Capítulo 29.

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26 de abril, 2049.

–¿Ahora si podemos hablar? – le pregunto a Daimon.

Él asiente y me acerco a él.

Sabía que no hablaríamos al otro día luego de la discusión que tuvimos el otro día, tampoco nos mantuvimos sin hablar, pero le preguntaba cómo estaba él y su madre, también le preguntaba si ya se sentía listo y él decía que aún no quería hablar conmigo.

Hasta hoy, que me llamo para decirme que quería hablar conmigo en su casa. Así que aquí me encuentro en este mismo instante.

–¿Qué es eso? – le pregunto a Daimon viendo la caja a su lado.

–Hamburguesas – murmura.

–Siempre me sobornas con hamburguesas, sabes hacer tus jugadas, Wembley – le sonrío sentándome a su lado, pero él tira de mi subiéndome a su regazo.

Escondo mi sonrisa y lo abrazo con fuerza suspirando y sintiendo como me embriago en su olor.

–Te extrañe – susurro.

Él deja un beso en mi cuello.

–Yo también, Jenn – susurra contra mi cuello.

–Pero debemos hablar – rompo nuestro abrazo.

–No quiero que dudes de mi amor por ti, Daimon – susurro. –Porque yo te amo y eres mi mejor amigo, mi novio... demonios, eres todo lo que siempre he querido y contigo me siento feliz, me siento yo misma... yo creo que no tienes idea de lo mucho que me has ayudado sin siquiera darte cuenta, siempre he sido yo contigo, me haces sentir... ni siquiera puedo comenzar a explicar una cuarta parte de todo lo que me haces sentir – lo miro con los ojos vidriosos. –No se suponía que esto pasaría – murmuro limpiando mis lágrimas.

–¿Cuánto tiempo repasaste todo esto? – pregunta limpiando mis lágrimas.

Suelto una risa mezclada con un sollozo.

–Mucho, pero este discurso es una mierda al que practicaba... lo he olvidado – susurro.

Daimon suelta una risa suave.

–No sabes lo mucho que lamento todo el daño que te hice, muchas veces recuerdo verte llorar por mi culpa ¿Sabes lo horrible es verte y saber que lloraste por mi culpa cuando claramente no lo merecías? – pregunta.

–Daimon...

–Cuando te vi con Erick la otra vez y sonreías tanto, lo único pensaba era en que eso es lo que realmente mereces, no a alguien que te ha hecho llorar con sus acciones idiotas – niega con la cabeza.

–Y me haces sonreír, mucho más que cualquiera – tomo su rostro. –Me haces sentir libre, me haces ver quien soy... eso es mucho más de lo que todos han podido darme – susurro. –Eres el único con quien me sentido así, jamás subestime el impacto que tiene en mi vida, Daimon – apoyo mi frente en la suya.

Él me mira fijamente.

–Eso parece algo grande cuando sale de tu boca – murmura.

Sonrío.

–Porque lo es – le digo. –Es algo muy grande – suspiro.

Él lame sus labios.

–Mereces a alguien que sea capaz de darte la luna...

Me encojo de hombros.

–Merezco a alguien que me haga feliz, tú me haces feliz – susurro. –No necesito a alguien que me baje la luna, solo necesito a alguien que me haga sentir como que estoy en ella... tu eres ese alguien, Daimon – tomo su rostro obligando a sus ojos tristes mirarme.

Olvidando a la princesa [#6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora