3 meses después.
01 de noviembre, 2048.
Alguien toca la puerta de mi habitación y doy el permiso para que entren.
Me paralizo tensándome cuando veo a Tarah entrar con Roy a mi habitación.
Han sido los tres peores meses de toda mi insignificante vida.
Se supone que los dieciocho deberían disfrutarse, se supone que comenzaría una vida con la gimnasia rítmica.
Pero eso no aplicaba conmigo.
¿Saben que es lo que si aplica para mí? Meses de acoso para mí, cero gimnasia rítmica, ninguna salida del palacio que no sea para ir al jardín a mirar al cielo mientras me preguntaba que era lo que estaba mal en mí.
Luego soltaba una risa y me decía a mí misma: todo está mal contigo, Jennifer.
Meses torturándome en la culpa por la muerte de Jared, sintiendo que es mi culpa.
Porque si ese hombre no hubiera estado obsesionado conmigo nada de esto hubiera ocurrido.
No salía mucho de mi habitación, comía porque me lo recordaban y existía solo porque yo quería hacerlo.
Solo que ya no encontraba la forma de existir sin que dejara de doler todo a mi alrededor.
Meses que no sé nada de Daimon más de lo que dicen por redes sociales. Mis meses no han sido la gran cosa.
Porque si sentir culpa día y noche por la muerte de mi guardaespaldas era entonces la gran cosa... entonces sí, mis meses si han sido la gran cosa.
Me cuesta mirarme frente al espejo y no reproducir en mi cabeza lo que han dicho de mí.
Al menos ya no lloro tanto como antes.
¿Era eso un avance? No lo sabía.
Mi familia intentaba acompañarme y de decirme que nada era mi culpa, que la foto no lo era, que la muerte de Jared no lo era.
Pero estaba esa sensación que me decía que no era suficiente.
También sé que mi desaparición no le agrado a nadie, por lo que además de ser la puta a la que todos se quiere follar, a pesar de ser la decepción, la fracasada y la inservible de mi familia.
También soy la cobarde a la que todos deben defender.
Por lo que sí, tres meses he estado escondida de todo el mundo, porque no quiero más escándalos, no quiero más acoso y no quiero leer más comentarios sobre gente diciendo como me imagina teniendo sexo con ellos mientras estoy con mis mallas de gimnasia.
La primera vez que leí un comentario de ese tipo termine vomitando mi almuerzo del asco que me provoco.
–¿Podemos hablar? – pregunta Tarah en un susurro.
Abro mi boca y dejo mi álbum de fotos en mi escritorio.
–C-claro – me voy a sentar a mi cama y ellos se acomodan en uno de los sofás.
Por un momento veo el sofá restante con un nudo en mi pecho.
Los miro fijamente sintiendo la repentina necesidad de disculparme, nunca había entendido porque sentía la necesidad hasta que las palabras vagaron por mi mente.
Lo siento por sobrevivir yo y no Jared.
–Nunca respondiste a mi pregunta en el funeral de Jared – Tarah rompe el silencio.
–No la recuerdo – aclaro mi garganta tensa.
–¿Por qué te disculpas? – me recuerda.
Me vuelvo a tensar mirándola fijamente.
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Olvidando a la princesa [#6]
Ficção AdolescenteCuando la amistad se transforma en amor las cosas se complican. Pero se complican mucho más cuando debes guardarte ese amor para ti solo, porque ella no siente lo mismo por ti. Eso es lo que vive Daimon Wembley desde que tiene 15 años. Supo vivir co...