Harry se relajó. Sus manos dejaron de estar hechas puño y la mejilla roja ya estaba empezando a hincharse.
Hermione permaneció quieta, no podía moverse y solo miraba la puerta por la que se habían ido.
Era su culpa, pensó, habían tenido razón, debió decirle a Harry antes.
–Hermione–al escuchar su nombre de los labios del chico al que una vez amo m, le golpearon como una bola de nueve sobre su cabeza.
Hermione ni siquiera lo miró. Harry se acercó a ella, pero no hizo el intento de acercarse a Harry.
El chico no dio un paso más y miro a Hermione. Era la misma chica de siempre.
Hermione tapaba su mano izquierda lo más que podía. No podía mirar a Harry a los ojos.
–¡No puedo creerlo!–exclamó Harry–. Te he encontrado.
Hermione cerró los ojos y bajo la mirada. Harry estaba feliz a pesar de aquella pelea con sus amigos y Hermione se sentía mal por aquello.
–No te preocupes por ellos–dijo Harry–. Eso ya no importa si estamos juntos de nuevo.
Hermione quizo correr. Alzó la mirada y observó a Harry. Ya lo había visto antes, había tratado de decirle lo que había pasado. Estaba guapo, su cabello desordenado, sus ojos verdes brillantes y su sonrisa. Hermione siempre supo que era atractivo; pero ahora le resultaba atractivo simplemente como un amigo y ni siquiera como amigos quedarían cuando Harry supiera todo.
Hermione sabía que de todas maneras Harry estaba pensando en la traición de sus amigos, así que ella decidió hablar:
–No debiste decir esas cosas, fue culpa mía.
Harry rodó los ojos.
–Siempre quieres tener la responsabilidad de todo, pero no la tienes–dijo Harry y lentamente retiró un mechón de la frente de Hermione.
La chica se tensó y se puso sus guantes. Harry ni siquiera lo notó.
–Harry yo...
–No sabes cuanto esperé a que dijeras mi nombre–dijo Harry.
Hermione solo se sintió peor. Harry parecía irradiar felicidad.
Su búsqueda había llegado a su fin y ahora él y Hermione estarían felices.
–Harry, debemos hablar y quiero que dejes de decirme cosas como esas–dijo Hermione firmemente–. Después de esto, no querrás siquiera escuchar mi nombre, créelo.
Harry alzó la ceja, nervioso se llevó las manos a los bolsillos y Hermione caminó fuera del pub.
El aire le daba en el rostro y estaba a punto de llover. Harry la seguía.
Ella se detuvo y Harry se puso a su lado. Tenía preguntas que hacerle y Hermione se las respondería, pero primero dejaría que dijera lo que tenía que decir.
Hermione se ajustó los guantes y respiro hondo.
–Primero que nada Harry, si hay alguien culpable soy yo; no quería que te enterarás de que yo estaba viva. Quería que te olvidaras de mi–dijo Hermione.
Harry se quedó sin habla.
–Yo y solo yo soy la culpable–dijo Hermione–. Les dije que no te dijeran nada porque saldrías lastimado y...aún así saliste herido y los dañaste a ellos. Ellos son tus amigos y trataron de ver qué era mejor para ti–dijo Hermione. Sabía que Harry era terco, pero tenía que intentarlo–. Harry yo...no quería ser encontrada. Estaba empezando a sentirme bien después de todo lo que pasó.
–¿Qué?
Hermione alzó la mano.
–Espera Harry, si no te cuento toda la historia desde cinco años atrás, jamás me entenderás–dijo Hermione. Ella se mordió el labio y Harry se recargo en el pequeño monte de roca que había–. Pero después de esto, me odiarás.
>>Hace cinco años...cuando Cho me secuestro me llevó a una cabaña en el bosque de Dean. Tu ya habías ido a buscar Horrocruxes y yo estaba en Hogwarts con Ron y Ginny. Me la pasaba todos los días pensando en ti. Un día decidí irme. Lo hice y cuando pude hacerlo, no tenía mi varita. Cho me necesitaba para poder mantener la poción multijugos y estar a tu lado. Confieso que en ese momento odie todo lo que tenía que ver con la magia. Me molesté tanto. Cuando al fin logré salir de la cabaña, corrí lo más que pude lejos, lejos y no miré atrás.<<
Hermione se tomó una pausa y se quitó las lagrimas de los ojos. Harry la miraba de forma atenta y deseaba saber más.
