo que pasó, su hermano muerto a causa de ella. Murió sabiendo que amaba a la Hermione incorrecta pero que el pensaba era la correcta. Se había sentido pésimo desde ese momento.
Por el reflejo veía a aquella chica tratando de escapar. Como aquel monstruo le había quitado su varita y le había cortado la mayoría del cabello. Que asco, pensó, malditos monstruos. Escuchaba la risa de una chica y ella, ahí, parada sin poder hacer nada o mejor dicho; evitando hacer algo.
Sí, en un principio todo se trató de él. De Harry Potter. Sabía que si se deshacía de ella, él sería para ella.  Nunca contó con todo lo que sucedería después. Había pensado que Hermione había escapado y rezaba todos los días porque ella no la reconociera como aquella chica que no hizo nada y solo la vio por la ventana de una cabaña.
Pero no había sido así. Nadie cambia de un día para otro y Ginny, con pesar, lo sabía.
Había tratado durante cinco años guardar y esconder aquellos recuerdos. Temiendo que Harry encontrase a la chica muerta. Sabía que iría a Azkaban por aquello. Por no tener el valor suficiente de haberla ayudado. Ella era muy buena en hechizos, era mejor que Cho. Podría haberle ganado. Hubiera hecho algo.
Pero el <<Hubiera>> no existe.
Trató de contener las lágrimas mientras caminaba por su habitación. Y ahora decepcionaría a Draco en cuanto se lo contara. Ella había pensado que finalmente podría ser feliz y se había arrancado a Harry del corazón. Pero no estaba segura en estos momentos. Draco, al saber que ella tiene conocimiento de la información que buscan, pensaría mal, pensaría que ella había ayudado a Cho. Cuando lo único que hizo fue seguirla.
Pero sí cometió un error, no ayudo a Hermione. Y ahora ella estaría muerta.
Quiso arrancarse los pelos uno por uno, sus manos comenzaron a soltar hilos rojos de sangre por culpa de sus uñas y ella casi de derrumbó a llorar. Aquella pena la iba a atormentar toda su vida.
Y ahora le había arrebatado la felicidad a un chico que se la merecía más que nada. Harry. Él era el que se merecía ser feliz, todo su sufrimiento aún no acababa y Ginny sabía, que pudo haber acabado hace mucho.  Pero, se mordía la lengua cada que podía. Su terror no la dejaba decir las cosas como habían pasado en realidad. Odiaba tener secretos y este, era el más grande de todos. ¿Por qué la gente buena es la que sufre más? Se llevó las manos al pecho y quiso arrancarse en corazón y morir ahí mismo. Pero vió a su madre, abrazando el cuerpo inerte de Ron. Ginny lloró y golpeó el suelo. Otra vida arrebatada por su culpa. Ron había puerto por ella, por su hermanita y Ginny no había aún aprovechado la oportunidad de vivir que le fue arrebatada a Ron. Ella seguía en ese hoyo oscuro de siempre.
¿Por qué se había vuelto así? Por no poder tener al muchacho que siempre amo. Eso no era culpa de Harry. Ella tuvo amor de su familia y de sus hermanos. Era popular y bonita ¿que pasó?
Ni ella misma sabía que había pasado con la flamante Ginny Weasley de Hogwarts.
Lloró y se hizo un ovillo cerca de la puerta, se abrazó a si misma y el mundo dejo de tener sentido.