–¿Me acabas de traer al London eye? – pregunto volteándome a ver a Daimon.
Él asiente y me empuja para que caminemos.
–¿No estás viendo? – pregunta.
Suelto una risa.
–¿Por qué?
–Nunca has estado aquí – se encoje de hombros.
Me sonrojo y lo miro por unos segundos.
–¿Y si nos ven?
–¿Qué más pueden decir? Solo estamos paseando y disfrutando de un típico y helado día en Londres – responde tomando mis hombros.
Asiento.
–Bien... – suspiro.
–¿Cómo van tus entrenamientos? – pregunta tomando mi mano.
Inconscientemente sonrío y me volteo a mirarlo.
–Bien, hay una niña que entrena conmigo algunas veces – comienzo a hablar. –Y hoy hice una coreografía – mi sonrisa se amplía. –Es la primera en la que König no me exige empezar de nuevo, no salió perfecta, pero König me dejo sentirla y disfrutarla – suspiro.
Sigo hablando y explicándole muchas cosas, mientras el me mira fijamente y agrega ciertas cosas a lo que digo. También le pregunto sobre sus entrenamientos y el comienza a explicarme que es lo que está aprendiendo a hacer.
Simplemente lo miro, ya que no entiendo nada de lo que me esta hablando, pero de igual forma lo escucho sin decir mucho, pero riéndome cuando me habla de sus amigos.
hasta que hago una mueca mientras caminamos.
–¿Qué pasa, Jenn? – pregunta Daimon mirándome preocupado.
Niego con mi cabeza.
–Mis pies me están matando – susurro. –Pero es normal ahora que volví a los entrenamientos... debería volver a casa, para dejar mis pies en agua helada – murmuro.
Él hace una mueca y me mira luciendo culpable, así que le sonríe y beso su mejilla.
–Gracias por traerme aquí – le sonrío. –Fue por poco tiempo, pero espero que vuelvas a traer – alzo una ceja.
Ahora él me sonríe divertido.
–Claro que lo haré – tira de mí y me da un pequeño beso en los labios. –Ahora vámonos para que puedas descansar – toma mi mano y caminamos volviendo al auto para irnos al palacio.
–¿Qué harás mañana? – me pregunta Daimon.
–Mmm... no salir del palacio en todo el día – le sonrío.
–¿Qué opinas de salir a entrenar conmigo? Eso puede ayudarte – propone.
–¿Qué clase de entrenamiento? – alzo una ceja.
–¿Qué tal trotar? Después puedes mirarme a mi seguir mi entrenamiento – sonríe con coquetería.
Muerdo mi labio mirándolo fijamente.
–Bien – acepto. –Lo haré, pero solo porque nos vemos muy poco – acoto.
07 de febrero, 2049.
–¡Ya, Daimon! – exclamo deteniéndome con la respiración agitada.
Él se ríe de mí y se acerca trotando a mí. Lo miro mal y él me sonríe divertido.
–Ya va a ser un mes desde que entrenamos juntos y aun te cansas – alza una ceja.
–¡Es que tu corres! – exclamo aun agitada. –¡No logro seguirte el paso! – reclamo.
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Olvidando a la princesa [#6]
Teen FictionCuando la amistad se transforma en amor las cosas se complican. Pero se complican mucho más cuando debes guardarte ese amor para ti solo, porque ella no siente lo mismo por ti. Eso es lo que vive Daimon Wembley desde que tiene 15 años. Supo vivir co...