>>Logre salir del bosque de Dean y con un poco de dinero muggle logré ir a mi casa. Ahí saqué dinero y localicé a mis padres en Australia. Necesitaba una varita y robé una de un mago. La usé después de aterrizar en Australia para deshacer el hechizo de memoria en mis padres. Ellos me recibieron contentos y no me hicieron ni una sola pregunta. Luego me quede ahí. Me sentí muy feliz, estaba contenta, el mundo mágico iba a ser salvado por ti y lo supe luego de enterarme de que todo se había acabado en Londres. Yo sabía que estabas bien. Sabía que nos salvarías a todos. Había olvidado lo bien que se sentía ser una chica normal sin tener que aprender magia, la adoro, pero simplemente el cariño de mis padre y toda su atención me gustó mas que cualquier escuela de magia. Hogwarts siempre fue mi hogar, pero ahí no estaban mis padres. Luego, decidí estudiar. Con la varita falsa logré crear unos papeles falsos que mostraran mis estudios y entre en la universidad. Hice una carrera, una simple carrera muggle en derecho de la que estoy orgullosa. Quería defender a los muggles que necesitaban ayuda. No salvé al mundo mágico, pero intentaría salvar el mío, el mundo de mi nueva realidad<<
Hermione se quedó en silencio observando la expresión inescrutable de Harry Potter, eso era a lo que ella tanto había tenido miedo.
–¿Enloqueciste?
–¡Claro que no!
–Bueno, de todas formas podemos estar juntos ¿no crees?
Hermione negó.
–No, no podemos.
Harry rodó los ojos.
–Siempre has sido bien terca, no toleras no poder controlar las cosas. Eso es estar loca–dijo Harry.
Sintió la rabia recorrer sus venas.
–Harry yo..,estoy...
–¿Loca? ¿Desesperada? ¿Enamorada? ¿Perdida? Sí ya lo sé–exclamó Harry.
Hermione sintió la rabia y las lágrimas en los ojos ¿que Harry no la podia escuchar sin criticarla?
–¡Estoy comprometida!
Harry abrió los ojos sin ocultar su sorpresa. Luego soltó una carcajada.
–¿Con un muggle que según tu es bueno y no es mago, sobre todo eso no? Gordo, feo, bigotón y...
–¡Basta Harry!
–Pues bien, rompe el compromiso–dijo Harry.
–¿Q-Qué?
Aunque Harry sentía una traición enorme en el corazón. El estar tan lejos de Hermione y luego encontrarla...él simplemente no podia enojarse con ella. Solo quería que estuvieran juntos.
Fue lo mejor que se le ocurrió si ella estaba comprometida. Parecía novela en la que comprometían a la princesa y el pobre tipo la quería de vuelta; Harry así se sentía.
Traición y corazón roto eran palabras muy cortas.
Lo que el sentía era rabia y ganas de matar algo. Lo que sea.
Hermione hizo las manos puños.
–Harry...yo...me enamore un poco de él y no...
–¡Ay por favor! Estas loca, seguramente Cho te hizo algo en esos dias en la cabaña–dijo Harry riendo.
Hermione le lanzó una mirada asesina.
–¡Harry! Debes entender ¡No-Podemos-Estar-Juntos! Yo quiero que seas feliz, de verdad que sí, pero lo que había entre nosotros era solo un amor de escuela y seguramente nos confundimos porque mo eramos amigos desde hace mucho tiempo ¿acaso es tan dificil de entender? No quiero lastimarte Harry, pero no podemos estar juntos yo...yo ya...no siento lo mismo y ¿que acaso eso no te importa nada?
Harry puso las manos en puño. Sus ojos verdes lanzaban llamas. ¿Hermione se había vuelto loca? ¿Que ella no veía lo mucho que él la había extrañado? Harry entonces se dió cuenta lo poco que él le importaba a ella.
–Es porque no te encontré ¿verdad?–dijo Harry.
Hermione abrió los ojos, sorprendida.
–¿Q-Qué? ¡Claro que no Harry! No digas tonterias, yo no guardo resentimiento y no es culpa tuya lo que pasó–dijo Hermione molesta.
Harry ni siquiera parpadeó.
–¿Entonces porqué me dices esto? Pase cinco malditos años buscándote–dijo Harry–. ¿Acaso eso no es prueba de mi amor? ¡Deje de vivir mi vida porque no la puedo vivir sin ti!
–¡Yo jamas te pedi que lo hicieras!–exclamó Hermione, las lágrimas caían por sus mejillas y había empezado a llover–. Harry...tengo una vida feliz, una vida alegre, tengo personas que me quieren....
