Danmachi-Fiel a mi Palabra

Especial 1: Mini historias del continente

Que onda mis queridos lectores.

¿Cómo están?

Aqui les traigo este especial.

Disfruten.

[Amor de una diosa y una humana.]

Las campanas repicando en la iglesia de la cuidad alegraban los corazones de todo el mundo a excepción de una persona.

-¿Porque ella?- cuestionando la decisión del hombre del que se había enamorado, una mujer de cabellos azul celeste y ojos esmeralda veía las nupcias de dos chicos de 15 años -¿Acaso no soy lo suficientemente hermosa?- dudando de su atractivo físico, decidió ignorar el beso de la pareja recién casada. Se hallaba dolida; todo el cumulo de emociones en su interior creaba todo tipo de sentimientos negativos en ella.

Ahora que lo recordaba, ¿se casaron por principios o por amor? Si bien la mujer se encontraba preñada del hombre a quien desposo, ellos demostraron tener sus sentimientos bien definidos.

-¿Artemisa-sama?- una chica de cabellos rosados y ojos de igual color llamo la atención de la mujer -¿Se encuentra bien?- pregunto.

-Si, estoy bien Emma, no te preocupes- con desanimo observo como los novio salían de la iglesia tomados de la mano mientras las campanas seguían sonando.

×××

-¿Te sientes mejor?- cuestionando al chico llorando en su hombro, una chica de cabellos y ojos negros, acaricio la cabeza del joven.

-Si... Gracias por eso- levantandose del suelo, el ojirrojo observo a las mujeres cerca de él.

-¿Que objetivo tenías con llegar al sur del continente?- aún desconfiada del peliblanco, una pelirrosada tenía la guardia alta, lista para degollar al muchacho.

-No lo recuerdo, después de despertar aquí solo tenía en la cabeza que debía llegar al sur del continente- respondiendo con confusión, sus palabras llegaron al resto de mujeres.

-Ahora que lo dices ¿no estabas herido y lleno de sangre cuando te hallamos?- poniendo una mano en su barbilla, una chica de pelo rojo miro las ropas maltratadas del chico.

-Si... Debí haber caído de un barranco o una montaña para tener esas heridas- sentado mientras recogía sus pertenencias, todas tenían caras de asombro y duda -¿Sucede algo?- pregunto.

-Si eso es verdad, ¿cómo es que no estás muerto?- dudando del joven, la pelinegra cuestiono.

-Bueno eso es porque...- antes de responder un grito llegó a los oídos de los presentes.

-¡Kya! ¡¡Que alguien me ayude!!- de entre los árboles la diosa del bosque salía, detrás de ella lo que parecía ser un mounstroso escorpión trataba de agarrarla.

-¡Salven a Artemisa-sama!- gritando con voz de mando, la ojirrosa se lanzó al ataque.

Antes de que alguna de ellas se moviera, un resplandor blanco salió como una bala, cortando de manera limpia al ente.

-...- sorprendida por el despliegue de poder del muchacho, la ojiesmeralda veía esa espalda.

-¿Se encuentra bien, Kami-sama?- en ese momento decidió darle su bendición al joven. Al hacer eso sintió como si el destino le diera la oportunidad de hallar a su ser amado.