El relato de una memoria

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Megan se quedo más quieta que una estatua, sus manos habían dejado de jugar con el popote del jugo y ahora miraba a la puerta con los ojos llenos de rabia.
Ginny sabía que estaba molesta.
Hermione se acercó a ellas, tomó una silla y se sentó.
La mujer de inmediato fue, pero Hermione no pidió nada.
–Hola–saludó Hermione.
–¿Solo eso tienes para decir?
–Sí, es una forma de saludar, Megan.
La chica levantó la vista del popote y miró a Hermione.
Ginny se sintió mal, estando en medio de ellas dos. Sin embargo, Hermione no parecía molesta, sino apenada.
–Yo...eh...Megan, lamento que tenga toda la culpa yo en esto–comenzó Hermione.
Megan se llevó una mano al cabello y lo movió hacia un lado.
Ginny se quedó admirando su sandwich sin morder.
–¿Lo lamentas? ¿Entonces por qué sigues haciendo sufrir a Harry?
Hermione se quedo quieta, como si el nombre de Harry le quemara los oídos y la voz. Ginny vió como Hermione no se movía y como Megan la miraba con odio.
–Yo no quería–dijo Hermione–. Pero...pasaron tantas cosas que yo...simplemente me olvidé.
Megan abrió los ojos y Ginny supo que la bomba apenas iba a explotar.
–¿Cómo? ¿Cómo pudiste olvidarte del chico al que "amabas" supuestamente?
Hermione miró sus manos, apenada.
–Tiene que haber un buen motivo–dijo Ginny–. ¿No es cierto Hermione?
–Lo hay–asintió ella–. Al menos para mí lo es, no se como lo tomes tu.
Hermione miró a Megan por primera vez y en sus ojos se reflejaba un deje de tristeza.
Hermione sabía por qué Megan la odiaba o al menos no la toleraba, siempre lo supo y hace algunos años eso le daba gracia. Pero ahora, lo mala que había sido con Harry le estaba afectando. En cinco años, Hermione no tuvo el valor para decirle, para contarle, para decir que...
–¿Por qué quieres que Harry te olvide?–preguntó Megan–. Sabes que eso no es posible ¿verdad?–Hermione alzó la vista–. Harry te ama.
Las palabras salieron disparadas como una flecha de la boca de Megan. Ella parecía molesta y no solo con ella, sink también con Harry.
–Nunca fue mi intención lastimarlo–dijo Hermione–. Jamás lo ha sido.
–¿Donde estuviste estos cinco años?–preguntó Ginny–. ¿Por qué no volviste ni diste una señal? Todo hubiera sido diferente si lo hubieras hecho.
Hermione negó.
–No existe el hubiera Ginny–dijo Hermione, lanzando miradas asesinas a Ginny, pero ella no se dio cuenta.
Megan habló:
–¿Por qué quieres que Harry te olvide? Parte de el sigue vivo por tus recuerdos–dijo ella.
Hermione se sorprendió.
–¿Qué?
–El Harry al que tu conociste, no es el mismo al que yo conocí–dijo Megan–. En cierta forma lo cambiaste y no ha vuelto a ser el mismo.
Ginny asintió.
–Debes hablar con Harry–dijo Ginny,
Hermione negó, empezó a temblar y a ponerse nerviosa.
–No puedo.
–¿Por que no puedes?–preguntó Megan–. Solo dile la verdad. Nuestras mentiras nos llevaran a un hoyo del que no vamos a poder salir.
–¡No puedo! No puedo mirarlo a los ojos, no puedo compartir sus mismos sentimientos. No quiero enfrentarme a él.
–¡Hermione! Eso te ganas por no decir ni una palabra en cinco años. ¿Por qué no terminaste todo en aquel entonces, eh? ¿Por que esperaste a que Harry desperdiciara cinco años de su vida buscándote y siendo infeliz?–reclamó Megan–. Y aún así reclamas que sí te importa...
–¡Megan! Basta, deja que nos explique–dijo Ginny.
Megan negó.
–Lo ha dejado muy claro, es una egoísta.
–Lo fui–dijo Hermione–, pero quiero que ahora Harry continue. Yo pensé que lo haría sin mi...pero no lo hizo.
–¿Qué no conoces a Harry? Nunca se rendirá hasta encontrarte, nada lo va a detener en su búsqueda–dijo Megan–. Y algún día va a saber la verdad y será peor.
–Si le cuento todo...sera igual–dijo Hermione–. Solo quiero que deje de pensar en buscarme.
–¡Ve y dile tú!–reclamó Megan.
–Hermione, es mucho mejor decirlo ahora, si ya no quieres que te busque más–dijo Ginny de manera tranquila. Pero tenía los nervios de punta.
–¿Qué? ¡No! Claro que no, no puedo decirle eso...no puedo decirle absolutamente nada de esto–dijo Hermione.
Megan y Ginny se miraron.
–¿De qué hablas? ¿A que le tienes miedo? ¿Cual es ese gran secreto?–preguntó Ginny.
Megan rodó los ojos.
–Yo...eh...no puedo decirle a Harry. La verdad será devastadora para él–dijo Hermione.
–Piensa en Harry, muy bien. Pero estas haciendo algo incorrecto. Todos estos años hemos buscándote a ti sin parar, Harry no ha tenido ni un solo día en que no piense en ti y tu...lo olvidaste y decidiste volver cuando viste que tu plan no funcionó–dijo Megan–. ¡Que más deseas!
–La verdad no puede salir a la luz.
–Nosotras no podemos seguirlo ocultando–dijo Megan.
–Es demasiado y Harry esta cada vez peor. Finge que esta bien pero no lo esta.
–Lo se Ginny, lo sé.
Hermione se llevó las manos al cabello.
–Pero Harry...
–¿Harry qué? ¿Acaso no merece saber que estás viva?–Megan habló fuerte. Estaba molesta ¿por qué tenía que hacerse una red de mentiras de algo tan simple?
–Créanme, la verdad...
–¿Duele? Sí, pero dolerá menos que saber que las tres le hemos mentido–dijo Megan.
Ginny asintió, sintiéndose demasiado mal. Todo esto era su culpa. Por querer que Harry fuera solo para ella años anteriores todo esto se había formado, un hilo de cosas malas habían pasado y aún no terminaban y el mas dañado siempre fue Harry.
–¡Basta! Hermione dinos que estás ocultando–dijo Ginny–. ¿Qué es lo que te da tanto miedo?
Hermione se miró su mano izquierda, la seguía cubriendo con guantes de cuero.
Ginny rodó los ojos.
–Lo que sea que pienses, esta mal, piensa en Harry. Te odiara, pero entenderá y ya no pasará nada. Si ya no quieres que haya algo entre Harry y tu, dilo ya–dijo Megan–. Solo ve y díselo.
Hermione negó.
–No es tan fácil...es una verdad que le caerá como bomba–admitió Hermione.
–Mira Hermione–Ginny puso las manos en la mesa–, debes decirle.
–Sí, nada de esto es justo para ambos. Tú cargas el remordimiento y Harry esperanzas falsas–dijo Megan.
–Habla ya.
Hermione se quedó callada.

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