–¡No lo dudo? Pero ¿yo qué? ¿Los Weasley? ¿No contamos para ti?–Harry puso las manos alrededor de su cabello, estaba tan molesto que se lo iba a arrancar de un solo jalón. Ni siquiera se estaba dando cuenta de que estaba lloviendo.
Hermione bajó la cabeza.
–Tal vez ese muggle si es mago y te dio poción de amor–dijo Harry.
Hermione rodó los ojos, respiró profundo y suspiro.
–No, no lo es.
–Te has vuelto loca, todo el trauma que has vivido te ha vuelto loca–dijo Harry.
–Yo...no quería que supieras que estaba viva. Quería que pensaras que estuviera muerta y que siguieras adelante. No es mi culpa que te hayas estancado por una ridicules–dijo Hermione.
Harry la miró con los ojos entrecerrados.
–¿Así que es todo? ¿Simplemente me traicionarás como ellos?
–Ellos no te traicionaron Harry–dijo Hermione–. Solo querían que esto no pasara.
–¡Claro! No querían que te encontrara.
–¡Basta Harry! Es suficiente, ellos solo querían lo mejor para ti y al enterarse solo buscaban que no...que no...te molestaras ni que yo te rompiera el corazón–dijo Hermione.
–¡Oooooh! no te hagas la importante que aún no me has roto el corazón–dijo Harry con una sonrisa extraña.
–¡No me puedes retener a la fuerza! Merezco ser feliz igual que tu–dijo Hermione, gritando, molesta y con los ojos llenos de lagrimas.
–Pues debiste ser mas inteligente como dices ser y decirme antes de que yo gastara cinco malditos años de mi vida buscandote. Debiste aparecer y decirme "Oh Harry, me he enamorado de un muggle tonto y feo y ya no te quiero. Solo te utilice y es todo, bye" ¡Pero no tuviste ni la decencia de hacer eso! ¿Que clase de persona eres? Yo pensaba espetarte toda mi vida si era necesario–dijo Harry molesto, se sentía a punto de estallar–. ¿Piensas que te voy a olvidar de un día para otro? Jamás lo he podido hacer ¿por qué lo haría ahora?
–¡Por que no sabes realmente si me quieres a mi! Estas obsesionado Harry–dijo Hermione–. Recuerda que yo no era la que estuvo contigo en varias ocasiones, Harry, recuerda eso.
Harry empuñó las manos y golpeó la dura piedra con los nudillos.
Hermione dió un paso atrás.
De verdad lo siento Harry, perdóname.
–Yo te quiero Harry, pero...entiéndeme, solo fue un amor pasajero–dijo ella.
Harry se puso furioso.
–Eres una tonta ¿piensas que todo esto es sencillo? Pues te equivocas.
–¡La Hermione a la que quieres no existe Harry!
–¡La que estuvo conmigo en Hogwarts sí! La que fue conmigo al baile...la que hizo el proyecto conmigo...
–¡Harry! Quiero que vivas feliz, pero eso no lo encontraras a mi lado. Entiéndelo de una vez. Solo estás obsesionado y sorprendido por verme después de cinco años–Hermione estaba harta. Harry la había hecho llorar, aunque por la lluvia no se notaba mucho–. Perdóname Harry, de verdad, perdóname
Hermione cerró los ojos.
Harry no siquiera la observó.
–Harry...yo...todo esto es culpa mía–dijo Hermione–. Pero tú, tu mismo alejaste a tus amigos de tu lado. No creo que vuelvas a recuperarlos. Solo recuerda que ellos sí estuvieron contigo cinco años. Ellos no fueron como yo.–¿Ya está listo el prisionero?–preguntó un auror.
Harry Potter asintió. Sus oscuros ojos verdes reflejaban cansancio y determinación. Su saco negro estaba mojado por la lluvia y llevaba la varita lista.
–Sácalo ya Kings–dijo Harry al auror.
Kings asintió y ordenó a otros aurores.
Siete aurores escoltaron al prisionero, Sebastian, a su sentencia con los dementores. El muchacho iba riéndose y algunas veces era golpeado por Harry con gran satisfacción. Solo deseaba verlo muerto.
La noche era lluviosa y Harry solo deseaba lanzarse al mar que rodeaba la prisión de Askaban.
Sebastian soltó una carcajada y luego llegaron al carruaje.
Harry lo subió empujándolo y luego tomó su escoba. Irían al ministerio para ahí darle la sentencia.
Atravezaron las nubes de tormenta. Cuando llegaron, varios aurores, incluidos algunos a los que Harry ni siquiera miró escoltaron a Sebastian Simons.
El ministerio de magia británico estaba muy frío y Harry de pronto sentía algo extraño; una sensación que él no creía del todo buena.
–¡Listos Señor Potter!–exclamó Kings–. El ministro ya esta dentro, con los jueces.
Harry asintió, con un movimiento de varita ato a Simons a una silla y lo tomó del cuello.
–Mas te vale que te comportes bastardo–dijo Harry lanzando las palabras con veneno.
Sebastian solo se quedo callado, bueno, no podía decir mucho.
Harry le lanzó una mirada asesina y luego entraron.
Aquella sala le traía recuerdos de su quinto año en Hogwarts y de su propia visita al ministerio como criminal.
Simons sí lo era.
Entonces recordó aquel año, Hermione y Ron riéndose de él aunque sabían que la orden del Fenix decía la verdad; más que nada felices de que Gryffindor siempre le ganara a Slytherin en muchas cosas.
A Harry se le revolvió el estómago. Aquella mañana había sido traicionado varias veces y ahora, actuaba como todo un auror cruel. Ya no quería que nada más ahuyentara su paz. En el fondo, Hermione había tenido razón, pero él no quería verlo.
El juicio comenzó; Harry sin quitarle los ojos de encima a Sebastian Simons, queriéndolo matar él mismo con sus propias manos.
Sebastian Simons una vez lo miró a él y otra a donde estaban Megan y Draco, con las varitas en alto apunto directo a su pecho. Harry no los miró ni una sola vez, solo se aseguró de que todo y todos estuvieran en sus lugares. Se mantuvo callado durante el juicio, solo Kings había hablado, pues Harry lo había escogido para que hablara sobre los crímenes de Simons y de lo que había hecho y incluso de que había amenazado a los aurores.
Harry entonces recordó una amenaza que Sebastian le gritó mientras se subía al carruaje, antes de que le pusiera la cinta muggle en la boca: "Ya verás como te quito todo lo que amas, aún no he terminado contigo. No mereces estar siquiera vivo"
Harry sacudió levemente la cabeza y vió en los ojos de Sebastian esa misma amenaza. Harry levantó la varita, se detuvo antes de matarlo y bajó la mano.
–Bueno, bueno–dijo el ministro–, creo que este hombre merece la sentencia pues es una amenaza para nosotros.
Todos los demás asintieron.
Harry observó a Stan, un tipo raro, con ojo de rana. Harry lo vió sacar la varita lentamente...
–¡Que traigan al dementor!
–¡Avada...!
–¡Expelliarmus!
Kingsley no había terminado de hablar cuando Stan le había lanzado un hechizo, pero Harry lo había bloqueado.
Entonces la puerta se abrió y entraron seis figuras. Harry comenzó a dar ordenes y estuvo a punto de matar a Sebastian si no fuera porque un pedazo de techo colapsó sobre él y los demás.
–¡Protego!
–¡QUE TE PARECE ¿Eh Potter?!
Harry se llenó de rabia y lanzó un potente hechizo que lanzó a dos hombres de Sebastian por los aires, luego cayendo al suelo, muertos.
El muchacho salió corriendo.
Harry se levantó y le impidió la salida cerrando la puerta.
Hechizos eran disparados de todas partes.
Harry vió que sus compañeros aurores peleaban con fuerza. Pero algo extraño pasaba que los tres hombres de Simon que quedaban eran muy fuertes.
Harry vió a los miembros del jurado, muchos habían muerto al derribarse el techo.
Harry sintió rabia recorrer sus venas.
–¡Potter!–gritó Draco.
El hechizo verde impacto en Harry, lo lanzó varios metros y cuando Harry estaba por protestar, vio que Draco lo había lanzado a un lado para que no le cayera un pesado espejo.
Harry sacudió la cabeza. Sebastian estaba hechizando todo lo que se movía.
Harry levantó la varita.
–¡Hazlo Potter! ¡Hazlo!
–¡Expelliarmus!
Sebastian salió volando.
–¡Maldito Potter!
<<Debí haberlo matado con mis propias manos>> pensó Harry.
Sebastian se levantó.
Harry lanzó un hechizo.
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Encontrarte
FanficHarry no ha parado de buscar a Hermione en cinco años y no parara de hacerlo. Ella podría estar en grave peligro. Harry tenía que salvarla. La guerra había terminado, Harry, ahora un auror del ministerio y no cualquiera, sino el jefe; se ha puesto...